Tema central: "¿Es Jesús realmente el único camino… o solo uno más entre muchos en tu vida?"
Basado en verdades bíblicas irrefutables
JESÚS: EL CAMINO ÚNICO, NO UNA OPCIÓN MÁS
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” –
Juan 14:6
La afirmación de Jesús no deja espacio para alternativas. Él no dijo: “yo soy una vía”, ni “una verdad parcial”. Su declaración es
absoluta, exclusiva y definitiva.
Los apóstoles respaldaron esta verdad con fuego en los labios:
"Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12).
Jesús no es una puerta entre muchas; es LA ÚNICA PUERTA (Juan 10:9).
Jesús no es una ayuda espiritual más; es EL ÚNICO SALVADOR.
Su cruz no es simbólica, es EL ÁRBOL DE VIDA para el hombre caído.
LA NECESIDAD DE CRISTO PARA LA VIDA Y LA SALVACIÓN

Estar sin Cristo
es estar sin esperanza (Efesios 2:12).

Separados de Él,
nada podemos hacer (Juan 15:5).

Dios, sin la mediación de Cristo,
es fuego consumidor (Hebreos 12:29).
Nadie puede llamarse hijo de Dios sin aceptar a Cristo como Salvador personal (Juan 1:12).

El mundo busca soluciones, espiritualidades alternativas, filosofías de autoayuda… pero
todas las escaleras del hombre no alcanzan el cielo.

Solo hay una escalera que conecta la tierra con lo eterno:
Jesús, el Hijo de Dios (Génesis 28:12 → Juan 1:51).
LA IDENTIDAD ÚNICA DE JESÚS
Es Dios, el Hijo, el Señor, el Salvador.
Su resurrección es la prueba más contundente de Su divinidad (Romanos 1:4).

Él
revela completamente al Padre (Juan 14:9) y es
la luz del mundo (Juan 8:12).

Tiene
la verdadera llave del mundo venidero y
la autoridad absoluta para hablar del más allá (Apocalipsis 1:18).

Sin Cristo, el cristianismo es polvo. Él es la
piedra angular, el
autor y consumador de la fe, el único en quien vale la pena edificar.
ACEPTAR O RECHAZAR A JESÚS: UNA DECISIÓN DE VIDA O MUERTE
O lo aceptas como Salvador… o lo enfrentarás como Juez (2 Corintios 5:10).

El que cree en Él
no morirá jamás (Juan 11:26).

Pero el que lo rechaza,
ya ha sido condenado (Juan 3:18).

El no poner a Jesús como Señor produce
tibieza espiritual,
ceguera, y una
vida cristiana vacía y sin fruto.
UNA ANÉCDOTA PARA DESPERTAR
Una joven llamada Cristina compartía el evangelio en un parque cuando un universitario se le acercó con tono burlón:
–
¿No crees que es muy arrogante decir que solo Jesús salva? ¿Y qué de Buda, Mahoma o los dioses hindúes?
Cristina sonrió con humildad y respondió:
–
Sería arrogante si yo lo hubiese inventado. Pero no lo dije yo. Lo dijo Jesús. Y Él es el único que murió por mí… y resucitó para darme vida eterna. Ningún otro lo hizo.
El joven se quedó en silencio. Unas semanas después, volvió al mismo parque... buscando respuestas. Y esa vez,
aceptó a Jesús como el Señor de su vida.
PREGUNTAS DESAFIANTES PARA LA IGLESIA
¿Estás predicando a Jesús como el único camino… o como una opción atractiva entre muchas?
¿Vives cada día como alguien que ha cruzado la puerta estrecha… o sigues cómodo en el amplio camino del mundo?
¿Has permitido que el miedo a “ofender” te calle… mientras otros caminan directo hacia una eternidad sin Cristo?
EL CAMINO
Jesús no vino a fundar una religión. Vino a abrir un camino… el único.

El mundo no necesita una iglesia tibia. Necesita
una iglesia valiente que proclame la exclusividad de Cristo
sin vergüenza, sin miedo, sin filtros.
¡Solo Jesús! Solo fe. Solo gracia. Solo Escritura. Solo para la gloria de Dios.