Hablando del Cristianismo

25 Noviembre 1999
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HABLANDO DEL CRISTIANISMO
El Cristianismo es un fenomeno social con muchas implicancias en la vida de la humanidad, tal vez, como ningun otro fenomeno jamas haya impactado y mantenido vigencia, como ningun otro haya generado disputas y controversias; y definitivamente, como ningun otro haya creado esperanzas y motivaciones de un futuro feliz o de castigo en otra vida para las almas.
En el Cristianismo a diferencia de otros fenomenos sociales religiosos; este, se caracteriza por ser un Sistema de Salvacion Revelado por Dios a la humanidad, no una religion mas del mundo. Pero como tal, esta sujeto a la imperfecta percepcion humana en sus multiples interpretaciones, entendimiento y aplicaciones.
De ahi que en el Cristianismo se hayan producido desde sus origenes, muchas desviaciones y practicas doctrinales, y una variedad de denominaciones y sectas cristianas; las mismas que marcan diferencias desde ligeros matices interpretativos, hasta controversiales y distantes posiciones doctrinales. Y todas reclamando genuinidad y plena autoridad de verdaderas. Bien dijo Jesus que habia venido no a unir, sino a originar separaciones.
La personalidad de Dios esta revelada en las obras de la naturaleza como creador; como imagen y semejanza en el hombre y su libre albedrio, y en la Palabra del Dios Vivo particularmente como voluntad de Norma Divina; manifestaciones que no podrian hallarse en ninguna otra religion, catecismo, magisterio, tradicion, profecia, aparicion, mensaje, o doctrina alguna. Nos estamos refiriendo por cierto al autentico Cristianismo, no a sus representaciones defectuosas, parciales, o imitaciones grotescas.
Por ello, la doctrina cristiana a pesar de los ataques, y de los defectos que se le atribuyen para ensombrecerla y denigrarala; continua siendo el credo de fe de los despertados, de los salvos en Cristo, y continua siendo a pesar de los denominacionalismos y sectas, el sistema de fe de los seres mas virtuosos de la humanidad. Por ello, hermanos en Cristo son aquellos que profesan la misma fe en doctrina y practica. Y es que las bases y fundamentos de la Iglesia Cristiana son mas solidas hoy, despues de haber pasado por todas las pruebas y feroces persecuciones a que la sometieron sus enemigos desde los anos 300 D.C. hasta la fecha, en que aquella idolatra secta imperialista sigue encabezando esa accion malevola contra el cristianismo; pretendiendo ahora torcer la Biblia para acomodar y justificar sus espureos dogmas en ella, en un angustiado e iluso intento de impedir que las gentes se conviertan al cristianismo, de no perder adeptos, y evitar que su estructura clerical caiga irremediablemente.
Asi pues, hoy en dia el cristiano autentico, puede mirar los hechos objetivamente y afirmar que la experiencia de la humanidad ofrece una fuerte presuncion y fe declarada en favor de los siguientes asunciones:
1. Que existe un Ser Supremo, ordenador de las maravillas de la naturaleza, revelado asi mismo en sus teofanias, y cuya sabiduria no podemos dejar de reconocer y admirar; por mas que desconozcamos su intima esencia, sabemos por fe del Espiritu de Dios que El es TODO AMOR.
2. Que el Creador ademas de evidenciarse por las obras de la naturaleza, se revela a traves de su Palabra bendita que es la Biblia, y en Jesucristo su Hijo amado.
3. Que Jesucristo es la magna revelacion del Ser Supremo Creador, a quien, tan solo El, nos enseno a llamarle Padre, como unico MEDIADOR Y ABOGADO; el maestro por excelencia y REDENTOR de la humanidad, quien vino a morir por nosotros y a levantarnos del estado espiritual degradado, a fin de que vivieramos dignamente segun la voluntad de Dios.
4. Que el perdon alcanzado por aceptar a Jesus como Salvador personal, es el perdon de Dios, y no de hombre, que lava y regenera de todos los pecados, y de lo cual no se acordara mas El.
5. La Iglesia de Cristo, como unico cuerpo de hermandad en El, en la misma fe y doctrina, con muchos dones y ministerios en sus miembros, teniendo como unica cabeza a Jesucristo, solamente a JESUCRISTO EL SENOR, y bajo la direccion del Espiritu Santo. Y no a ningun vicario o representante de nada en la tierra, ni cosa alguna que no este contenido en la Biblia.
6. En los enunciados precedentes, no hemos mencionado aquellas doctrinas que son componentes ademas de la fe cristiana, porque han sido reveladas por Dios, como son:
a) La Divinidad de Jesucristo, y el deber de solo adorarle a El.
b) La inmortalidad del alma, y la seguridad de otra vida despues de esta.
c) La existencia del cielo y del infierno como destino de las almas, y ningun otro lugar de espera o purificacion transitoria; el reino de Dios, en donde el sera el rey y Senor.

Algunos aceptan a Jesuscristo como el maestro ideal de la humanidad, el hombre perfecto y sin igual, pero sin aceptar su Divinidad ni las revelaciones que el hizo acerca de la redencion y del reino de Dios; no aceptando tampoco la Biblia como norma LEGISLADORA ABSOLUTA de la relacion entre los hombres, el mundo, la vida y Dios; la razon es simple, porque tendrian que admitir la existencia del PECADO y sus consecuencias derivadas; mas facil para quienes no creen, es vivir SIN COMPROMISOS MORALES NI ESPIRITUALES, en completa informalidad espiritual y moral, propio de su liberalismo y libertinaje que ampara sus estilos de vida mundanal.
Las ensenanzas de Jesus no pueden tomarse como un conjunto de principios eticos y morales basados en la justicia social y la igualdad humana exclusivamente; y que mas tarde fueran transformados por sus seguidores en creencias religiosas. Pensar asi es dar cabida efectivamente a creencias, tradiciones, costumbrismo, folclor religioso, supersticiones, idolatria de imagenes, paganismo, desestima y torcimiento de la Biblia.
Jesucristo jamas enseno que adorasen a su madre, ni a su padre José, ni a sus hermanos de sangre hijos de Maria, ni creencias de agua bendita, indulgencias, estampas, vestimentas, escapularios, procesiones, culto de muertos, primera comunion, confirmacion, bautizo de infantes, bautizo de bienes y cosas materiales, ni misas, ni sacramentos, ni padrinazgos, ni compadrazgos, ni fiestas patronales con borracheras. Antes bien, remarco el amor al projimo, pero tambien de ser seguidores de un solo Padre, una sola fe, un solo bautismo, un solo cuerpo cuya cabeza, fundamento y roca es El mismo, el Senor.
El mundo esta como esta porque parte de la responsabilidad de este caos moral y de injusticia social, recae en las falsas enseñanzas de religiones de hombres, de tradiciones de hombres, que han suplantado la enseñanza de la Palabra por siglos, de las persecuciones y matanzas de cristianos que adoraban solo a Jesucristo y seguian con fidelidad la Palabra de Dios como la enseno Jesus y sus apostoles. A la humanidad se le engano que la Biblia era cosa del demonio y por consiguiente pecado contra los clerigos de la Inquisicion, aquella nefasta organizacion de Torquemada.
Pero escrito esta que las fuerzas del Hades no prevaleceran contra Dios, esta es la fe que profesamos los cristianos en el amor de Dios, y nada nos hara renunciar a Jesucristo, a pesar que el demonio tiene sus instrumentos infiltrados en internet y en todos los estratos sociales. Los cristianos amamos a Jesus, seguimos la Biblia y la practicamos, no por imposicion de dogmas y autoridades eclesiales, sino por amor declarado a Jesus en nuestras vidas, y ese es el testimonio que nace de la razon y de la presencia del Espiritu Santo, y justificada en nuestra fe cristiana. Gloria a Jesucristo, bendito es el Senor, Castillo y Fortaleza nuestra, Bienaventurado de Gracia, Sol de Gloria, Principe de paz, Leon de Juda, El Yo Soy, ese es nuestro Jesus bendito, en El comienza y en El termina la vida, nada hay mas alla de El en la eternidad de la eternidad.
 
Dios te bendiga nautilus

Amén. Esta es la esecia misma del cristianismo.



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Fraternalmente suyo en Cristo Jesús.
 
Para recordar lo que es el cristinismo, y reflexionar en que deberiamos hacer para hacerlo vivir en nuestras vidas.
 
Hola nautilus:

le envio un comentario un poco mas objetivo y global sobre el vilipendiado y ya bastante manoseado cristianismo. Espero le guste, de lo contrario lo mas probable que me meta en el mismo saco donde coloca a todos los que no piensan como usted (jajaja):

Muchos amigos nos preguntamos porque no podemos ponernos de acuerdo muchas de las congregaciones religiosas que conforman el actual movimiento religioso cristiano. Nos gustaría ver prefigurada una congregación menos mecánica y mas humana.

Nos gustaría extender la mano a otros grupos religiosos y aprender de ellos tanto como hemos aprendido de nuestras tradiciones y libros sagrados. En verdad debemos evolucionar.

No pasemos por alto el valor de nuestra herencia espiritual, el río de verdad que fluye a través de los siglos, incluso hasta la época estéril de una era materialista y laica.

En todos nuestros esfuerzos meritorios por desembarazarnos de los credos supersticiosos de las épocas pasadas, debemos asegurarnos de conservar firmemente la verdad eterna. ¡Pero debemos tener paciencia! Cuando la sublevación actual contra la superstición haya terminado, las verdades del evangelio de Jesús sobrevivirán gloriosamente para iluminar un camino nuevo y mejor.

Pero el cristianismo paganizado y socializado necesita un nuevo contacto con las enseñanzas no comprometidas de Jesús; languidece por falta de una visión nueva de la vida del Maestro en la tierra. Una revelación nueva y más completa de la religión de Jesús está destinada a conquistar un imperio de laicismo materialista y a derrocar un influjo mundial de naturalismo mecanicista. La Tierra se estremece actualmente al borde mismo de una de sus épocas más asombrosas y apasionantes de reajuste social, de reanimación moral y de iluminación espiritual.

Las enseñanzas de Jesús, aunque enormemente modificadas, sobrevivieron a los cultos de misterio de su época natal, a la ignorancia y la superstición de la edad de las tinieblas, e incluso ahora están venciendo lentamente al materialismo, al mecanicismo y al laicismo del siglo veinte. Estas épocas de grandes pruebas y de derrotas amanazantes siempre son períodos de gran revelación.

La religión necesita nuevos dirigentes, hombres y mujeres espirituales que se atrevan a depender únicamente de Jesús y de sus enseñanzas incomparables. Si el cristianismo insiste en olvidar su misión espiritual mientras continúa ocupándose de los problemas sociales y materiales, el renacimiento espiritual tendrá que esperar la llegada de esos nuevos instructores de la religión de Jesús que se consagrarán exclusivamente a la regeneración espiritual de los hombres.

Entonces, esas almas nacidas del espíritu proporcionarán rápidamente la dirección y la inspiración necesarias para la reorganización social, moral, económica y política del mundo.

La era moderna rehusará aceptar una religión que sea incompatible con los hechos y que no se armonice con sus conceptos más elevados de la verdad, la belleza y la bondad. Ha llegado la hora de volver a descubrir los verdaderos fundamentos originales del cristianismo de hoy deformado y comprometido -la vida y las enseñanzas reales de Jesús.

El hombre primitivo vivía una vida de esclavitud supersticiosa al miedo religioso.
El hombre civilizado moderno teme la idea de caer bajo el dominio de fuertes convicciones religiosas. El hombre inteligente siempre ha tenido miedo de estar sujeto a una religión. Cuando una religión fuerte y activa amenaza con dominarlo, intenta invariablemente racionalizarla, institucionalizarla y convertirla en una tradición, esperando de este modo poder controlarla. Mediante este procedimiento, incluso una religión revelada se convierte en una religión elaborada y dominada por el hombre. Los hombres y las mujeres modernos e inteligentes rehuyen la religión de Jesús por temor a lo que ésta les hará -y a lo que hará con ellos. Y todos estos temores están bien fundados. En verdad, la religión de Jesús domina y transforma a sus creyentes, pidiendo a los hombres que dediquen su vida a buscar el conocimiento de la voluntad del Padre que está en los cielos, y exigiendo que las energías de la vida se consagren al servicio desinteresado de la fraternidad de los hombres.

Los hombres y las mujeres egoístas simplemente no quieren pagar este precio, ni siquiera a cambio del mayor tesoro espiritual que se haya ofrecido nunca al hombre mortal. Cuando el hombre se haya sentido suficientemente desilusionado por las tristes decepciones que acompañan la búsqueda insensata y engañosa del egoísmo, y después de que haya descubierto la esterilidad de la religión formalizada, sólo entonces estará dispuesto a volverse de todo corazón hacia el evangelio del reino, la religión de Jesús de Nazaret.

El mundo necesita más que nada una religión de primera mano. Incluso el cristianismo -la mejor religión del siglo veinte- no es solamente una religión acerca de Jesús, sino que es una religión que los hombres experimentan ampliamente de segunda mano. Éstos cogen su religión íntegramente tal como se la transmiten sus educadores religiosos aceptados. ¡Qué despertar experimentaría el mundo si tan sólo pudiera ver a Jesús tal como vivió realmente en la tierra, y conocer de primera mano sus enseñanzas dadoras de vida! Las palabras que describen las cosas bellas no pueden conmover tanto como la visión de esas cosas, y las palabras de un credo tampoco pueden inspirar el alma de los hombres como la experiencia de conocer la presencia de Dios.

Pero la fe expectante mantendrá siempre abierta la puerta de la esperanza del alma del hombre, para que entren las realidades espirituales eternas de los valores divinos del mundo del más allá.

El cristianismo se ha atrevido a rebajar sus ideales ante el desafío de la avidez humana, la locura de la guerra y la codicia del poder; pero la religión de Jesús se mantiene como la citación espiritual inmaculada y trascendente, apelando a lo mejor que hay en el hombre para que se eleve por encima de todos estos legados de la evolución animal, y alcance por la gracia las alturas morales del verdadero destino humano.

El cristianismo está amenazado de muerte lenta por el formalismo, el exceso de organización, el intelectualismo y otras tendencias no espirituales. La iglesia cristiana moderna no es esa fraternidad de creyentes dinámicos a la que Jesús encargó que efectuara la transformación espiritual continua de las generaciones sucesivas de la humanidad.

El llamado cristianismo se ha convertido en un movimiento social y cultural, así como en una creencia y una práctica religiosas. El arroyo del cristianismo moderno desagua más de un antiguo pantano pagano y más de una ciénaga bárbara; muchas antiguas cuencas culturales vierten sus aguas en esta corriente cultural de hoy, además de las altas mesetas galileas que se supone que son su origen exclusivo.

En verdad, el cristianismo ha hecho un gran servicio a este mundo, pero a quien más se necesita ahora es a Jesús. El mundo necesita ver a Jesús viviendo de nuevo en la tierra en la experiencia de los mortales nacidos del espíritu que revelan el Maestro eficazmente a todos los hombres. Es inútil hablar de un renacimiento del cristianismo primitivo; tenemos que avanzar desde el lugar donde nos encontramos. La cultura moderna debe bautizarse espiritualmente con una nueva revelación de la vida de Jesús, e iluminarse con una nueva comprensión de su evangelio de salvación eterna. Y cuando Jesús sea elevado así, atraerá a todos los hombres hacia él. Los discípulos de Jesús deberían ser más que conquistadores, incluso fuentes desbordantes de inspiración y de vida realzada para todos los hombres. La religión no es más que un humanismo elevado hasta que se hace divina mediante el descubrimiento de la realidad de la presencia de Dios en la experiencia personal.

La belleza y la sublimidad, la humanidad y la divinidad, la sencillez y la singularidad de la vida de Jesús en la tierra presentan un cuadro tan sorprendente y atractivo de la salvación del hombre y de la revelación de Dios, que los teólogos y los filósofos de todos los tiempos deberían reprimir eficazmente el atrevimiento de formular credos o de crear sistemas teológicos de esclavitud espiritual partiendo de esta donación trascendental de Dios en la forma del hombre. En Jesús, el universo produjo un hombre mortal en quien el espíritu de amor triunfó sobre los obstáculos materiales del tiempo y superó el hecho del origen físico.
Tengamos siempre presente que Dios y el hombre se necesitan el uno al otro. Son mútuamente necesarios para alcanzar de manera plena y final la experiencia de la personalidad eterna en el destino divino de la finalidad del universo.

“El reino de Dios está dentro de vosotros” fue probablemente la proclamación más grande que Jesús hiciera nunca, después de la declaración de que su Padre es un espíritu vivo y amante.

Para ganar almas para el Maestro, el primer kilómetro recorrido por coacción, deber o convenio no es la que transformará al hombre y a su mundo, sino más bien el segundo kilómetro de servicio libre y de devoción amante de la libertad, lo que significa que el discípulo de Jesús ha alargado la mano para coger a su hermano con amor y llevarlo, bajo la guía espiritual, hacia la meta superior y divina de la existencia mortal. Ahora mismo, el cristianismo recorre con gusto el primer kilómetro, pero la humanidad languidece y tropieza en las tinieblas morales porque hay muy pocos discípulos auténticos que recorran el segundo kilómetro -muy pocos seguidores declarados de Jesús que vivan y amen realmente como él enseñó a sus discípulos a vivir, amar y servir.

La llamada a la aventura de construir una sociedad humana nueva y transformada mediante el renacimiento espiritual de la fraternidad del reino de Jesús debería emocionar a todos los que creen en él, como los hombres no se han conmovido desde la época en que caminaban por la tierra como compañeros suyos en la carne.

Ningún sistema social o régimen político que niegue la realidad de Dios puede contribuir de manera constructiva y duradera al progreso de la civilización humana. Pero el cristianismo, tal como hoy está subdividido y secularizado, representa el mayor de todos los obstáculos para su propio progreso ulterior; esto es especialmente cierto en lo que concierne a oriente.

El poder eclesiástico es ahora y siempre incompatible con la fe viviente, el espíritu creciente y la experiencia de primera mano de los compañeros, por la fe, de Jesús en la fraternidad de los hombres, en la asociación espiritual del reino de los cielos. El deseo loable de preservar las tradiciones de los logros pasados conduce a menudo a defender unos sistemas de adoración obsoletos. El deseo bien intencionado de fomentar antiguos sistemas de pensamiento impide eficazmente patrocinar unos medios y unos métodos nuevos y adecuados destinados a satisfacer los anhelos espirituales de la mente en expansión y en progreso del hombre moderno.

Asimismo, las iglesias cristianas del siglo veinte se alzan como enormes obstáculos, aunque enteramente inconscientes, para el progreso inmediato del verdadero evangelio -las enseñanzas de Jesús de Nazaret.

Muchas personas serias que ofrecerían gustosamente su lealtad al Cristo del evangelio, encuentran muy difícil apoyar con entusiasmo a una iglesia que da tan pocas muestras del espíritu de su vida y de sus enseñanzas, y a estas personas se les ha enseñado erróneamente que él la fundó. Jesús no fundó la llamada iglesia cristiana, pero de todas las maneras compatibles con su naturaleza, la ha fomentado como la mejor representante existente de la obra de su vida en la tierra.

Si la iglesia cristiana se atreviera tan sólo a abrazar el programa del Maestro, miles de jóvenes aparentemente indiferentes se precipitarían para alistarse en esta empresa espiritual, y no dudarían en llevar a cabo hasta el fin esta gran aventura.

El cristianismo se enfrenta seriamente con la sentencia incluída en uno de sus propios lemas: “Una casa dividida contra sí misma no puede subsistir”. El mundo no cristiano difícilmente capitulará ante una cristiandad dividida en sectas. El Jesús vivo es la única esperanza de una posible unificación del cristianismo. La verdadera iglesia -la fraternidad de Jesús- es invisible, espiritual y está caracterizada por la unidad, pero no necesariamente por la uniformidad. La uniformidad es la marca distintiva del mundo físico de naturaleza mecanicista. La unidad espiritual es el fruto de la unión por la fe con el Jesús vivo. La iglesia visible debería negarse a continuar obstaculizando el progreso de la fraternidad invisible y espiritual del reino de Dios. Esta fraternidad está destinada a convertirse en un organismo viviente, en contraste con una organización social institucionalizada. Puede utilizar muy bien estas organizaciones sociales, pero no debe ser suplantada por ellas. Pero incluso el cristianismo del siglo veinte no debe ser despreciado. Es el producto del genio moral combinado de los hombres que conocían a Dios pertenecientes a muchas razas y durante muchas épocas; ha sido realmente uno de los más grandes poderes benéficos de la tierra, y por consiguiente nadie debería considerarlo a la ligera, a pesar de sus defectos inherentes y adquiridos. El cristianismo continúa ingeniándoselas para incitar, con poderosas emociones morales, la mente de los hombres reflexivos.

Pero la implicación de la iglesia en el comercio y la política no tiene excusa; estas alianzas profanas son una flagrante traición al Maestro. Y los auténticos amantes de la verdad tardarán mucho tiempo en olvidar que esta poderosa iglesia institucionalizada se ha atrevido con frecuencia a sofocar una fe recién nacida, y a perseguir a los portadores de la verdad que aparecían por casualidad con vestiduras no ortodoxas.

Es demasiado cierto que esta iglesia no habría sobrevivido si no hubiera habido hombres en el mundo que prefirieran esta forma de culto. Muchas almas espiritualmente indolentes anhelan una religión antigua y autoritaria de rituales y de tradiciones consagradas. La evolución humana y el progreso espiritual apenas son suficientes para hacer que todos los hombres prescindan de una autoridad religiosa.

Y la fraternidad invisible del reino puede muy bien incluir a estos grupos familiares de diversas clases sociales y temperamentales, con tal que estén dispuestos a convertirse en unos hijos de Dios realmente conducidos por el espíritu. Pero en esta fraternidad de Jesús no hay sitio para las rivalidades sectarias, el resentimiento entre los grupos, ni para las afirmaciones de superioridad moral e infalibilidad espiritual.

Estas diversas agrupaciones de cristianos pueden servir para albergar a los numerosos tipos diferentes de supuestos creyentes entre los diversos pueblos de la civilización occidental, pero esta división de la cristianidad muestra una grave debilidad cuando intenta llevar el evangelio de Jesús a los pueblos orientales.

Estas razas no comprenden todavía que existe una religión de Jesús separada, y un poco apartada, del cristianismo, el cual se ha vuelto cada vez más una religión acerca de Jesús.

La gran esperanza de la Tierra reside en la posibilidad de una nueva revelación de Jesús, con una presentación nueva y ampliada de su mensaje salvador, que uniría espiritualmente en un servicio amoroso a las numerosas familias de susseguidores declarados de hoy día.

Incluso la educación laica podría ayudar a este gran renacimiento espiritual, si prestara más atención a la tarea de enseñar a los jóvenes cómo acometer la planificación de la vida y el desarrollo del carácter. La meta de toda educación debería consistir en fomentar y promover el objetivo supremo de la vida, el desarrollo de una personalidad majestuosa y bien equilibrada. Existe una gran necesidad de enseñar la disciplina moral en lugar de tantas satisfacciones egoístas.

Sobre esta base, la religión puede aportar su estímulo espiritual para ampliar y enriquecer la vida humana, e incluso para asegurar y realzar la vida eterna.

El cristianismo es una religión improvisada, y por eso debe funcionar a baja velocidad. Las actuaciones espirituales a gran velocidad deben esperar la nueva revelación y la aceptación más generalizada de la verdadera religión de Jesús.

Pero el cristianismo es una religión poderosa, puesto que los discípulos corrientes de un carpintero crucificado pusieron en marcha las enseñanzas que conquistaron el mundo romano en trescientos años, y luego continuaron hasta vencer a los bárbaros que derrocaron a Roma. Este mismo cristianismo conquistó -absorbió y exaltó- toda la corriente de la teología hebrea y de la filosofía griega. Luego, cuando esta religión cristiana cayó en estado de coma durante más de mil años a causa de una dosis excesiva de misterios y de paganismo, se resucitó a sí misma y reconquistó virtualmente todo el mundo occidental. El cristianismo contiene suficientes enseñanzas de Jesús como para volverse inmortal.

Si el cristianismo tan sólo pudiera captar una mayor cantidad de enseñanzas de Jesús, podría hacer mucho más para ayudar al hombre moderno a resolver sus problemas nuevos y cada vez más complejos.

El cristianismo sufre una gran desventaja porque ha sido identificado, en la mente de todo el mundo, como una parte del sistema social, la vida industrial y los criterios morales de la civilización occidental; de este modo, el cristianismo ha parecido patrocinar, sin ser consciente de ello, una sociedad que se tambalea bajo la culpabilidad de tolerar una ciencia sin idealismo, una política sin principios, una riqueza sin trabajo, un placer sin restricción, un conocimiento sin carácter, un poder sin conciencia y una industria sin moralidad.

La esperanza del cristianismo moderno consiste en dejar de patrocinar los sistemas sociales y las políticas industriales de la civilización occidental, e inclinarse humildemente ante la cruz que ensalza tan valientemente, para aprender allí otra vez de Jesús de Nazaret las verdades más grandes que el hombre mortal pueda escuchar jamás -el evangelio viviente de la paternidad de Dios y de la fraternidad de los hombres.

Saludos cordiales,

anibal-LU
 
Hola nautilus:

le envio un comentario un poco mas objetivo y global sobre el vilipendiado y ya bastante manoseado cristianismo. Espero le guste, de lo contrario lo mas probable que me meta en el mismo saco donde coloca a todos los que no piensan como usted (jajaja):
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1. Hay varias personas en este foro, con quienes tenemos comunion de doctrina cristiana, mejor dicho, pensamos igual en lo que sostiene la Biblia.

2. Esos otros, que usted menciona; al no pensar como rectamente como enseña la palabra de Dios, y al no poder refutar mis argumentos, se marginan ellos mismos, sin que yo se los pida.

3. Me va disculpar, pero su mensaje esta demasiado largo para leerlo todo. Me agotan las verborreas, y mi tiempo es estrecho.

Gracias por leerme.
 
Hola amigo: No me resisto
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3. Me va disculpar, pero su mensaje esta demasiado largo para leerlo todo. Me agotan las verborreas, y mi tiempo es estrecho.
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me queda claro entonces que Ud debe agotarse a si mismo¡¡¡

La autoreferencia y autocontemplacion es el primer paso hacia el egosimo. Mucho cuidado amigo¡¡¡¡¡

Saludos

anibal-LU