GRACIAS POR TU GRACIA, JESUS
> (Poesía)
>
> Gracias, amado Jesús,
> nos diste la salvación,
> muriendo allá en la cruz
> por mí, que soy pecador.
>
> Tu sabes que no merezco
> que me des la vida eterna,
> en todo momento peco,
> aunque otra cosa yo quiera.
>
> Pero por la fe y la gracia
> hoy se salva ya tu pueblo,
> la ley no tuvo eficacia
> ni en aquel pueblo hebreo.
>
> Jehová fue siempre fiel
> cumpliendo con sus promesas,
> pero el pueblo de Israel
> siempre perdió la conciencia.
>
> No hay justo, ni aún uno,
> en todo este planeta,
> que pueda llegar seguro
> por su fuerza a su meta.
>
> Pues los hijos de Adán
> tendemos siempre al pecado;
> a diario vemos violar
> el bello Pacto sagrado.
>
> Por ley no hay quien se salve,
> sino por la fe en Cristo.
> El alma que a El lo alabe
> tiene dentro al Infinito.
>
> Quien por la ley se justifica
> ha caído de la gracia,
> y el fariseo que insista
> los lleva a la puerta ancha.
>
> Muchas religiones de hoy
> cual fariseos predican,
> que yo al cielo no voy
> Si de la ley violo una pizca.
>
> Y mezclan la gracia y ley
> en su armazón doctrinal;
> mi pueblo quieren tener
> en esa senda infernal.
>
> Testigos y adventistas,
> evangélicos y mormones,
> luteranos, metodistas,
> metafísicos y masones.
>
> Miles de religiones,
> cada cual por su camino;
> hacen al hombre más pobre,
> falseando al Divino.
>
> Para Israel fue aquella ley,
> para la humanidad la gracia;
> el Viejo Pacto es ayer,
> hoy en Cristo se descansa.
>
> Con esas antiguas leyes
> se sustenta un monopolio,
> viven ellos como reyes
> mientras nos llevan al hoyo.
>
> Si la gracia han de aceptar
> su gran negocio caería,
> por eso no han de soltar
> la gente que en ellos se fía.
>
> El diezmo a ellos predican,
> las dietas con los alimentos;
> miles de libros publican
> y los venden sobre precio.
>
> Así tantas religiones
> desmeritan la misión,
> que con aquellos dolores
> llevó nuestro Salvador.
>
> El murió para salvarnos
> a todos gratuitamente,
> porque éramos condenados
> por aquella ley de muerte.
>
> Y aquella ley que se adueña
> de aquel débil pecador,
> le cayó la Roca Eterna
> que es nuestro Salvador.
>
> Porque era insuficiente
> del hombre su propia fuerza,
> para proteger su mente
> y su ruin naturaleza.
>
> Por eso te damos gloria
> oh, gran Redentor Jesús,
> por que nos das la victoria
> solo mirando a la cruz.
>
> Gracias Padre, Gracias Cristo,
> Gracias Espíritu Santo.
> Saben que yo necesito,
> su amor que me cubre tanto.
>
> Y tu pueblo fariseo
> que te afanas en la ley,
> deja ya de ser un reo,
> si gracias quieres tener.
>
> Lo que acaba de leer el lector es un pequeño fragmento del libro SALID DE
> ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino.
> Visualice pronto su versión completa en Internet.
> [email protected]
> Si te identificas con este mensaje, quizás sientas el deseo de llevarle una
> copia de él a quien lo creas propicio. Ojalá sientas esto.
>
> (Poesía)
>
> Gracias, amado Jesús,
> nos diste la salvación,
> muriendo allá en la cruz
> por mí, que soy pecador.
>
> Tu sabes que no merezco
> que me des la vida eterna,
> en todo momento peco,
> aunque otra cosa yo quiera.
>
> Pero por la fe y la gracia
> hoy se salva ya tu pueblo,
> la ley no tuvo eficacia
> ni en aquel pueblo hebreo.
>
> Jehová fue siempre fiel
> cumpliendo con sus promesas,
> pero el pueblo de Israel
> siempre perdió la conciencia.
>
> No hay justo, ni aún uno,
> en todo este planeta,
> que pueda llegar seguro
> por su fuerza a su meta.
>
> Pues los hijos de Adán
> tendemos siempre al pecado;
> a diario vemos violar
> el bello Pacto sagrado.
>
> Por ley no hay quien se salve,
> sino por la fe en Cristo.
> El alma que a El lo alabe
> tiene dentro al Infinito.
>
> Quien por la ley se justifica
> ha caído de la gracia,
> y el fariseo que insista
> los lleva a la puerta ancha.
>
> Muchas religiones de hoy
> cual fariseos predican,
> que yo al cielo no voy
> Si de la ley violo una pizca.
>
> Y mezclan la gracia y ley
> en su armazón doctrinal;
> mi pueblo quieren tener
> en esa senda infernal.
>
> Testigos y adventistas,
> evangélicos y mormones,
> luteranos, metodistas,
> metafísicos y masones.
>
> Miles de religiones,
> cada cual por su camino;
> hacen al hombre más pobre,
> falseando al Divino.
>
> Para Israel fue aquella ley,
> para la humanidad la gracia;
> el Viejo Pacto es ayer,
> hoy en Cristo se descansa.
>
> Con esas antiguas leyes
> se sustenta un monopolio,
> viven ellos como reyes
> mientras nos llevan al hoyo.
>
> Si la gracia han de aceptar
> su gran negocio caería,
> por eso no han de soltar
> la gente que en ellos se fía.
>
> El diezmo a ellos predican,
> las dietas con los alimentos;
> miles de libros publican
> y los venden sobre precio.
>
> Así tantas religiones
> desmeritan la misión,
> que con aquellos dolores
> llevó nuestro Salvador.
>
> El murió para salvarnos
> a todos gratuitamente,
> porque éramos condenados
> por aquella ley de muerte.
>
> Y aquella ley que se adueña
> de aquel débil pecador,
> le cayó la Roca Eterna
> que es nuestro Salvador.
>
> Porque era insuficiente
> del hombre su propia fuerza,
> para proteger su mente
> y su ruin naturaleza.
>
> Por eso te damos gloria
> oh, gran Redentor Jesús,
> por que nos das la victoria
> solo mirando a la cruz.
>
> Gracias Padre, Gracias Cristo,
> Gracias Espíritu Santo.
> Saben que yo necesito,
> su amor que me cubre tanto.
>
> Y tu pueblo fariseo
> que te afanas en la ley,
> deja ya de ser un reo,
> si gracias quieres tener.
>
> Lo que acaba de leer el lector es un pequeño fragmento del libro SALID DE
> ELLA, PUEBLO MIO, de Félix Lantigua Paulino.
> Visualice pronto su versión completa en Internet.
> [email protected]
> Si te identificas con este mensaje, quizás sientas el deseo de llevarle una
> copia de él a quien lo creas propicio. Ojalá sientas esto.
>