Hay una "espera de Dios"...

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Ibero de Iberia
26 Noviembre 2005
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Iberia

Hay una "espera de Dios"​


Dios espera con paciencia. Él nos ministra "a la espera", y podemos y debemos acceder a este ministerio. Hemos sido llamados a esta espera. Cristo está esperando, es una espera donde actúa el Padre a través del ministerio del Hijo. Esta "paciente espera de Dios" es una "espera" muy activa. No es "fútil". Muchas cosas suceden, y suceden bien...

Sus enemigos están siendo "puestos bajo sus pies". Fueron vencidos porque la Cruz los venció, pero "ponerlos bajo Sus pies" es un asunto diferente. Que estén vencidos no quiere decir que se hayan sometido activamente a la Autoridad de Dios. Es por eso que Cielo e Infierno son parte integral del Testimonio: el Cielo y el Infierno muestran ambos que esta obra se ha completado, que este "poner las cosas bajo los pies de Cristo" es una realidad, que este "ponerlo todo bajo Sus pies" ha sido completado. Son la Autoridad de Dios revelada. El infierno es la Autoridad de Cristo siendo manifestada sobre Satanás y el mundo. El Cielo es Su Autoridad manifestada en los que creen. Ninguno podemos escapar: el Infierno es el lugar adecuado para aquellos que no abrazan la Cruz del mismo modo que el Cielo persigue a los que aman la Cruz. Si la Cruz es la manifestación de la Victoria, Cielo e Infierno son la manifestación del poder de la Cruz. Ambos son el "devenir natural" de las cosas. Ambos son completamente orgánicos y naturales. Es la Justicia de Dios por fin resuelta para Sí Mismo y para los demás. Algo a celebrar.

Hay una "copa de ira" que se está llenando. No sentimos la ira de Dios, porque Él nos ama y nosotros le amamos, pero hay una "copa de ira" que se está llenando. Dios está esperando pacientemente que los hombres se arrepientan, pero Su "copa de ira" se llena. Debe haber un tiempo para esto, y Dios no va a "regresar" hasta que esta copa colme su medida. Esto está muy relacionado con aquello de "es necesario que se manifieste el Hombre de Pecado". Este "Hombre de Pecado" va a colmar la copa de la ira. Este Hombre de Iniquidad, de "pura anarquía" (que ya estamos viviendo en carne propia), provocará a Dios a tal punto que Dios pondrá fin a su gobierno. Es como cuando escupes hacia arriba... siempre cae encima. Satanás ha accionado algo, y Dios va a detenerlo.

Mientras tanto, en esta "espera de Dios", la Iglesia es purificada. Esta es realmente la principal misión del Espíritu Santo en medio de la espera Divina. Esperar es una santificación, esta limpieza y purificación es necesaria para que Dios pueda terminar su "esperar". El sufrimiento que vemos en el mundo cada día tiene como propósito esta purificación, esta futura unión entre Dios y Su criatura. La razón del sufrimiento es una preparación.

Así que Dios está esperando, pero es una espera "activa". Siendo pasiva, es activa. Espera con paciencia y tranquilidad... y es una espera repleta de actividad. TODO se va resolviendo en tanto Dios "espera". El hombre de pecado "va colmando la medida de su maldad", y eso es parte del proceso. Mientras tanto, la Iglesia es purificada, porque debe ser purificada. La Iglesia también colma un vaso de honra y de agrado de Dios.

Así que, conscientes de todo esto en el vínculo del Espíritu Santo, todos los hermanos y hermanas en Cristo (los que están entre nosotros, y los que ya han partido) estamos unidos en "esperar" al "Dios que espera". Lo hemos estado "esperando" desde que Él se marchó hace 2000 años. En esta espera de Dios, entramos en el Consejo del Altísimo: esperamos porque Dios, lleno de amor y misericordia, desea que TODOS los hombres se salven.... y lo hace "esperando". Él espera pacientemente, y nosotros esperamos en Su espera, pero bien conscientes de que el tiempo es limitado y que cuando transcurre lo hace a la medida de la "espera de Dios", donde una "copa de la ira" y una "copa de alegría" se están llenando, y no dudéis que en breve, rebosarán.

Cielo e Infierno rebosarán. Van "de la mano". Si bien el mal aumenta, la buena obra de Dios no se retrasa.

Amor a los hermanos en la dispersión,
Ibero
 
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