DIOS nos llama a una guerra espiritual, en la cual el terreno de batalla es el celestial y sus resultados físicos se vislumbran en lo terrenal.
Es correcto entonces que un cristiano realice guerras terrenas, en pos de la defensa, la agresión, o cualquier motivo razonable.
Es correcto entonces que un cristiano realice guerras terrenas, en pos de la defensa, la agresión, o cualquier motivo razonable.