Principal
Poesias
Caminos
Pastor Divino
No me mueve Señor
Señor ven a mi Puerta
Paso la cosecha
Como no he de adorarte
Plegaria
Jesus LLoro
Grandeza Sublime
Paso la Cosecha
El Verdugo
Apocalipsis
Estudios Biblicos
JASD Manzanillo
GRANDEZA SUBLIME
Señor, en el poema sublime de los cielos,
absorto yo contemplo las obras de tus manos,
las selvas majestuosas, las aves en sus vuelos
me dicen que tu moras en el profundo arcano
No obstante las auroras me cuentan de tu gloria,
la brisa fresca y pura me enseña tu existencia,
la dulce primavera me canta tu victoria
y el trueno pavoroso tu grande omnipotencia.
El aire que respiro me dice a cada instante,
que tu diste la vida a todas las criaturas,
y tu las alimentas con tu cuidado amante
porque tu mano es fuente de prodigas harturas.
Yo se que tu formaste los cielos y la tierra,
que de la nada, todo trajiste a la existencia,
que Tu palabra eterna la gran verdad encierra
y en ella se revela la gloria de tu ciencia.
Yo se también Dios mío, que tu eres fuente eterna
de amor y de esperanza y de feliz consuelo
que al pecador acoges con mano dulce y tierna
y luego lo conduces a la mansión del cielo
Señor cuando en mis horas amargas de quebranto,
me veas vacilante andando por la vida,
conforta tu mis pasos, enjuga tu mi llanto,
mitiga los dolores agudos de mi herida.
Y cuando todo venga a su final ocaso,
en este mundo artero sombrío,
escóndeme del mal en tu feliz regazo
y guárdame en tu diestra, Señor, Señor, Dios mío
Poesias
Caminos
Pastor Divino
No me mueve Señor
Señor ven a mi Puerta
Paso la cosecha
Como no he de adorarte
Plegaria
Jesus LLoro
Grandeza Sublime
Paso la Cosecha
El Verdugo
Apocalipsis
Estudios Biblicos
JASD Manzanillo
GRANDEZA SUBLIME
Señor, en el poema sublime de los cielos,
absorto yo contemplo las obras de tus manos,
las selvas majestuosas, las aves en sus vuelos
me dicen que tu moras en el profundo arcano
No obstante las auroras me cuentan de tu gloria,
la brisa fresca y pura me enseña tu existencia,
la dulce primavera me canta tu victoria
y el trueno pavoroso tu grande omnipotencia.
El aire que respiro me dice a cada instante,
que tu diste la vida a todas las criaturas,
y tu las alimentas con tu cuidado amante
porque tu mano es fuente de prodigas harturas.
Yo se que tu formaste los cielos y la tierra,
que de la nada, todo trajiste a la existencia,
que Tu palabra eterna la gran verdad encierra
y en ella se revela la gloria de tu ciencia.
Yo se también Dios mío, que tu eres fuente eterna
de amor y de esperanza y de feliz consuelo
que al pecador acoges con mano dulce y tierna
y luego lo conduces a la mansión del cielo
Señor cuando en mis horas amargas de quebranto,
me veas vacilante andando por la vida,
conforta tu mis pasos, enjuga tu mi llanto,
mitiga los dolores agudos de mi herida.
Y cuando todo venga a su final ocaso,
en este mundo artero sombrío,
escóndeme del mal en tu feliz regazo
y guárdame en tu diestra, Señor, Señor, Dios mío