Hola Yelo:
Me considero discípulo de Cristo, y eso me acredita como cristiano, sin ninguna otra condición. (Hechos 11:26... “A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquia.”) Ni soy católico, ni protestante, ni testigo de Jehová, ni adventista, ni pertenezco a ninguna iglesia o secta humana alguna, y ni tan siquiera me considero salvo.
Al nacer en España, durante la dictadura franquista, todo el mundo debía de ser católico por decreto, en la escuela nos enseñaban la religión católica, quisieras o no quisieras, y yo en aquel entonces, no tenía nada en contra de ella, y como niño, creía en todo lo que me decían los profesores. Hasta que no conté con diez años, no empecé a dudar de lo que nos estaban enseñando, y fue cuando al preguntar al sacerdote que hacía de maestro, ya que uno de los mandamientos era “No Matarás”, ¿Era pecado entonces matar en una guerra? Cuando ese sacerdote, me contestó con un discurso político, donde afirmaba que para defender la patria si que era lícito el matar, a mi, esa respuesta no me convenció en absoluto, el concepto “patria”, no tenía nada que ver con toda la “historia sagrada” que nos hacían estudiar, es más, es incluso contradictorio con la idea de que todos somos hijos de Dios y por lo tanto hermanos.
Desde entonces, empecé a examinar de forma más crítica, tanto lo que se nos enseñaba, como también, a quien nos lo enseñaba, (aunque solo lo hice en religión) y me di cuenta, que no actuaban según lo que predicaban, llegando a la conclusión, de que si no lo hacían así, es por que ellos mismos no creían en lo que predicaban, y si no creían, era sin duda por que todo aquello eran una sarta de mentiras.
(Romanos 2:21-24) RVR-95
21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de robar, ¿robas? 22 Tú, que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23 Tú que te jactas de la Ley, ¿con infracción de la Ley deshonras a Dios?, 24 pues, como está escrito: “El nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros”
Si la religión era mentira, entonces la única verdad, debía de estar en la ciencia, y contando con catorce años, me declaré ateo.
La VERDAD y la JUSTICIA, siempre me han interesado, y no solo en relación a mi mismo, sino que también quería eso para todo el mundo. La dictadura estaba muy lejos de ser un sistema justo, y empecé a luchar contra ella, llevado más por las emociones que por el cerebro, pues mis conocimientos de política eran nulos, pero a los dieciocho años, entré a formar parte de un partido comunista.
Duró poco mi militancia como comunista, pues habían cosas que no tenía claras, y cuando llegó el primer “comisario político” para indicarnos que es lo que debíamos de hacer, dejé el partido, pues no estaba dispuesto a luchar contra una dictadura, para establecer otra igual, pero de distinto color.
A los veinte años, conocí a unos anarquistas, y eso si que me convenció totalmente, pues realmente, mis propias ideas, siempre habían sido anarquistas, y en mi habitación tenía un póster con una frase de Buenaventura Durruti que decía: “Todos tenemos un mundo nuevo en nuestros corazones” Y hacía mías las que dicen: “Mi patria es el mundo, mi familia la humanidad”, estás últimas, todavía las podríamos encontrar en los primeros mensajes que incluí en este foro.
Pero sea cual sea el sistema político que creamos más justo y conveniente para todos, requiere que todos, pongan la mayor voluntad para hacerlo funcionar, y el anarquismo, más que cualquier otro.
Con los años, te encuentras con la traición de personas en las que confiabas plenamente, personas que se venden a si mismos o a sus compañeros por dinero, por poder, o por cualquier otro motivo, pero sigues confiando, sigues creyendo en esas ideas, ¡unos cuantos traidores, no podrán hacer fracasar la justicia! Te dices.
(Jeremías 17:5) RVR-95
5 Así ha dicho Jehová: “¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Jehová!
Como anarquista, también era anti-militarista, es decir, estaba en contra de todo ejercito, (eso no quiere decir que fuera pacifista, eso llegó luego) pero al ser el servicio militar, obligatorio en este país, y en aquellos años, también a mí me llegó la hora de cumplirlo, y entonces tenía varias alternativas, negarme a hacerlo, y pasar varios años de cárcel, irme durante bastantes años al extranjero, o pasar un año haciendo el servicio y después olvidarme del tema. Desgraciadamente, opté por esta última opción. Muchos puede que no entiendan el porqué digo “desgraciadamente”, incluso entre mis excompañeros hay quien no lo entiende, pero lo cierto, es que haber claudicado ante el estado, era para “el mejor anarquista que yo conocía, o sea YO mismo” una forma como otra cualquiera de venderse, y ni tan siquiera por treinta monedas de plata, sino por simple comodidad.
De ningún consuelo era para mí, que otros muchos “anarquistas” hubieran hecho lo mismo, mi madre solía decir: “Mal de muchos, remedio de tontos”, y yo puedo decir, que no puede haber peor traidor, que quien se traiciona a si mismo.
Tras el servicio militar, la depresión y la frustración, se apoderaron de mí, hasta el punto que me interesé por obtener un arma, no para suicidarme como Judas, sino para hacer “pagar” a otros, por lo que yo pasaba, pues culpaba a la “sociedad”, sin querer reconocer, que realmente el daño me lo había hecho yo mismo, al ser infiel a mis propias convicciones o creencias.
(Mateo 27:4) RVR-95
4 diciendo:
--Yo he pecado entregando sangre inocente.
Pero ellos dijeron:
--¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
En aquellos días, una pintada feminista en la fachada de una casa, que decía: “Macho, tu violencia es tu impotencia”, produjo toda una serie de cambios en mí, me hizo reflexionar sobre la violencia que sentía, sobre si el fin justifica los medios, o no, y varias cosas más. Descarté por completo el camino de la violencia, y fue entonces cuando además de anti-militarista, también me convertí en pacifista.
Y todas esas experiencias, me enseñaron otra cosa. El hombre no puede autogobernarse, ni obtener un mundo mejor, pues siempre los propios intereses egoístas, las envidias, el ansia de riqueza y poder, los personalismos, la corrupción, etc., etc., acaban impidiéndolo.
(Jeremías 10:23) RVR-95
23 ¡Conozco, Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos!
Una persona, por muy atea que esta sea, no quiere decir que carezca de valores morales, ni de sentido de la justicia, ni de felicidad. Los años que pasé creyendo firmemente en el anarquismo, luchando los siete días a la semana, los días normales después del trabajo, y los fines de semana completos, ya fuera pegando carteles, acudiendo a reuniones, y manifestaciones, ya fuera haciendo trabajos burocráticos, me llenaban totalmente, y mirando hacía atrás, yo era muy feliz en aquel entonces, pues luchaba por algo que consideraba totalmente cierto, justo y necesario para todos. Me equivocaba, es cierto, son muchas las veces que me he equivocado en esta vida, pero el peor error, es cuando uno mismo, no quiere reconocer que se encuentra en un error.
Ahora bien, una vez los ideales se han perdidos, o solo han quedado como ideales utópicos, entonces el ateo si que puede hacer cambios negativos, pero igual que el creyente que pierde la fe. Al perder toda confianza en el hombre, ya no hacía falta que aportara dinero para apoyar proyecto alguno, pues al fin y al cabo, sería como tirar el dinero, y como solo creía en esta vida material, me dediqué a “vivir la vida”, fue la etapa de mis viajes por el mundo, gastar el dinero en caprichos inútiles, y en comer en buenos restaurantes, nada malo en particular, pero solo me preocupaba de mi propio gozo, sin tener en cuenta ni al resto de la humanidad, ni sus problemas, lo que yo califiqué como vegetar, mientras esperaba la muerte, más que vivir.
Nunca me ha tentado el poder, ni el status social, nunca he sentido envidia de nadie, cuando en el trabajo se me propuesto ascender de puesto, me he negado, pues lo que a mi me gustaba era programar, y no mandar a otros lo que tenían que hacer. Tal vez, si yo hubiera sido diferente, al ser ateo no hubiera dudado de perjudicar a cualquiera con tal de ascender y ganar más dinero y poder. Si bien, el ser ateo facilita esta actitud, y hay muchos así, pienso que también habrán personas, que declarándose creyentes, no dudarán en perjudicar a otros, para obtener ellos mismos algún beneficio. Personalmente no conozco ningún caso, pero tengo oídos algunos cuantos.
Muchos años pasé riéndome de los creyentes, a los cuales calificaba de tres formas distintas, los primeros, como creyentes sinceros, pero que solo su ignorancia justificaba su fe. Otro grupo, los de “por si las moscas”, gente débil, con un miedo atroz a la muerte, y que su propio miedo, les hacía acogerse a la religión, con el sueño de poder volver a vivir tras la muerte, como el que cae por un precipicio y se coge a un clavo ardiendo para salvarse. Y por último los inteligentes, los que decían que creían, pero que solo usaban de la religión para gobernar y aprovecharse de los demás.
No era yo precisamente una persona propicia para caer en las “garras de la religión”, incapaz de creer en cuentos de hadas, soltero, sin familia y sin ambiciones, llevaba años diciendo que los cincuenta era una buena edad para morir, actualmente tengo cuarenta y cinco, y sin ningún interés en el poder o en aprovecharme de los demás (creando algún tipo de secta, por ejemplo) vivía totalmente al margen de la religión.
Un buen día, llegaron unos Testigos de Jehová por casa, y cuando me propusieron hacer un estudio con ellos, me pareció divertido el intentar demostrarles yo a ellos, que Dios no existía, pero siempre me ha interesado la VERDAD, y me propuse estudiar cualquier posibilidad, sin prejuicios, y con la mayor seriedad que yo pudiera poner en ello, así que empecé a leer la Biblia, al mismo tiempo que estudiaba la célula y su funcionamiento para poder discutir de evolución con ellos.
No fue la Biblia la primera en “sacudirme”, (como por aquí se dice) sino que fue el estudio de la célula lo que me “sacudió” en abundancia, cuando tuve una remota idea de que era una célula y como funcionaba, toda mi creencia en aquello del “azar y la necesidad”, se vino abajo. Catorce años programando ordenadores, me dan bastante conocimiento, para saber que los programas de ordenador, no surgen por “casualidad”
Cuando uno es ateo, y lee la Biblia, poco le puede decir su lectura, ¡Pero este libro es fenomenal!, por así decirlo, funciona por niveles, según la fe que cada uno tenga, solo entenderá lo de su nivel, y todos los niveles inferiores, pero los niveles superiores, seguirán estando sin sentido para él, no por falta de conocimiento o inteligencia para entender la letra escrita, sino por que su significado, se niega a llegar al cerebro, o sencillamente por que no se puede creer en lo que dice. Por ese motivo, creo que es bueno releer la Biblia de cuando en cuando, pero aviso, yo no creo en la veracidad de toda la Biblia, ni me parece bueno el creerlo así.
Siendo ateo, en mi primera lectura de la Biblia, yo conocía la historia de los judíos desde la época medieval, hasta nuestros días y leyendo (Levítico 26) y (Deuteronomio 28) se me puso “la piel de gallina”. He de decir, que de profecías no entiendo nada, o en todo caso, no he llegado a ese nivel, pero una profecía, la de (Daniel 7) la entendí, casi como si estuviera descrita en lenguaje vulgar, y si bien, tiene mucho que ver con los capítulos antes citados, nada tienen que ver con Babilonia, ni Grecia, ni Medo-Persia, ni Roma, como la interpretación estándar afirma.
El pueblo judío y su historia, para mí es una prueba viva de que Dios existe, que su palabra se cumple, y que la Biblia es más que un libro de cuentos y leyendas, incluso aplicando el método científico, pues en la Biblia podemos leer lo que le pasaría al pueblo judío en caso de no ser fiel a Dios, y la historia nos narra lo bien que se han cumplido estas palabras, tanto en tiempo de Babilonia, como tras la destrucción de Jerusalén en el 70, y como los judíos se esparcieron por el mundo, sus persecuciones y expulsiones de varios países, hasta el genocidio nazi, y como contra todo pronóstico, un pueblo diseminado, sin fuerza o ejercito alguno, en 1948 volvió a existir, y en la misma tierra que les fue dada por Dios.
(Deuteronomio 30:1-5) RVR-95
1 Sucederá que cuando hayan venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, te arrepientas en medio de todas las naciones adonde te haya arrojado Jehová, tu Dios, 2 te conviertas a Jehová, tu Dios, y obedezcas a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, tendrá misericordia de ti y volverá a recogerte de entre todos los pueblos donde te haya esparcido Jehová, tu Dios. 4 Aunque tus desterrados estén en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová, tu Dios, y de allá te tomará. 5 Jehová, tu Dios, te hará volver a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; te hará bien y te multiplicará más que a tus padres.
Hay quien afirma que partes de Levítico y Deuteronomio, fueron añadidas, tras la vuelta del pueblo judío del destierro en Babilonia, yo no lo creo así, pero tampoco me extrañaría que realmente fuera así, pues me consta que añadidos y alteraciones se han hecho en todos los tiempos, pero de lo que no me cabe ninguna duda, es que tanto Levítico como Deuteronomio, se escribieron y tradujeron muchísimos años antes del genocidio nazi, y de la restauración del estado de Israel en 1948.
Desgraciadamente, como bien dice la Biblia, “este pueblo es de dura cerviz” y del seguro y sincero arrepentimiento, cuando estaban en los campos de exterminio, no les ha quedado ni el recuerdo. ¡Que diferente que hubiera sido su historia, si hubieran sido leales a Dios¡
Con una cosa y otra, empecé a aceptar la idea de la existencia de Dios, pero al mismo tiempo, empecé a criticar la justicia de Dios, pues no me parecía correcta. Los anarquistas, no han de financiar al estado, así que las deudas con la administración, no eran ni consideradas deudas por mi. En aquel entonces, me empezaron a llover los requerimientos de pago, y embargos de cuentas bancarias al no realizar yo los pagos requeridos. Todos ellos, de deudas donde la más reciente tenía más de quince años de antigüedad. Cuando me llegó la última que recibí, me alegré y me puse a reír, fue ese día cuando abierta y públicamente acepté la existencia de Dios. Eso fue en el primer semestre de 1999
(Mateo 7:1-2) RVR-95
1 No juzguéis, para que no seáis juzgados, 2 porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá.
Una persona, no puede, o mejor dicho, no debe de querer forzar sus creencias. Una persona solo puede esforzarse en encontrar la verdad, pero el poder creer en Dios, y en Cristo, ni tan siquiera depende de la voluntad de la persona, sino de Dios.
(Juan 6:44) RVR-95
44 Nadie puede venir a mí, si el Padre, que me envió, no lo atrae; y yo lo resucitaré en el día final.
El hombre es capaz de conseguir, el creer aquello que uno desea creer, y cuesta un cierto esfuerzo, el no confundir nuestros deseos o ilusiones con realidades, apartarse de fanatismos y/o fantasías. El único medio con que podemos luchar contra eso, es el estudio serio, pensar y meditar, es la razón lo que nos apartará de la mentira, pero sobre todo, el mayor seguro para no equivocarse, es la ayuda de Dios.
Sin embargo, esta última idea, también puede llegar a ser la causante de que una persona con la idea más fantástica imaginable, pueda llegar a pensar, que es el propio Dios quien se la ha inspirado, cayendo en el fanatismo que se pretendía evitar. Compaginar las ideas de la “escuela racionalista”, con el concepto “fe”, es de lo más difícil, pues son prácticamente incompatibles, y sin embargo, debemos de buscar entre los dos el mayor equilibrio posible, pues fe y razón no son incompatibles, sino complementarias, así como ciencia y religión, pues la autentica verdad, no está en ninguna de las dos, pues las dos contienen errores.
El que alguien viva o muera, es decisión de Dios, según mi creencia, ya se clame a María, como a san no se qué, o santa no se cuantos, o a Bisnú, o a Buda. Dios es el único Dios, tanto para cristianos, musulmanes, judíos, budistas, hinduistas, o ateos. Que los hombres lo acepten o reconozcan, ese ya es otro problema, pero inicialmente Dios ama a todas sus criaturas.
(Mateo 5:45) RVR-95
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos y llover sobre justos e injustos.
Hay cristianos que tienen una vida cómoda, y sin preocupaciones materiales, mientras hay otros que pasan muchas dificultades, exactamente igual que pasa con los judíos, musulmanes, o incluso ateos. Formar parte de una religión en particular, ya sea falsa o verdadera, no conlleva asegurado ningún bienestar material, o despreocupación de cualquier otro tipo.
Tal vez, entre los más perdidos, los que predican eso de la “Teología del bienestar”, sean más contrarios a Dios, que cualquier otro.
También he leído que comentabas lo de Mateo 19, sobre la salvación, los mandamientos, y las riquezas.
(Mateo 19:16-24) RVR-95
16 Entonces se acercó uno y le dijo:
--Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener vida eterna?
17 Él le dijo:
--¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18 Le preguntó:
--¿Cuáles?
Y Jesús le contestó:
--No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19 Honra a tu padre y a tu madre. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.
20 El joven le dijo:
--Todo esto lo he guardado desde mi juventud, ¿Qué más me falta?
21 Jesús le dijo:
--Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
22 Al oír el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
--De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24 Otra vez os digo que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Clases, hay incluso entre los salvos, no es lo mismo ser un ángel, que un arcángel, y en la cita de Mateo, hay dos clases distintas, con condiciones distintas, unos, son los salvos, que para poder llegar a serlo, solo han de cumplir con los mandamientos. Para ser salvo, que era lo que el rico le estaba preguntando a Cristo, no es necesario, el desprenderse de los bienes materiales. Y los otros, son los “perfectos”, que para formar parte de estos últimos, es imprescindible el no tener bienes materiales. Pues es una condición que Cristo no le da al rico, hasta que este insiste, y es entonces, cuando Jesús le dice: “Si quieres más, si quieres formar parte de los que han de gobernar a los salvos, entonces, has de deshacerte de todos tus bienes materiales, y seguir el ejemplo de la vida de Jesús, hasta su muerte incluida”.
(Mateo 6:24) RVR-95
24 Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Muchos ricos pueden llegar a ser salvos, pero ningún rico será parte de estos “perfectos” que han de gobernar junto con Cristo. Evidentemente, si un rico se desprende de todas sus riquezas, entonces ya no es rico, y entonces si que podría formar parte de esos perfectos. Pero no esperes encontrar gran cantidad de este tipo de personas.
¿Hasta donde llega nuestra voluntad de trabajar para Dios, y para la salvación de los demás humanos? ¿Para condenarnos.? ¿Para ser salvos.? ¿O para ser perfectos? Eso es solo una decisión personal.
Yo siempre predico la perfección, pues pienso que todo cristiano tendría que intentar llegar a ese nivel, a pesar de que sé, que muy pocos lo podrán o podrían alcanzar. Y el hecho que yo predique eso, tampoco quiere decir que yo me considere uno de esos “perfectos”, sencillamente, veo posible el llegar a cumplir con lo que Cristo nos da mandamiento de hacer, en el capítulo quinto de Mateo, lo cual, yo quiero llegar a poder cumplir algún día.
Si apenas estás empezando tu búsqueda, no es el momento de atormentarte con nuestras diferentes creencias, en la mayoría de conversaciones abiertas en estos foros, yo mismo no les encuentro más sentido que si estuvieran discutiendo sobre “el sexo de los ángeles”.
Salvos pueden ser los ricos y los pobres, sean cristianos, judíos, musulmanes, o cualquier otra cosa, con tal de que cumplan las condiciones.
(Romanos 2:13-16) RVR-95
13 pues no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino que los que obedecen la ley serán justificados. 14 Cuando los gentiles que no tienen la ley hacen por naturaleza lo que es de la ley, estos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y acusándolos o defendiéndolos sus razonamientos 16 en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
Esas condiciones las hemos leído ya en los versículos de Mateo 19, que hemos comentado anteriormente, y no hay diferencias entre países o religiones distintas. Pero para formar parte de los que hemos llamado “perfectos”, estos si que han de ser cristianos necesariamente.
¿Quién es cristiano y quien no lo es? ¿Quién es anarquista y quien no lo es? En los años que yo presumía de ser anarquista, un cliente de la empresa donde yo trabajaba, me dijo una vez: “Tú lo que eres, es un anarco-capitalista”, yo me reí mientras pensaba: “¡Qué sabrá un burgués de lo que es el anarquismo!”, no ha sido hasta no ser cristiano, cuando yo he reconocido que este cliente tenía mucha razón. Por mucho que mi boca presumiera de ser anarquista, no vivía en ninguna “comuna”, trabajaba para una empresa capitalista, y lo que ganaba, no lo compartía con mis compañeros, ni yo, ni ningún otro “anarquista” conocido por mí, y gozaba de la sociedad de consumo como otro capitalista más. ¿Anarquista? ”Anarquista de boquilla” nada más.
(Santiago 2:18-20) RVR-95
18 Pero alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras”. 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta?
Por mucho que uno diga “YO SOY”, si resulta que sus actos no están en concordancia con sus palabras, ya puede decir lo que quiera, pero realmente no se es lo que se dice ser, ya estemos hablando de anarquismo, cristianismo, o cualquier otro “ismo” posible.
(Mateo 7:15-16)
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
Para bien o para mal, siempre son los hechos, las obras, o sea, el comportamiento de la persona, lo que nos indica, lo que esa persona es realmente, y no las palabras que pueda pronunciar, como dice el dicho: “Hechos son amores, y no buenas razones”
Lo que tú llegues a creer, o a no creer, cosa tuya es. Tus actos demostrarán finalmente que es lo que realmente crees, o eres.
He cometido muchos errores en mi vida, pero como se suele decir “lo que no mata, engorda”, y de los errores, uno puede llegar a aprender bastante. De todas formas, hay veces que las personas se niegan a aprender de sus propios errores, y para nosotros en general, aprender de la historia, nos cuesta bastante, aprender de los errores de otros, no nos convence, pues en el mayor número de casos, tenemos que pegarnos nosotros mismos contra la pared, para aprender que el camino escogido era erróneo.
Perdonad todos por “las batallitas del abuelo”, que si están, es con un objetivo concreto, y tienen su propia moraleja.