Llevamos 40 años "dialogando" con el mundo y lo que está ocurriendo es que en vez de ser sal del mundo hemos dejado que el mundo nos desale.
Cristo no nos llamó a dialogar sino a predicar el evangelio, que es cosa bien distinta aunque a algunos no se lo parezca. Efectivamente, la predicación va mucho más allá del mero diálogo y es mucho más efectiva para la expansión del evangelio que eso tan de moda que se llama "diálogo inter-religioso" y que a veces me pregunto si no es una excusa tras la que se esconde un espíritu radicalmente contrario a lo que ha sido el espíritu evangelizador de nuestra Iglesia a lo largo de los siglos.
Y está muy bien eso de poner la otra mejilla pero es que la mejilla no es la nuestra sino la de nuestros hermanos que mueren masacrados por los musulmanes. Convendría que ellos vieran de nosotros menos actitud dialogante con los que les matan y más énfasis en la condena de tales hechos.
Dicho eso,
Paz y bien
Luis Fernando
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Querido Luis Fernando:
Comprendo tu dolor y tu celo...pero seria bueno recordar, lo que significa dialogar,en su sentido primigenio es una conversación, es una comunicación recíproca entre personas que conduce a un "entre" intrepersonal, a un sentido común a los participántes, que es irreductible a las solas aportaciones particulares. El dialógo no es solo un intercambio lenguístico sujeto-objeto, por el contrario su movimiento es bidireccional(Brugger,1995), y tu mi querido amigo postulas que no estamos llamados a dialogar sino a evangelizar, ¿que es evangelizar?, es anunciar la buena nueva a todos los hombres, anunciar el reino de Dios (Léon-Dufour,1980), para mi ello involucra el dialógo intereligioso. Condena sí, a todas formas de persecución religiosa, condena sí, a todo atropello a los derechos de los hijos de Dios, condena si a los torturados en las carceles del mundo, asi como tambien a los terroristas que cersenan vidas en pro de causas ideologicas, pero aun así apertura al dialogo.
Y no olvidemos, mi querido hermano, las bienaventuranzas:
"Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidospor causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados sereis cuando los injurien, y los persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros" (MT.5:9-12)y es bueno también revisar a MT 5:43-48.
Entonces mi querido hermano en Cristo, te entiendo, pero recordemos como la evangelización se llevo en America, presentando una lista de masacres y abusos, de dominación y explotación,tan fuerte que su Santidad el Pontifice Juan Pablo II apedido perdón, tenemos que tener conciencia que envangelizar se logra comprendiendo las culturas en sus estructuras sociales,como también los marcos etico-valoricos que les rigen...no hay evangelización sin dialógo intercultural.
No hay evangelización sin dar la otra mejilla, y mi querido amigo, esa mejilla es la nuestra, somos todos nosotros los perseguidos en carne de nuestros hermanos, si ...esa mejilla es la tuya....es la mia...es la de Nuestro Señor Jesucristo.
Tu hno en Cristo
Fco Dazarola
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A ver, es que yo no veo que en los encuentros inter-religiosos se evangelice. Se habla mucho, se dicen cosas muy bonitas que luego no sirven para nada porque los de siempre siguen masacrando cristianos, se cubre el expediente y luego cada cual se vuelve a su casa y aquí paz y depués gloria.... menos para nuestros hermanos. El diálogo que no va acompañado de la evangelización (es decir, lo que es el tan cacareado "diálogo inter-religioso") es capitulación ante el terror y renuncia a obedecer al mandato de Cristo.
Por cierto, no confundamos la maravillosa labor de evangelización que la Iglesia llevó a cabo en América con la opresión que parte cometió parte del poder político que acompañó a dicha evangelización. No eran los curas y misioneros los que mataban, esclavizaban y oprimían a los nativos sino, muy al contrario, fueron casi siempre sus protectores y los que denunciaban los abusos. Por tanto, y salvo las excepciones que confirman la regla, la Iglesia tiene que estar muy orgullosa y llevar la cabeza bien alta por la labor que desarrolló en el continente americano.
Respecto a lo de poner la otra mejilla, le repito lo que ya le dije en mi anterior mensaje. Con gusto pongo mi otra mejilla. Pero la mía, no la de mis hermanos oprimidos. A ellos intenteré defenderles o, al menos, no traicionarles besando la mano de quien les ejecuta.
Paz en Cristo
Luis Fernando