Eucaristía o transubstanciación
Lo que Pablo enseña en 1.Cor. 10:14─22
No hay duda que en este pericopia el apóstol se dirige primero a los judíos creyentes en el Mesías y después a los creyentes gentiles en el mismo Mesías.
La primera recomendación (ver. 14) es que ambos grupos se aparten de la idolatría. Pero, ¿Qué clase de idolatría?
A tenor de lo que sigue en 10:16─17 tiene que ser algo referente a la Santa Cena o Eucaristía, ya que leemos:
Luego la eucaristía se puede convertir en idolatría.
Veamos como, en 10:18
La contrapartida de eso estaba en lo que se refiere a los sacrificios paganos. Nos lo muestra Pablo en el verso 10:19─20
Pero había unos sacrificios que se realizaban en honor de una determinada divinidad. Eso lo practicaban las llamadas Guildas. Las guildas eran los gremios tanto profesionales como artesanales. En una ciudad cualquiera y con la debida importancia estaban estos gremios agrupados bajo la invocación de una divinidad pagana. Neptuno el de los marinos. Vulcano de los herreros, Diana de los orfebres (Hechos 10:23─28) etc.
Como mínimo una vez al año se reunía la totalidad de los miembros de la guilda y entonces el sacrificio era de una cantidad acorde al número de miembros de la Guilda. Incluso en algunos casos y cuando el número de los afiliados era enorme, o en alguna fiesta donde se reunían varias guildas de oficios acordes se llegaba a celebrar una (hecatombe) donde se sacrificaban cien reses (heka igual a 100) vacunas preferentemente. Una parte de la carne era para los sacerdotes, otras para los ofrendantes y el resto se vendía en las carnicerías (lo que sobraba del consumo tanto de los sacerdotes como de los cofrades). De alguna manera creían que en aquella carne había penetrado la divinidad a la cual se ofreció el sacrificio. De aquí la recomendación que encontramos en Hechos 15:19─20
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
Mal que le pese al romanismo, Pablo denuncia que la pretendida transubstanciación es un regreso al culto pagano en donde lo sacrificado viene a tener una presencia de la divinidad a la cual se sacrifico dicha carne. Se consideraba, como vemos, en una contaminación. ¿Acaso eso no es exactamente igual a la transubstanciación?
¿Cómo hacían los sacerdotes paganos para que la carne sacrificada al ídolo adquiriese las virtudes del mismo? Pues mediante un acto mágico.
¿Y como lo hace el sacerdote católico? De la misma manera.
En definitiva es el resultado de convertir Eucaristía (acción de gracias), en thusia (sacrificio) mediante un acto mágico. Pero lo cierto es que, como aquello no deja de ser pan y vino, los seguidores del mismo adoran el producto del trigo y el de las cepas.
Quien inspiró a Pablo este pasaje vio venir lo que ocurriría con casi un milenio de anticipación.
DTB
Lo que Pablo enseña en 1.Cor. 10:14─22
No hay duda que en este pericopia el apóstol se dirige primero a los judíos creyentes en el Mesías y después a los creyentes gentiles en el mismo Mesías.
La primera recomendación (ver. 14) es que ambos grupos se aparten de la idolatría. Pero, ¿Qué clase de idolatría?
A tenor de lo que sigue en 10:16─17 tiene que ser algo referente a la Santa Cena o Eucaristía, ya que leemos:
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
Luego la eucaristía se puede convertir en idolatría.
Veamos como, en 10:18
Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?
Exacto, partícipes del altar, pero en ninguna manera lo sacrificado en el altar no se convierte en nada que no sea previamente lo que siempre fue.
La contrapartida de eso estaba en lo que se refiere a los sacrificios paganos. Nos lo muestra Pablo en el verso 10:19─20
La historia, tanto de Grecia como de Roma, nos muestra como se realizaban los sacrificios paganos y lo que motivaba primordialmente el realizarlos. Una familia podía como máximo sacrificar un cordero a un cabrito y se repartía la carne del animal sacrificado entre el sacerdote y la familia.¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios.
Pero había unos sacrificios que se realizaban en honor de una determinada divinidad. Eso lo practicaban las llamadas Guildas. Las guildas eran los gremios tanto profesionales como artesanales. En una ciudad cualquiera y con la debida importancia estaban estos gremios agrupados bajo la invocación de una divinidad pagana. Neptuno el de los marinos. Vulcano de los herreros, Diana de los orfebres (Hechos 10:23─28) etc.
Como mínimo una vez al año se reunía la totalidad de los miembros de la guilda y entonces el sacrificio era de una cantidad acorde al número de miembros de la Guilda. Incluso en algunos casos y cuando el número de los afiliados era enorme, o en alguna fiesta donde se reunían varias guildas de oficios acordes se llegaba a celebrar una (hecatombe) donde se sacrificaban cien reses (heka igual a 100) vacunas preferentemente. Una parte de la carne era para los sacerdotes, otras para los ofrendantes y el resto se vendía en las carnicerías (lo que sobraba del consumo tanto de los sacerdotes como de los cofrades). De alguna manera creían que en aquella carne había penetrado la divinidad a la cual se ofreció el sacrificio. De aquí la recomendación que encontramos en Hechos 15:19─20
Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
Mal que le pese al romanismo, Pablo denuncia que la pretendida transubstanciación es un regreso al culto pagano en donde lo sacrificado viene a tener una presencia de la divinidad a la cual se sacrifico dicha carne. Se consideraba, como vemos, en una contaminación. ¿Acaso eso no es exactamente igual a la transubstanciación?
¿Cómo hacían los sacerdotes paganos para que la carne sacrificada al ídolo adquiriese las virtudes del mismo? Pues mediante un acto mágico.
¿Y como lo hace el sacerdote católico? De la misma manera.
En definitiva es el resultado de convertir Eucaristía (acción de gracias), en thusia (sacrificio) mediante un acto mágico. Pero lo cierto es que, como aquello no deja de ser pan y vino, los seguidores del mismo adoran el producto del trigo y el de las cepas.
Quien inspiró a Pablo este pasaje vio venir lo que ocurriría con casi un milenio de anticipación.
DTB