Ya que yo he tenido (y tengo) habitualmente un pensamiento pesimista y negativo, me gustaría abrir un tema sobre la esperanza y cómo debemos sentirla y transmitirla a otros hermanos o personas según lo que nos dice la Biblia.
Comenzaré con este versículo:
"Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo." (Proverbios 15:15 RVR1960)
Es decir, que no se trata de las circunstancias sino de cómo tenemos el corazón (o el estado de ánimo). Yo mismo puedo dar testimonio directo de esto.
Hace unos meses, cuando mi mujer aún no se había separado de mí, mi corazón digamos que no estaba rebosante de felicidad pero tampoco estaba lleno de pesimismo y tristeza como cuando se marchó. Por ejemplo, podía trabajar y concentrarme en el computador aunque no estuviera muy contento con la situación en la que estábamos. ¿Y en qué varia la circunstancia de su marcha en la práctica? ¿En qué varía la incertidumbre que tengo sobre su salud y la separación? Varía en que le doy vueltas a la cabeza sobre el asunto y soy pesimista. Habitualmente yo estaba haciendo mis trabajos en el computador y ella haciendo sus artes en la mesa de la sala. Así podíamos pasar horas y horas sin ni siquiera vernos o escucharnos. Sí, es cierto que ella estaba allí, que podía percibir su presencia de vez en cuando, y que después sabía que me encontraría con ella, hablaríamos un poco, tal vez nos besaríamos y nos dedicaríamos alguna palabra amable (cuando la cosa estaba bien), y después nos iríamos a dormir juntos. Pero en realidad, las horas que ambos pasábamos haciendo nuestras tareas no estábamos pensando en eso. Ni en lo bueno ni en lo malo que podía pasar después. Estábamos concentrados y trabajando en algo que nos gustaba. En la práctica, estar solo y hacer lo mismo ahora no es diferente excepto si dejo que mi corazón se llene de tristeza, desesperanza, anticipación y pesimismo.
"Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!" (Mateo 6:34 RVC)
Son palabras de Cristo. Debemos obedecer a Cristo. Por tanto, ¿por qué no alegramos hoy y ahora el corazón?
"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo." (Romanos 5:13 RVR1960)
Ese versículo lo dice claro. Si creemos en Dios, si ponemos nuestra fe en Cristo, si tenemos el Espíritu Santo, las circunstancias no deberían determinar nuestra alegría.
Por mucho que nos resulte difícil en la práctica, la Biblia no miente y debemos practicar la alegría del corazón tanto con nosotros mismos como con los demás. Intentar transmitir esperanza y alegría, y no pesimismo y tristeza.
Incluso dentro de una situación difícil necesitamos glorificar a Cristo. Es por Él que vivimos, y Él no quiere que estemos tristes y desesperanzados, poniendo nuestras ilusiones en personas o situaciones del mundo. Satanás sí nos quiere tristes y pesimistas.
Si te sientes bien en este momento, si no te pasa nada especialmente desagradable, más motivo todavía para estar esperanzado y alegre, darle gracias a Dios por ello, y compartir ese estado del corazón con quienes tengas alrededor. Yo pasé mucho tiempo sin tener circunstancias claras como para estar pesimista y descontento, y ahora conozco la diferencia y lo desagradecido que fui ante Dios por no sentirme feliz y no transmitir después felicidad sino pesimismo o falta de interés. Tenía la felicidad cauterizada, así que nunca le dije a mi mujer lo feliz que me hacía que estuviera en casa, sentada en la mesa haciendo sus artes. Ahora no está, y ni siquiera puedo decirle que a veces lloro cuando la recuerdo allí. Y aún así, voy a alegrar mi corazón porque es el Dios de esperanza el que llena de todo gozo y paz en el creer.
Os invito a practicarlo todos los días hasta convertirlo en hábito: pase lo que pase, y especialmente si estáis tristes, repítete a ti mismo que crees en el Dios de la esperanza y la alegría, y que Él va a hacer algo bueno en tu vida. Entrena tu corazón para estar contento, transmite esa felicidad y sigue adelante con lo que tengas que hacer.
Comenzaré con este versículo:
"Todos los días del afligido son difíciles; mas el de corazón contento tiene un banquete continuo." (Proverbios 15:15 RVR1960)
Es decir, que no se trata de las circunstancias sino de cómo tenemos el corazón (o el estado de ánimo). Yo mismo puedo dar testimonio directo de esto.
Hace unos meses, cuando mi mujer aún no se había separado de mí, mi corazón digamos que no estaba rebosante de felicidad pero tampoco estaba lleno de pesimismo y tristeza como cuando se marchó. Por ejemplo, podía trabajar y concentrarme en el computador aunque no estuviera muy contento con la situación en la que estábamos. ¿Y en qué varia la circunstancia de su marcha en la práctica? ¿En qué varía la incertidumbre que tengo sobre su salud y la separación? Varía en que le doy vueltas a la cabeza sobre el asunto y soy pesimista. Habitualmente yo estaba haciendo mis trabajos en el computador y ella haciendo sus artes en la mesa de la sala. Así podíamos pasar horas y horas sin ni siquiera vernos o escucharnos. Sí, es cierto que ella estaba allí, que podía percibir su presencia de vez en cuando, y que después sabía que me encontraría con ella, hablaríamos un poco, tal vez nos besaríamos y nos dedicaríamos alguna palabra amable (cuando la cosa estaba bien), y después nos iríamos a dormir juntos. Pero en realidad, las horas que ambos pasábamos haciendo nuestras tareas no estábamos pensando en eso. Ni en lo bueno ni en lo malo que podía pasar después. Estábamos concentrados y trabajando en algo que nos gustaba. En la práctica, estar solo y hacer lo mismo ahora no es diferente excepto si dejo que mi corazón se llene de tristeza, desesperanza, anticipación y pesimismo.
"Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. ¡Ya bastante tiene cada día con su propio mal!" (Mateo 6:34 RVC)
Son palabras de Cristo. Debemos obedecer a Cristo. Por tanto, ¿por qué no alegramos hoy y ahora el corazón?
"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo." (Romanos 5:13 RVR1960)
Ese versículo lo dice claro. Si creemos en Dios, si ponemos nuestra fe en Cristo, si tenemos el Espíritu Santo, las circunstancias no deberían determinar nuestra alegría.
Por mucho que nos resulte difícil en la práctica, la Biblia no miente y debemos practicar la alegría del corazón tanto con nosotros mismos como con los demás. Intentar transmitir esperanza y alegría, y no pesimismo y tristeza.
Incluso dentro de una situación difícil necesitamos glorificar a Cristo. Es por Él que vivimos, y Él no quiere que estemos tristes y desesperanzados, poniendo nuestras ilusiones en personas o situaciones del mundo. Satanás sí nos quiere tristes y pesimistas.
Si te sientes bien en este momento, si no te pasa nada especialmente desagradable, más motivo todavía para estar esperanzado y alegre, darle gracias a Dios por ello, y compartir ese estado del corazón con quienes tengas alrededor. Yo pasé mucho tiempo sin tener circunstancias claras como para estar pesimista y descontento, y ahora conozco la diferencia y lo desagradecido que fui ante Dios por no sentirme feliz y no transmitir después felicidad sino pesimismo o falta de interés. Tenía la felicidad cauterizada, así que nunca le dije a mi mujer lo feliz que me hacía que estuviera en casa, sentada en la mesa haciendo sus artes. Ahora no está, y ni siquiera puedo decirle que a veces lloro cuando la recuerdo allí. Y aún así, voy a alegrar mi corazón porque es el Dios de esperanza el que llena de todo gozo y paz en el creer.
Os invito a practicarlo todos los días hasta convertirlo en hábito: pase lo que pase, y especialmente si estáis tristes, repítete a ti mismo que crees en el Dios de la esperanza y la alegría, y que Él va a hacer algo bueno en tu vida. Entrena tu corazón para estar contento, transmite esa felicidad y sigue adelante con lo que tengas que hacer.