Falsos creyentes infiltrados en nuestra Iglesia Adventista

4 Noviembre 2005
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Falsos hermanos en nuestra obra final


1. ¿Fue perseguido simuladamente nuestro Señor Jesucristo durante su ministerio por espías?

La Escritura declara: "Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola. Mas temieron al pueblo. Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregasen al principado y á la potestad del presidente." (Lucas 20:19-20. RV 1909.)

2. ¿Fue espiado secretamente por falsos hermanos también el Apóstol Pablo durante su obra?

En su carta a la iglesia de Galacia escribe: "Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, siendo griego, fue compelido a circuncidarse. Y eso por causa de los falsos hermanos, que entraban secretamente a espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para ponernos en servidumbre; a los cuales ni aun por una hora cedimos sujetándonos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros." (Gálatas 2:3-5. RV 1909.)
Contando los sufrimientos que tuvo durante su carrera, Pablo también incluye los peligros que tuvo "entre falsos hermanos." (2 Corintios 11:26.)

3. ¿Qué actitud nos amonesta el Apóstol Judas que tomemos hacia los infiltrados en la iglesia?

Estando ya muerto Pablo y quedando pocos apóstoles con vida en aquellos días, dijo así a los hermanos: "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando a Dios que solo es el que tiene dominio, y a nuestro Señor Jesucristo. (Judas 1:3-4.)

4. ¿Quién realmente está detrás inspirando a hacer tal obra dentro de nuestra iglesia?
"Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz. Así que, no es mucho si también sus ministros se transfiguran como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras." (2 Corintios 11:13-15.)

5. ¿Predice La Biblia que seguiría este tipo de infiltración en nuestras filas hasta el tiempo del fin?

El Apóstol Pedro bajo inspiración divina profetizó de estos días diciendo: "Pero hubo también falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada. Y muchos seguirán sus disoluciones, por los cuales el camino de la verdad será blasfemado. Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme." (2 Pedro 2:1-3.)

6. ¿Por qué ellos ven bien hacer este tipo de infiltración entre nosotros?

Se basan en su causa y deben detener a toda costa la nuestra. Es un pensamiento muy distinto al de Moisés cuando envió a los 12 espías a reconocer la tierra prometida. El fin de enviar a estos varones fue para reconocer la tierra que Dios les daría, no para destruir encubiertamente a la gente, sino dándoles aun a los cananeos la oportunidad de convertirse a Dios y abrazar su pacto. (Números 13 y 14.) También fue el mismo motivo con los dos espías que envió Josué, los cuales al ser recibidos por Rahab la ramera, lograron estar a salvo y ella y su casa alcanzaron salvación. (Josué 2:1-24; 6:17; 22.) No así con los que espían nuestra obra en estos días, pues buscan como destruir e introducir encubiertamente falsas doctrinas en contra de la fe que nos fue dada una vez por nuestros pioneros y por los santos. (Apocalipsis 14:12.) La costumbre de llegar a espiar un lugar para hacer mal se revela desde los tiempos antiguos en la historia de José y sus hermanos en Génesis 42:9-14.

7. ¿Menciona el espíritu de profecía infiltración en la obra de la reforma para destruirla desde adentro?

Elena G. de White lo describe así en El Conflicto de los Siglos: "Pasados los primeros triunfos de la Reforma, Roma reunió nuevas fuerzas con la esperanza de acabar con ella. Entonces fue cuando nació la orden de los jesuítas, que iba a ser el más cruel, el menos escrupuloso y el más formidable de todos los campeones del papado. Libres de todo lazo terrenal y de todo interés humano, insensibles a la voz del afecto natural, sordos a los argumentos de la razón y a la voz de la conciencia, no reconocían los miembros más ley, ni más sujeción que las de su orden, y no tenían más preocupación que la de extender su poderío. (Véase el Apéndice.) El Evangelio de Cristo había capacitado a sus adherentes para arrostrar los peligros y soportar los padecimientos, sin desmayar por el frío, el hambre, el trabajo o la miseria, y para sostener con denuedo el estandarte de la verdad frente al potro, al calabozo y a la hoguera. Para combatir contra estas fuerzas, el jesuitismo inspiraba a sus adeptos un fanatismo tal, que los habilitaba para soportar peligros similares y oponer al poder de la verdad todas las armas del engaño. Para ellos ningún crimen era demasiado grande, ninguna mentira demasiado vil, ningún disfraz demasiado difícil de llevar.

Ligados por votos de pobreza y de humildad perpetuas, estudiaban el arte de adueñarse de la riqueza y del poder para consagrarlos a la destrucción del protestantismo y al restablecimiento de la supremacía papal. Al darse a conocer como miembros de la orden, se presentaban con cierto aire de santidad, visitando las cárceles, atendiendo a los enfermos y a los pobres, haciendo profesión de haber renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, de Aquel que anduvo haciendo bienes. Pero bajo esta fingida mansedumbre, ocultaban a menudo propósitos criminales y mortíferos. Era un principio fundamental de la orden, que el fin justifica los medios. Según dicho principio, la mentira, el robo, el perjurio y el asesinato, no sólo eran perdonables, sino dignos de ser recomendados. siempre que vieran los intereses de la iglesia. Con muy diversos disfraces se introducían los jesuítas en los puestos del estado, elevándose hasta la categoría de consejeros de los reyes, y dirigiendo la política de las naciones. Se hacían criados para convertirse en espías de sus señores. Establecían colegios para los hijos de príncipes y nobles, y escuelas para los del pueblo; y los hijos de padres protestantes eran inducidos a observar los ritos romanistas. Toda la pompa exterior desplegada en el culto de la iglesia de Roma se aplicaba a confundir la mente y ofuscar y embaucar la imaginación, para que los hijos traicionaran aquella libertad por la cual sus padres habían trabajado y derramado su sangre. Los jesuítas se esparcieron rápidamente por toda Europa y doquiera iban lograban reavivar el papismo.

Apéndice

JESUITISMO.— Con referencia a los orígenes, principios y fines de la "Sociedad de Jesús," cual lo declaran sus mismos miembros, véase la obra titulada Historia de la compañía de Jesús, por Cretinean-Goli, vertida del francés y publicada en Barcelona, en 1853, con aprobación del ordinario. En ella dice que APÉNDICE 549
"el que se ofrece espontáneamente a entrar en el noviciado debe al momento renunciar su voluntad propia, su familia y todo cuanto el hombre aprecia sobre la tierra," y que las constituciones de la compañía hacen "de la obediencia más absoluta una palanca cuya acción incesante y universal ha debido preocupar a todos los políticos."—Tomo 1, cap. 2, págs. 25, 28.
El mismo Ignacio de Loyola dice: "Que cada cual se convenza de que cuantos viven bajo el voto de obediencia deben dejarse llevar y dirigir por la divina Providencia y sus instrumentos, los superiores, tal cual si fueran cadáveres que se dejan llevar a cualquier parte y tratar de cualquier modo, o como el bastón que un anciano tiene en la mano y maneja como le da la gana."
"Esta sumisión absoluta es ennoblecida por lo que la motiva y —prosigue el fundador— debería ser pronta, alegre y constante; ... el religioso obediente cumple gozoso con lo que le han encargado sus superiores para el bien común, seguro de que así corresponde verdaderamente a la voluntad divina." —Regulae Societatis Jesu, Summarium, párrs. 33-36 (ed. de Roma, 1607, págs. 12, 13).
Véase además L. E. Dupin, Histoire de l'Eglise en abrégé, siglo 16, cap. 33 (ed. de París, 1732, tomo 4, págs. 218-222) ; Mosheim, Histoire ecclésiastique, sig. 16, sec. 3, parte 1, cap. 1, párr. 10 (inclusive notas 5, 6) ; Encyclopaedia Britannica (novena ed.), art. "Jesuítas;" C. Paroissien, The Principles of the Jesuits, Developed in a Collection of Extracts front Their Own Authors (Londres, 1860— otra edición apareció en 1839) ; Ch. Liskenne, Résumé de l'histoire des Jésuites (París, 1825) ; Michelet-Quinet, Des Jésuites (París, l 843) ; D'Alembert, Des Jésuites, (ouur. précédé d' un précis des doctrines et de l'histoire de cette société) (París, 1821).

Conclusión:

Hubo gente infiltrada durante el ministerio de nuestro Señor Jesucristo en la tierra; y también en el inicio de la proclamación del evangelio por medio del Apóstol Pablo hubo gente que secretamente espiaba la obra. Así pues Satanás redoblará sus esfuerzos en la proclamación final del mensaje de los tres ángeles por medio de falsos pastores que han estudiado en nuestros seminarios, profesores en nuestras instituciones educativas, ancianos de iglesia ordenados sigilosamente, gente no convertida ni plenamente dedicada en esta causa; para luego introducir nuevas y modernas ideas entre nosotros que contradicen las costumbres, los cultos y aun la música que heredamos de aquellos hombres y mujeres consagrados, los cuales recibieron la luz original de la revelación divina.
También están infiltrados en las iglesias protestantes en los altos puestos, para evitar que lleguemos con nuestro mensaje adventista a los rebaños, y así detener el mensaje y a los mensajeros desde adentro y afuera de las filas sinceras de hijos e hijas de Dios en todas las iglesias y la nuestra.

Judas continúa mencionando este ataque dentro de las filas cristianas y Pedro predijo que encubiertamente introducirían herejías destructoras contra la doctrina bíblica.

La hermana White también alerta sobre esta infiltración durante la revolución francesa en contra de la reforma de Lutero en el libro que Dios le inspirara para nuestro tiempo del fin, para el conflicto final entre el bien y el mal.

Recordemos que en la introducción del libro ella declara: "En el gran conflicto final, Satanás empleará la misma táctica, manifestará el mismo espíritu y trabajará con el mismo fin que en todas las edades pasadas. Lo que ha sido, volverá a ser, con la circunstancia agravante de que la lucha venidera será señalada por una intensidad terrible, cual el mundo no la vio jamás. Las seducciones de Satanás serán más sutiles, sus ataques más resueltos. Si posible le fuera, engañaría a los escogidos mismos. (S. Marcos 13:22.)
Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenas del pasado y de lo por venir, se me mandó que diese a conocer a otros lo que se me había mostrado, y que trazase un bosquejo de la historia de la lucha en las edades pasadas, y especialmente que la presentase de tal modo que derramase luz sobre la lucha futura que se va acercando con tanta rapidez. Con este fin, he tratado de escoger y reunir acontecimientos de la historia de la iglesia en forma que quedara bosquejado el desenvolvimiento de las grandes verdades comprobantes que en diversas épocas han sido dadas al mundo, han excitado la ira de Satanás y la enemistad de la iglesia amiga del mundo, y han sido sostenidas por el testimonio de aquellos que "no amaron sus vidas, exponiéndolas hasta la muerte." En esos anales podemos ver un anticipo del conflicto que nos espera. Considerándolos a la luz de la Palabra de Dios, y por la iluminación de su Espíritu, podemos ver descubiertos las estratagemas del maligno y los peligros que deberán evitar los que quieran ser hallados "sin mácula" ante el Señor a su venida.
 
Re: Falsos creyentes infiltrados en nuestra Iglesia Adventista

Estimado escudriñador. Saludos ceodiales.

Tú dices:

Cada religión cristiana se aplica a sí misma lo que el N.T. dice sobre la iglesia del siglo I. Y la IASD no es ninguna excepción a esa regla, como se puede ver en el post 1.

Respondo: Sin embargo en este foro quedó patentada la infiltración de este personaje en nuestra denominación, que se le salió, sin querer queriendo, esta extraña confesión:

"y fui Ordenado por La Iglesia Católica como Hermano Misionero Franciscano de Los Santos Ángeles Custodios" (javierandrés)

A mi personalmente me llamó la atención de su declaración cuando manifestaba ser de nuestra denominación e inmediatamente pensé en lo que escribió el ex-jesuita Alberto Rivera sobre este tipo de personas.

¡Así que no te confíes en lo que nos trae este personaje!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.