Hermanos en Cristo y El Espíritu de Su Palabra
Para algunas personas que observan el cristianismo desde lejos, no siendo ellas mismas dadas a la religión, pero que creen que el hombre es algo mas que carne y egoísmo, les resulta dificultoso distinguir con claridad cual es realmente el cristianismo verdadero.
Esto es absolutamente entendible de acuerdo a como se han dado las cosas, sobre todo en la segunda mitad de este siglo, si consideramos la falta de evangelización en Espíritu y en Verdad y la participación en la política mundial de los que se dicen así mismos cristianos universales, de los cuales la historia en estos dos últimos milenios habla con una claridad que pasman a cualquier mínimo y honesto conocedor de la historia.
Los tiempos y el desarrollo de medios de comunicación modernos, han contribuido de buena manera a una difusión clara del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, no exenta por cierto de algunos que aprovechándose de la ignorancia de los pueblos, a causa de una deficiente y a veces nula educación histórica en los asuntos de Dios, se han llenado los bolsillos con la propagación de doctrinas mentirosas y pervertidas, dando origen a múltiples movimientos sectarios, que se visten con el ropaje de cristianos, pero que en la evidencia de sus enseñanzas y actos no lo son.
Para un observador no cristiano y potencial oidor del Evangelio Verdadero, debe ser difícil entender como es posible que teniendo el Cristianismo 2000 años de antigüedad, la sistematización de su crecimiento con el poder político y militar que siempre lo ha sustentado, haya sido incapaz de evangelizar en Espíritu y en Verdad, de manera que la historia resalte la eficiencia de ello. Prueba irrefutable de lo anterior, es que este poderoso sistema religioso, por causa de su retroceso ha considerado necesario re- evangelizar, sorprendente y paradójicamente a naciones que en la práctica fueron en un pasado cercano, cien por cien cristianas, es claro que el concepto de re- evangelización no existe en la verdadera Doctrina Cristiana y que lo único que se le parece es la congregación en el nombre de Jesucristo de los que creen en su nombre, aman el Espíritu de su Palabra y se esfuerzan, con Dios como testigo por guardarla, como enseña con claridad meridiana la revelación de Dios al hombre.
Por lo anteriormente expuesto, he querido presentar a ustedes y a cualquiera que no sea cristiano, un contraste simple y resumido sobre los fundamentos del verdadero Amor Cristiano y las enseñanzas que se fundamentan en pensamientos de hombres que se apoyan en la política y no en el poder de Dios sobre toda criatura.
Veamos:
1- En el Evangelio del Apóstol Juan, para educación de todo hombre sobre la tierra, El Espíritu de La Palabra de Dios dice y enseña:
"Judas (no el Iscariote), pregunta: Señor, ¿Como es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo:
El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis Palabras; y la Palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he dicho estas cosas, estando con vosotros.
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mí nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Mi paz o dejo , mi paz os doy: Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón y no tengáis miedo." (Juan 14: 22-27)
2- En contraste con lo anterior, veamos una enseñanza oficial y básica de la iglesia católica romana, que tiene imprimátur papal del año 1956:
"...Por tanto, la Palabra de Dios no está contenida únicamente en la Escritura. Vive también en la Iglesia en forma de cultos y costumbres (pensemos sobre todo en los sacramentos). Tal es la primera conclusión.
La segunda no es menos importante: ESCRITURAS y tradiciones apostólicas han de ser JUZGADAS a la luz de la tradición viviente, de la comunión viviente y consiente que une la Iglesia a Cristo."
(El imprimátur papal de esta cita, a causa de su extensión, se presenta al pie del mensaje)
Creo que el contraste no necesita mayores comentarios, lo que es claro es que, si alguien se dice cristiano, es un seguidor de Cristo y este ama a su Maestro y enseñanzas, y por ninguna causa humana, llámese tradición o como se llame, un verdadero seguidor puede juzgar la Enseñanza de su maestro.
Evidentemente, la capacidad de cada hombre de creer a una u otra enseñanza estará definida por las preferencias de su corazón y el espíritu que lo anima.
Preguntaré a los hermanos y a cualquiera que quiera responder, lo siguiente:
1-¿Cómo puede una institución humana, de una conocida historia de horrores y probada incapacidad de evangelizar en Espíritu y en Verdad al hombre, considerarse así misma, con la capacidad intelectual y moral de juzgar El Espíritu de la Palabra de Dios, hay amor a la Verdad en esto?
2- ¿Puede una institución de hombres ejercer poder verdadero sobre lo que ha sido declarado por Dios, en su Hijo Jesucristo, para enseñanza a todo hombre sobre la tierra, es esto fe o incredulidad en el Poder de Dios y de su Santo Espíritu?
3-¿Se entiende que tipo de dios sería este, si sus enseñanzas pudieran ser juzgadas por los hombres?
4-¿Qué puede motivar a algunos hombres a consentir y sentirse en el derecho y con la capacidad de juzgar sobre lo enseñado por nuestro Señor Jesucristo?
5- ¿Es verdaderamente cristiano todo este comportamiento y enseñanzas?
6- ¿Puede un verdadero cristiano deleitarse en el espíritu que sustentan estas enseñanzas?
¡¡Hermanos, no olvidemos que nuestro principal negocio es agradar a Dios antes que a los hombres¡¡¡
En Cristo
Rogelio
Referencias:
La enseñanza oficial romana está tomada de:
Initiation Théoligique I y II del P.A.M. Henry, O.P., Les Éditions du Cerf, Paris
1952
Versión española por los PP. Dominicos del Estudio General de Filosofía de
Caldas de Besaya (Santander), de la obra "Initiation Théoligique I y II del
P.A.M. Henry, O.P., y un grupo de teólogos, publicada por Éditions du Cerf,
Paris.
Nihil obstat. Los censores: RR.PP Teófilo Urdánoz y Cándido Aniz, O.P.,
Doct. S. Teolog.
Imprimi Potestt. Fr. Aniceto Fernández, O.P., Prior Provincial.
Nihil Obstat, Antonius Solano, T.O.P., censor
Imprimatur. Santanderii, 5 maio 1956
Josephus, Episcoupus Santanderensis
Para algunas personas que observan el cristianismo desde lejos, no siendo ellas mismas dadas a la religión, pero que creen que el hombre es algo mas que carne y egoísmo, les resulta dificultoso distinguir con claridad cual es realmente el cristianismo verdadero.
Esto es absolutamente entendible de acuerdo a como se han dado las cosas, sobre todo en la segunda mitad de este siglo, si consideramos la falta de evangelización en Espíritu y en Verdad y la participación en la política mundial de los que se dicen así mismos cristianos universales, de los cuales la historia en estos dos últimos milenios habla con una claridad que pasman a cualquier mínimo y honesto conocedor de la historia.
Los tiempos y el desarrollo de medios de comunicación modernos, han contribuido de buena manera a una difusión clara del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, no exenta por cierto de algunos que aprovechándose de la ignorancia de los pueblos, a causa de una deficiente y a veces nula educación histórica en los asuntos de Dios, se han llenado los bolsillos con la propagación de doctrinas mentirosas y pervertidas, dando origen a múltiples movimientos sectarios, que se visten con el ropaje de cristianos, pero que en la evidencia de sus enseñanzas y actos no lo son.
Para un observador no cristiano y potencial oidor del Evangelio Verdadero, debe ser difícil entender como es posible que teniendo el Cristianismo 2000 años de antigüedad, la sistematización de su crecimiento con el poder político y militar que siempre lo ha sustentado, haya sido incapaz de evangelizar en Espíritu y en Verdad, de manera que la historia resalte la eficiencia de ello. Prueba irrefutable de lo anterior, es que este poderoso sistema religioso, por causa de su retroceso ha considerado necesario re- evangelizar, sorprendente y paradójicamente a naciones que en la práctica fueron en un pasado cercano, cien por cien cristianas, es claro que el concepto de re- evangelización no existe en la verdadera Doctrina Cristiana y que lo único que se le parece es la congregación en el nombre de Jesucristo de los que creen en su nombre, aman el Espíritu de su Palabra y se esfuerzan, con Dios como testigo por guardarla, como enseña con claridad meridiana la revelación de Dios al hombre.
Por lo anteriormente expuesto, he querido presentar a ustedes y a cualquiera que no sea cristiano, un contraste simple y resumido sobre los fundamentos del verdadero Amor Cristiano y las enseñanzas que se fundamentan en pensamientos de hombres que se apoyan en la política y no en el poder de Dios sobre toda criatura.
Veamos:
1- En el Evangelio del Apóstol Juan, para educación de todo hombre sobre la tierra, El Espíritu de La Palabra de Dios dice y enseña:
"Judas (no el Iscariote), pregunta: Señor, ¿Como es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo:
El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis Palabras; y la Palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he dicho estas cosas, estando con vosotros.
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mí nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Mi paz o dejo , mi paz os doy: Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón y no tengáis miedo." (Juan 14: 22-27)
2- En contraste con lo anterior, veamos una enseñanza oficial y básica de la iglesia católica romana, que tiene imprimátur papal del año 1956:
"...Por tanto, la Palabra de Dios no está contenida únicamente en la Escritura. Vive también en la Iglesia en forma de cultos y costumbres (pensemos sobre todo en los sacramentos). Tal es la primera conclusión.
La segunda no es menos importante: ESCRITURAS y tradiciones apostólicas han de ser JUZGADAS a la luz de la tradición viviente, de la comunión viviente y consiente que une la Iglesia a Cristo."
(El imprimátur papal de esta cita, a causa de su extensión, se presenta al pie del mensaje)
Creo que el contraste no necesita mayores comentarios, lo que es claro es que, si alguien se dice cristiano, es un seguidor de Cristo y este ama a su Maestro y enseñanzas, y por ninguna causa humana, llámese tradición o como se llame, un verdadero seguidor puede juzgar la Enseñanza de su maestro.
Evidentemente, la capacidad de cada hombre de creer a una u otra enseñanza estará definida por las preferencias de su corazón y el espíritu que lo anima.
Preguntaré a los hermanos y a cualquiera que quiera responder, lo siguiente:
1-¿Cómo puede una institución humana, de una conocida historia de horrores y probada incapacidad de evangelizar en Espíritu y en Verdad al hombre, considerarse así misma, con la capacidad intelectual y moral de juzgar El Espíritu de la Palabra de Dios, hay amor a la Verdad en esto?
2- ¿Puede una institución de hombres ejercer poder verdadero sobre lo que ha sido declarado por Dios, en su Hijo Jesucristo, para enseñanza a todo hombre sobre la tierra, es esto fe o incredulidad en el Poder de Dios y de su Santo Espíritu?
3-¿Se entiende que tipo de dios sería este, si sus enseñanzas pudieran ser juzgadas por los hombres?
4-¿Qué puede motivar a algunos hombres a consentir y sentirse en el derecho y con la capacidad de juzgar sobre lo enseñado por nuestro Señor Jesucristo?
5- ¿Es verdaderamente cristiano todo este comportamiento y enseñanzas?
6- ¿Puede un verdadero cristiano deleitarse en el espíritu que sustentan estas enseñanzas?
¡¡Hermanos, no olvidemos que nuestro principal negocio es agradar a Dios antes que a los hombres¡¡¡
En Cristo
Rogelio
Referencias:
La enseñanza oficial romana está tomada de:
Initiation Théoligique I y II del P.A.M. Henry, O.P., Les Éditions du Cerf, Paris
1952
Versión española por los PP. Dominicos del Estudio General de Filosofía de
Caldas de Besaya (Santander), de la obra "Initiation Théoligique I y II del
P.A.M. Henry, O.P., y un grupo de teólogos, publicada por Éditions du Cerf,
Paris.
Nihil obstat. Los censores: RR.PP Teófilo Urdánoz y Cándido Aniz, O.P.,
Doct. S. Teolog.
Imprimi Potestt. Fr. Aniceto Fernández, O.P., Prior Provincial.
Nihil Obstat, Antonius Solano, T.O.P., censor
Imprimatur. Santanderii, 5 maio 1956
Josephus, Episcoupus Santanderensis