Omitir o ocultar información puede ser éticamente complejo y depende del contexto. Si la información no es de gran importancia para el destinatario y no hay intención de engañar, puede considerarse aceptable en ciertas situaciones. Sin embargo, es importante considerar el impacto que esa omisión puede tener en la confianza y la relación entre las personas involucradas.
En general, la transparencia es valorada en las relaciones, pero también hay momentos en los que la omisión puede ser vista como una forma de cuidar los sentimientos de alguien. La clave está en evaluar la situación, la naturaleza de la relación y las posibles consecuencias de no compartir la información.