Grito de Guerra

25 Enero 2000
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¡Despertad, despertad, oh cristianos!
vuestro sueño dejad
que el cruel enemigo os acecha
y cautivos os quiere llevar
¡Despertad! las tinieblas pasaron,
de la noche no sois hijos ya,
que lo sois de la luz y del día.
y tenéis el deber de luchar

En mi dialecto:

¡Cristianos, despiértense! Dejen su sueño que el cruel enemigo los acecha y los quiere llevar cautivos. ¡Despiértense! ya pasaron las tinieblas y ahora ustedes no son hijos de de la noche sino de la luz del día. Tienen la obligación de luchar.
 
Estimados:

Por que no tenemos lucha contra carne y sangre(hombres) sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de esta siglo, contra huestes espirituales de maldad, en las regiones celestes.

Efesiso 6:12

Si amigos despertad, dejemos de ver al enemigo en las personas, nuestros enemigos estan en las tinieblas, en las regiones celestes.

no en cada hobre que no piensa como nosotros, no es contra ellos la lucha, a ellos hay que amarlos, hay que hablarles de el amor de Jesus, para librarlos de las potestades del diablo, los religiosos por mucho tiempo han sido engañados, como los fariseos, ellos son engañados y creen que el enemigo esta en las personas, por eso las ofenden, por eso las matan, asi hicieron con Jesus, y ese mismo espiritu de religion opera hoy en dia, atacando, ofendiendo, y aun matando a los que no creen como la persona con ese espiritu de religion.

Pidamosle a Dios que nos abra los ojos, para que veamos.

Dios les bendiga.

Victor
 
Victor, te amo (con amor AGAPE). No dudes en ningún momento que no me gustaría pasar la eternidad contigo; pero, hombre, tienes que enderezar las cosas y ser fiel a la Palabra de Dios, y no como Juan Manuel que le obedece a Karol Joseph a pie juntillas, aunque éste se vaya contra lo que Dios ha ordenado.
 
Despertad y bruñid vuestras armas,
vuestros lomos ceñid de verdad,
y calzad vuestros pies aprestados
con el grato Evangelio de paz.
Basta ya de profundas tinieblas,
basta ya de pereza mortal;
revestid, revestid vuestro pecho
de la cota de fe y caridad.