Existen tres voluntades en el universo (2)
Génesis 2:8-9 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Deuteronomio 30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y loa muerte, la bendición y la maldición; escoge pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
No sabemos cuánto tiempo haya transcurrido desde la rebelión de Satanás hasta la creación de Adán. Lo que sí sabemos es que en cierto momento, Dios creó al hombre y lo dotó de libre albedrío. El hecho de que Dios le diera libre albedrío muestra cuán grandioso es Dios. Una persona honorable jamás obligaría a nadie a seguirle. Al darle al hombre libre albedrío, Dios daba a entender que no le obligaría a obedecerle. Cuando yo era joven, pensaba que Dios no había sido sabio al crear al hombre con libre albedrío. Si yo hubiera sido Dios, no le habría permitido escoger; le habría creado de tal manera que no tuviera más opción que seguir a Dios. Sin embargo, Dios, en Su grandiosidad, le dio al hombre libertad de elegir.
En Génesis 2 vemos que el hombre era libre de ejercer su voluntad y comer, ya sea del árbol de la vida, o del árbol del conocimiento del bien y del mal. Estos dos árboles representan la voluntad divina y la voluntad satánica respectivamente. Por consiguiente, en el huerto había una situación triangular; ahí estaba el árbol de la vida, que representaba la voluntad divina, el árbol del conocimiento del bien y del mal, que representaba la voluntad satánica, y Adán, que representaba la voluntad humana. De hecho, el árbol de la vida representa a Dios mismo, y el árbol del conocimiento representa a Satanás. Por consiguiente, estaban presentes tres personas: Dios, Satanás y el hombre; y cada una de ellas poseía una voluntad propia.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen de Estudio-vida de Efesios, escrito por Witness Lee, mensaje 63, pág. 534. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
Génesis 2:8-9 Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso ahí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Deuteronomio 30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y loa muerte, la bendición y la maldición; escoge pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
No sabemos cuánto tiempo haya transcurrido desde la rebelión de Satanás hasta la creación de Adán. Lo que sí sabemos es que en cierto momento, Dios creó al hombre y lo dotó de libre albedrío. El hecho de que Dios le diera libre albedrío muestra cuán grandioso es Dios. Una persona honorable jamás obligaría a nadie a seguirle. Al darle al hombre libre albedrío, Dios daba a entender que no le obligaría a obedecerle. Cuando yo era joven, pensaba que Dios no había sido sabio al crear al hombre con libre albedrío. Si yo hubiera sido Dios, no le habría permitido escoger; le habría creado de tal manera que no tuviera más opción que seguir a Dios. Sin embargo, Dios, en Su grandiosidad, le dio al hombre libertad de elegir.
En Génesis 2 vemos que el hombre era libre de ejercer su voluntad y comer, ya sea del árbol de la vida, o del árbol del conocimiento del bien y del mal. Estos dos árboles representan la voluntad divina y la voluntad satánica respectivamente. Por consiguiente, en el huerto había una situación triangular; ahí estaba el árbol de la vida, que representaba la voluntad divina, el árbol del conocimiento del bien y del mal, que representaba la voluntad satánica, y Adán, que representaba la voluntad humana. De hecho, el árbol de la vida representa a Dios mismo, y el árbol del conocimiento representa a Satanás. Por consiguiente, estaban presentes tres personas: Dios, Satanás y el hombre; y cada una de ellas poseía una voluntad propia.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen de Estudio-vida de Efesios, escrito por Witness Lee, mensaje 63, pág. 534. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.