Esto también afecta a los evangélicos gallegos

Imposición del gallego en la liturgia

El Consejo de la Cultura Gallega es un organismo estatutario, es decir, fue creado por el Estatuto de Galicia, en su artículo 32, del mismo modo que el Parlamento gallego o la Xunta de Galicia. El CCG nació el 8 de julio de 1983. No está de más recordar que el Estatuto de Autonomía de Galicia (6 de abril de 1981) fue aprobado con una abstención del 71,82%. Del reducido 28,18% que votaron en dicha ocasión, sólo lo hicieron a favor el 20,02%, es decir, una escasísima minoría de los gallegos con derecho a voto.

Doy estas cifras, aparentemente aburridas, para que vayan comprendiendo cómo toda la legislación sobre la imposición coactiva de la lengua gallega a la totalidad de la población de Galicia no nace de la voluntad mayoritaria del pueblo gallego, como debiera ser en una sociedad democrática, sino de una minoría ciudadana y, eso sí, de la mayoría de la clase política dentro de la cual no existe actualmente ningún partido político que defienda la libertad de idioma y los derechos lingüísticos de los gallegos hispanohablantes, como si éstos simplemente no existiésemos o fuésemos menos gallegos que los gallegohablantes.

Pues bien, del estudio realizado por Daniel López Muñoz y Bernardo García Cendán para el Consejo de la Cultura Gallega titulado eufemísticamente "Receptividad del gallego en la liturgia" y subtitulado "Estudio de opinión y actitudes sobre una eventual introducción (sic) del idioma gallego como vehículo ordinario de la liturgia en Galicia", tomo el siguiente dato: Sólo el 7% de las misas que se celebran cada domingo en Galicia está en gallego y sólo un 14% de las parroquias tienen alguna celebración en gallego a lo largo de la semana.

Según el teólogo nacionalgalleguista Torres Queiruga, "después del Concilio hubo un claro avance. Se dio una gran inquietud dentro de la iglesia gallega, hubo grupos muy concientizados y el mismo Concilio Pastoral de Galicia (1976) reconoció que se debía fomentar el empleo del gallego en la liturgia". Fruto de aquellos esfuerzos, el único exitoso fue, a mi modo de ver, la traducción de la Biblia al gallego impulsada por la Editorial Sept (Sociedad de Estudios, Publicaciones y Trabajos) y, de un modo especial, por su presidente Alfonso Zulueta de Haz, además fundador y primer vicepresidente del Partido Galego Social Demócrata (1974-1978) y personalidad relevante del Partido Galeguista.

"A partir de cierto momento se produce una inflexión en este proceso –sigue diciendo Torres Queiruga- y en la actualidad estamos en un claro estancamiento". El estudio de Daniel López y Bernardo García señala, muy honradamente por cierto, que la causa principal de este estancamiento es que la mayoría de la población gallega no quiere las misas en gallego.

Los esfuerzos de la administración autonómica por imponer el gallego como lengua única de la iglesia católica en Galicia son evidentes, como demuestran los siguientes puntos del "Plan general de normalización de la lengua gallega", editado por la Xunta de Galicia > Consejería de Educación y Ordenación Universitaria > Dirección General de Política Lingüística, y publicado siendo presidente D. Manuel Fraga Iribarne. Dicho Plan, en su Comisión Sectorial Nº 6. Sociedad: Subcomisión 6 A: Servicios Sociales, Creencias Religiosas e Inmigración, propone los siguientes puntos para imponer el gallego como lengua de uso ordinario en la iglesia católica y en otras confesiones cristianas:

– 6.1.16. Editar en gallego y a bajo precio los materiales para la catequesis en gallego negociando (sic) con la jerarquía su utilización preferente.

– 6.1.17. Reeditar los libros litúrgicos (sobre todo la Biblia) adaptándolos a la nueva norma del gallego y primando las ediciones de tamaño medio.

– 6.1.18. Doblaje al gallego y difusión de algunos vídeos especialmente significativos para la educación en la fe tanto en la catequesis como en la enseñanza religiosa.

– 6.1.19. Solicitar del obispo de Astorga la incorporación de la lengua gallega en la parte gallegohablante de su diócesis y la preparación de los seminaristas en esta lengua.

– 6.1.20. Solicitar de las jerarquías religiosas un incremento significativo de la utilización del gallego en la formación teológica y bíblica de los futuros sacerdotes y pastores y un mayor conocimiento da nuestra identidad cultural que permita una mejor inculturación de la fe.

– 6.1.21. Realización de cursillos para agentes pastorales y creyentes orientados no sólo a la formación lingüística práctica sino también, y sobre todo, a desinhibir (sic) el uso del gallego en sus actividades pastorales y a sentar criterios de cuál es el papel de la norma en la acción litúrgica.

– 6.1.22. Facilitar ayuda institucional para la traducción al gallego de los libros litúrgicos básicos de las otras confesiones religiosas.

– 6.1.23. Campaña con el eslogan: “Dios, que nos dio la palabra, las entiende todas (también el gallego)”.

– 6.1.24. Acuerdo con las jerarquías de las diferentes confesiones religiosas existentes en Galicia de remover prejuicios contrarios a la utilización de la lengua gallega en su ámbito específico.

– 6.1.34. Encuentro con las empresas fúnebres de Galicia para que, utilizando los materiales existentes en gallego (incluso en formato electrónico), practiquen con sus clientes la oferta positiva de ofrecerles de entrada sus servicios en gallego (notas necrológicas, coronas, recordatorios y lápidas), sobre todo a las personas que siempre lo hablaron.

– 6.1.35. Acordar con las autoridades religiosas una directriz recomendando la liturgia en gallego, como mínimo, en el caso de las personas que tuvieron el gallego como lengua habitual.

Este Plan que supone una clara intromisión institucional del poder político dentro del funcionamiento interno de las iglesias gallegas (el Plan también contempla las diversas comunidades evangélicas) ya está en marcha con la más absoluta indiferencia por parte la inmensa mayoría de los católicos y evangélicos, excepto de los colectivos paraeclesiales minoritarios vinculados al nacionalismo independentista, tales como la asociación Irimia, nacida en 1978, y otros relacionados con la revista "Encrucillada", de los que hablaremos en otra ocasión.

A todo esto quisiera añadir, para terminar, los siguientes datos proporcionados por la agencia Europa Press:

Las vocaciones al sacerdocio descendieron en Galicia en el curso 2006-07 un 8% frente al curso 2005-06, al bajar de 89 a 82 el número de seminaristas que aspiran a convertirse en sacerdotes en los seminarios mayores de las cinco diócesis gallegas.

La diócesis gallega con el mayor número de aspirantes a sacerdotes es Santiago con 30 en su seminario mayor; seguida de Tui-Vigo, con 17; Ourense, con 16; Lugo, con 15; y Mondoñedo-Ferrol, con cuatro, según las últimas estadísticas elaboradas por la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades a las que ha tenido acceso Europa Press.

En Galicia todos los seminarios mayores y menores constataron un descenso en el número de seminaristas este curso respecto al pasado, al pasar de 444 a 369, menos la diócesis de Tui-Vigo, en la que el seminario mayor registró un incremento de cuatro seminaristas al pasar de 13 a 17, y en el de Lugo, que se mantiene en 15 el número.

Recordemos que las comunidades con el más bajo índice de vocaciones y de práctica religiosa son el País Vasco y Cataluña donde el nacionalismo ha invadido totalmente la vida eclesial.

¿Caerá la iglesia gallega en la misma trampa?