Ora y pide a Dios que te ayude a identificar la razón por la que ya no te sientes gozoso o feliz.
La mayoría de las veces son problemas o preocupaciones que la confianza en Dios te ayuda a superar.
No estás solo: todos nos sentimos a veces tristes o angustiados por diferentes motivos.
Si no encuentras una razón clara por la que te sientas así, es bueno que busques ayuda profesional con un psicólogo o psiquiatra: podría tratarse de depresión.
En cuanto a la Biblia, lo más importante no es leer mucho, sino leer con atención, con meditación.
Puedes tomar un solo pasaje, por ejemplo el Salmo 23, y repasarlo toda la semana, mañana y tarde, mientras respiras tranquilo, lento, concentrándote en lo que trasmite a tu alma.
El Señor es mi pastor;
tengo todo lo que necesito.
2 En verdes prados me deja descansar;
me conduce junto a arroyos tranquilos.
3 Él renueva mis fuerzas.
Me guía por sendas correctas,
y así da honra a su nombre.
4 Aun cuando yo pase
por el valle más oscuro,
no temeré,
porque tú estás a mi lado.
Tu vara y tu cayado
me protegen y me confortan.
5 Me preparas un banquete
en presencia de mis enemigos.
Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.
Mi copa se desborda de bendiciones.
6 Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán
todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor viviré
por siempre.