Estornudos. (Reseña histórica.)

2 Mayo 2005
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Orígenes de la costumbre de pedir protección luego de estornudar.



El paso de la peste bubónica, con su estela de muerte y desolación por Europa, marcó el corazón de miles con el temor y el pánico. Estornudar parecía estar entre los síntomas iniciales de alguien contagiado, por lo que se dice, un sacerdote católico, comenzó la costumbre de repetir: Dios te bendiga- luego que cualquier persona estornudara. Con esto, el llamado papa Gregorio, trataba de alejar cualquier mal de aquellos que estornudaban. Pero, esta costumbre de asociar el estornudo con algún mal, y de querer resguardarse, es aun mas antigua. Aristóteles, un filósofo griego, hizo mención de una costumbre muy similar entre los griegos de su tiempo. Un historiador ateniense conocido como Tucídides, atribuyó el estornudo a la gran plaga de Atenas. Los romanos repetían frases de protección cuando estornudaban. Los Parsis, seguidores de la antigua secta del zoroastrianismo, sostenían y sostienen que estornudar es un indicio de que espíritus malos andan cerca. Curiosamente, las tribus indias de Norte América creían lo mismo. Algunos grupos del Medio Oriente concluían, que al estornudar, el hombre iba perdiendo de su espíritu. Hoy, no sólo en América, pero en otros puntos de la tierra, la acción de estornudar, se verá seguida de alguna palabra o frase en la que se pida protección del cielo.
¿Porqué estornudamos? Generaciones pasadas lo asociaron con posesión demoniaca, augurio fatal,o, señal inequívoca de una inminente muerte. Miremos el mecanismo hallado tras el estornudo, y repasemos su razón de ser en el cuerpo humano.

Justo en la entrada de las fosas nasales, tenemos una cantidad de pelo rústico que sirve para prevenir que partículas extrañas en el aire hagan entrada; o, para detener el impulso de estas partículas, evitando que lleguen directamente a los bronquios. Cumplen en realidad la función de filtros de aire. En el caso en que éstos no sean suficientes, en la pared interna de la nariz se segrega una sustancia pegajosa que atrapa aquello que detuvo el filtro nasal. Esta sustancia mucosa cubre gran parte del sistema respiratorio. Lo que trata de protegerse con este sistema de filtros son los pulmones. Por eso, además de lo ya mencionado, millones de vellos o pelillos microscópicos conocidos como cilios, cubren de igual manera todo el conducto respiratorio, llegando hasta los pulmones. Estos pelillos se mueven constantemente, provocando la salida de partículas que hayan entrado,impulsándolas hacia la faringe, desde donde pasan al estómago al tragar, o, salen por la nariz. Ahora, cuando la cantidad de partículas que se encuentran en el pasaje, es más de lo que los cilios pueden manejar, éstas, se amontonan sobre la sustancia mucosa provocando irritación en la membrana. Esta irritación activa un reflejo que surge como recurso auxiliar, tratando de eliminar las partículas acumuladas, y es entonces cuando el cerebro envia la orden y estornudamos. Y al hacerlo, comunmente decimos,,,Dios te bendiga. La verdad, que antes de estornudar, ya Dios nos ha bendecido con tan eficiente mecanismo de protección y limpieza. Pero esto que hoy sabemos, no se sabía antes. Y de ahí que la falta de información, a veces produzca deformación.. Se nos cuenta que cuando los españoles arribaron a Florida, el cacique de una tribu estornudó, y toda la corte levantando sus manos imploró al sol que alejara de ellos cualquier mal. No fue fe o piedad lo que originó esta costumbre, fue el temor; temor a la muerte, a lo tenebroso. Otra supertición. Otro amuleto colgado sobre el dintel del folklore y la tradición. Sabemos hoy porque estornudamos,,, sabemos que no tiene que ver con espíritus malos rondando,,,y aquellos que servimos al Señor Jesús, sabemos que la gracia de Él nos cubre y por lo tanto, como su pueblo, podemos bendecir legítimamente a los que nos rodean , sin esperar a que estornuden. Siempre que compartamos la verdad que los hará libres, en amor y con limpio ejemplo, serán bendecidos , y esto, sin tener que perpetuar aquello que sólo obedece a la tradición o al mito.

Hará mucho bien al hombre recordarle, que estornudar es necesario; y es posible gracias al Dios Creador que en su gracia, en su misericordia, nos proveyó con otro útil detalle.





Erskine

Marzo 10 , 2004