Hay algo a lo que llamamos dios, otros universo, no podemos determinar que es y como es. Este dios vive en cada uno de nosotros, no se encarna en una persona determinada, sino que vive en todos. Los libros religiosos son manuales de ética, no pueden determinarse como la verdad, solo guías de vida para determinados contextos. Todas las religiones se alegan a ese gran espíritu para si, y determinan que sus verdades son la verdad, pero no hay verdad única, sino verdad para cada quien.
Jesús fue un hombre común, que ese gran espíritu se haya manifestado en el, puede haberlo hecho como con todos. Ese gran espíritu vive en cada uno como ha vivido en ese tal Jesús. A nosotros se nos vendió una historia, que murió en la cruz y resucito, pero mas seguro ese tal Jesús tuvo una vida personal como la de cualquier otro humano. Sin embargo, ese gran espíritu puede haber vivido en el y a través de el fue como un comunicador para ese contexto de Israel del primer siglo de nuestra era, pero Jesús no fue dios, como nadie lo es, o todos somos dioses, porque todos provenimos de una misma fuente, y ese gran espíritu como dije, vive en cada uno de nosotros.
Lo que consideramos pecado para unos, no es pecado para otros, y ese gran espíritu se manifiesta de diferentes formas. Nadie queda excluido.
Los libros religiosos van perdiendo valides con el tiempo, y es normal, porque la vida cambia.
Homosexuales, prostitutas, delincuentes, rabinos, castos, herejes, militares, políticos, pobres, ricos, enfermos, animales, plantas, todo ser vivo esta al resguardo de ese gran espíritu y son sus hijos. Nos ama por igual, y a todos nos trata de formas distintas, porque somos distintos.
Jesús fue un hombre común, que ese gran espíritu se haya manifestado en el, puede haberlo hecho como con todos. Ese gran espíritu vive en cada uno como ha vivido en ese tal Jesús. A nosotros se nos vendió una historia, que murió en la cruz y resucito, pero mas seguro ese tal Jesús tuvo una vida personal como la de cualquier otro humano. Sin embargo, ese gran espíritu puede haber vivido en el y a través de el fue como un comunicador para ese contexto de Israel del primer siglo de nuestra era, pero Jesús no fue dios, como nadie lo es, o todos somos dioses, porque todos provenimos de una misma fuente, y ese gran espíritu como dije, vive en cada uno de nosotros.
Lo que consideramos pecado para unos, no es pecado para otros, y ese gran espíritu se manifiesta de diferentes formas. Nadie queda excluido.
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