En favor del verdadero matrimonio

18 Noviembre 1998
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En favor del verdadero matrimonio


Nota del Comité Ejecutivo
de la Conferencia Episcopal Española
Madrid, 15 de julio de 2004




1. El pasado 29 de junio, el Congreso de los Diputados votó favorablemente una proposición no de Ley del Partido Socialista que solicita la equiparación legal plena de las uniones de personas del mismo sexo con el verdadero matrimonio. El Gobierno, por medio del Ministro de Justicia, se apresuró a anunciar que en septiembre remitirá a la Cámara un proyecto de Ley en este mismo sentido y que confía en que el llamado matrimonio homosexual sea posible legalmente ya para comienzos del año próximo. También se votaron varias proposiciones de Ley que legitimarían las uniones homosexuales de diversos modos.



2. Las personas homosexuales, como todos, están dotadas de la dignidad inalienable que corresponde a cada ser humano. No es en modo alguno aceptable que se las menosprecie, maltrate o discrimine. Es evidente que, en cuanto personas, tienen en la sociedad los mismos derechos que cualquier ciudadano y, en cuanto cristianos, están llamados a participar en la vida y en la misión de la Iglesia. Condenamos una vez más las expresiones o los comportamientos que lesionan la dignidad de estas personas y sus derechos; y llamamos de nuevo a los católicos a respetarlas y a acogerlas como corresponde a una caridad verdadera y coherente.



3. Con todo, ante la inusitada innovación legal anunciada, tenemos el deber de recordar también algo tan obvio y natural como que el matrimonio no puede ser contraído más que por personas de diverso sexo: una mujer y un varón. A dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho a contraer matrimonio entre ellas. El Estado, por su parte, no puede reconocer este derecho inexistente, a no ser actuando de un modo arbitrario que excede sus capacidades y que dañará, sin duda muy seriamente, el bien común. Las razones que avalan estas proposiciones son de orden antropológico, social y jurídico. Las repasamos sucintamente, siguiendo de cerca las recientes orientaciones del Papa a este respecto[1].



4. a) Los significados unitivo y procreativo de la sexualidad humana se fundamentan en la realidad antropológica de la diferencia sexual y de la vocación al amor que nace de ella, abierta a la fecundidad. Este conjunto de significados personales hace de la unión corporal del varón y de la mujer en el matrimonio la expresión de un amor por el que se entregan mutuamente de tal modo, que esa donación recíproca llega a constituir una auténtica comunión de personas, la cual, al tiempo que plenifica sus existencias, es el lugar digno para la acogida de nuevas vidas personales. En cambio, las relaciones homosexuales, al no expresar el valor antropológico de la diferencia sexual, no realizan la complementariedad de los sexos, ni pueden engendrar nuevos hijos.

A veces se arguye en contra de estas afirmaciones que la sexualidad puede ir hoy separada de la procreación y que, de hecho, así sucede gracias a las técnicas que, por una parte, permiten el control de la fecundidad y, por otra, hacen posible la fecundación en los laboratorios. Sin embargo, será necesario reconocer que estas posibilidades técnicas no pueden ser consideradas como sustitutivo válido de las relaciones personales íntegras que constituyen la rica realidad antropológica del verdadero matrimonio. La tecnificación deshumanizadora de la vida no es un factor de verdadero progreso en la configuración de las relaciones conyugales, de filiación y de fraternidad.

El bien superior de los niños exige, por supuesto, que no sean encargados a los laboratorios, pero tampoco adoptados por uniones de personas del mismo sexo. No podrán encontrar en estas uniones la riqueza antropológica del verdadero matrimonio, el único ámbito donde, como Juan Pablo II ha recordado recientemente al Embajador de España ante la Santa Sede, las palabras padre y madre pueden “decirse con gozo y sin engaño”. No hay razones antropológicas ni éticas que permitan hacer experimentos con algo tan fundamental como es el derecho de los niños a conocer a su padre y a su madre y a vivir con ellos, o, en su caso, a contar al menos con un padre y una madre adoptivos, capaces de representar la polaridad sexual conyugal. La figura del padre y de la madre es fundamental para la neta identificación sexual de la persona. Ningún estudio ha puesto fehacientemente en cuestión estas evidencias.

b) La relevancia del único verdadero matrimonio para la vida de los pueblos es tal, que difícilmente se pueden encontrar razones sociales más poderosas que las que obligan al Estado a su reconocimiento, tutela y promoción. Se trata, en efecto, de una institución más primordial que el Estado mismo, inscrita en la naturaleza de la persona como ser social. La historia universal lo confirma: ninguna sociedad ha dado a las relaciones homosexuales el reconocimiento jurídico de la institución matrimonial.

El matrimonio, en cuanto expresión institucional del amor de los cónyuges, que se realizan a sí mismos como personas y que engendran y educan a sus hijos, es la base insustituible del crecimiento y de la estabilidad de la sociedad. No puede haber verdadera justicia y solidaridad si las familias, basadas en el matrimonio, se debilitan como hogar de ciudadanos de humanidad bien formada.

Si el Estado procede a dar curso legal a un supuesto matrimonio entre personas del mismo sexo, la institución matrimonial quedará seriamente afectada. Fabricar moneda falsa es devaluar la moneda verdadera y poner en peligro todo el sistema económico. De igual manera, equiparar las uniones homosexuales a los verdaderos matrimonios, es introducir un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social.

Se dice que el Estado tendría la obligación de eliminar la secular discriminación que los homosexuales han padecido por no poder acceder al matrimonio. Es, ciertamente, necesario proteger a los ciudadanos contra toda discriminación injusta. Pero es igualmente necesario proteger a la sociedad de las pretensiones injustas de los grupos o de los individuos. No es justo que dos personas del mismo sexo pretendan casarse. Que las leyes lo impidan no supone discriminación alguna. En cambio, sí sería injusto y discriminatorio que el verdadero matrimonio fuera tratado igual que una unión de personas del mismo sexo, que ni tiene ni puede tener el mismo significado social. Conviene notar que, entre otras cosas, la discriminación del matrimonio en nada ayudará a superar la honda crisis demográfica que padecemos.

c) Se alegan también razones de tipo jurídico para la creación de la ficción legal del matrimonio entre personas del mismo sexo. Se dice que ésta sería la única forma de evitar que no pudieran disfrutar de ciertos derechos que les corresponden en cuanto ciudadanos. En realidad, lo justo es que acudan al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco.

En cambio, se debe pensar en los efectos de una legislación que abre la puerta a la idea de que el matrimonio entre un varón y una mujer sería sólo uno de los matrimonios posibles, en igualdad de derechos con otros tipos de matrimonio. La influencia pedagógica sobre las mentes de las personas y las limitaciones, incluso jurídicas, de sus libertades que podrán suscitarse serán sin duda muy negativas. ¿Será posible seguir sosteniendo la verdad del matrimonio, y educando a los hijos de acuerdo con ella, sin que padres y educadores vean conculcado su derecho a hacerlo así por un nuevo sistema legal contrario a la razón? ¿No se acabará tratando de imponer a todos por la pura fuerza de la ley una visión de las cosas contraria a la verdad del matrimonio?



5. Pensamos, pues, que el reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales y, más aún, su equiparación con el matrimonio, constituiría un error y una injusticia de muy negativas consecuencias para el bien común y el futuro de la sociedad. Naturalmente, sólo la autoridad legítima tiene la potestad de establecer las normas para la regulación de la vida social. Pero también es evidente que todos podemos y debemos colaborar con la exposición de las ideas y con el ejercicio de actuaciones razonables a que tales normas respondan a los principios de la justicia y contribuyan realmente a la consecución del bien común. Invitamos, pues, a todos, en especial a los católicos, a hacer todo lo que legítimamente se encuentre en sus manos en nuestro sistema democrático para que las leyes de nuestro País resulten favorables al único verdadero matrimonio. En particular, ante la situación en la que nos encontramos, “el parlamentario católico tiene el deber moral de expresar clara y públicamente su desacuerdo y votar contra el proyecto de ley”[2] que pretenda legalizar las uniones homosexuales.



6. La institución matrimonial, con toda la belleza propia del verdadero amor humano, fuerte y fértil, también en medio de sus fragilidades, es muy estimada por todos los pueblos. Es una realidad humana que responde al plan creador de Dios y que, para los bautizados, es sacramento de la gracia de Cristo, el esposo fiel que ha dado su vida por la Iglesia, haciendo de ella una madre feliz y fecunda de muchos hijos. Precisamente por eso, la Iglesia reconoce el valor sagrado de todo matrimonio verdadero, también del que contraen quienes no profesan nuestra fe. Junto con muchas personas de ideologías y de culturas muy diversas, estamos empeñados en fortalecer la institución matrimonial, ante todo, ofreciendo a los jóvenes ejemplos que seguir e impulsos que secundar. En este proyecto de una civilización del amor las personas homosexuales serán respetadas y acogidas con amor. Invocamos para todos la bendición de Dios y la ayuda de Santa María y de San José.

.........
[1] Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 de junio de 2003), Ecclesia 3165/66, 9 y 16 de agosto de 2003, 1236-1239.

[2] Congregación para la Doctrina de la Fe, lugar citado, 10.


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Salvo la invocación final, ¿hay algo en el fondo de la cuestión planteada por este texto que no pueda ser suscrito por cualquier cristiano protestante evangélico no liberal?
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

En esta cuestión protestantes y católicos debemos ir en la misma dirección, eso es innegable.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Que problema esto.

Es cierto que esas personas talvés no crean en Dios y tengan el "derecho" a casarse según sus "no-creencias" religiosas.

El problema es que el matrimonio fué creado por Dios, entre un hombre y una mujer. No se de qué les sirve casarse entre dos hombres o dos mujeres, ya no tiene sentido. Si quieren vivir jutos que lo hagan, cada uno es libre de hacer su vida, pero ¿qué sentido tiene que se casen?

Si podemos "cambiar las reglas" del matrimonio de ésta forma. ¿Qué impedirá que en el futuro se vuelvan a cambiar y que se puedan casar tres personas del mismo sexo, si al final lo que importa es que "se amen"?. O que uno se case con su mascota, porque "se aman".

Si le vemos sentido a que dos personas del mismo sexo se casen cuando salgan tres homosexuales que se quieran casar ¿qué les podremos decir? .Que el casamiento es entre "un hombre y una mujer, o entre dos hombres o dos mujeres" pero no tres. Pero te dirán, bueno, pero ahora somos tres, y nos amamos y nos queremos casar, y así como no tiene ningún sentido que se casen dos homosexuales ¿cual es el problema en que se casen tres?

Que barbaridad.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Al retorcimiento mental al que ha llegado el hombre, solo le falta admitir bodas con animales... ¿quien lo prohibe?
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

No les deis ideas, que se las apropian.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Hola a todos. Dios les colme de bendiciones.
Casarse hombre con hombre o mujer con mujer?? :Noooo:

Es una burla al matrimonio instituido por Dios desde la creacion. Gen. 1:27,28
Es abominacion delante de Dios. :llorando:

Esto es solo una pruba mas del estado tan desastrozo al que ha llegado la humanidad en su pecar.

Bendiciones

Que la misericordia del ETERNO no se aparte de esta tierra.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

El matrimonio es una institución de toda cultura o sociedad, como el ejército o la justicia, y por tanto, la regulación del matrimonio debe ser una cuestión completamente laica, al margen de cualquier consideración religiosa.

El matrimonio occidental actual es una herencia del matrimonio romano de la época clásica. Y en aquella época, el concepto de matrimonio era machista. Literalmente matrimonio significa unión con la mujer, lo que tenía sentido en aquella época, porque las labores del hogar y familiares correspondían a las mujeres ( la esposa y las asistentas exclavas). Pero hoy en día, yo dejaría de usar el concepto de matrimonio, porque ha dejado de tener sentido, puesto que en una familia el papel del hombre puede ser tan fundamental como el de la mujer. Las labores del hogar y las responsabilidades familiares se han repartido entre hombres y mujeres. Así que lo mejor sería emplear un término más adecuado que matrimonio. Yo simplemente hablaría de parejas o uniones, de personas que se casan o se unen, de personas que aceptan un contrato de pareja o unión civil.

Y respecto al matrimonio homosexual, siendo el matrimonio una competencia únicamente del Estado, porque el matrimonio es cosa terrenal, social, como la justicia o el ejército, si el Estado ve correcto el matrimonio homosexual, pues que lo legalize. Y yo creo que debe legalizarse porque ya se ha demostrado que hay un número importante de parejas homosexuales que tienen hijos, o bien adoptados, o bien concebidos por inseminación artificial. Y en esos casos, no habría ninguna diferencia entre un matrimonio/familia homosexual, y un matrimonio/familia heterosexual, convencional, tradicional.<!-- / message -->

La poligamia es una posibilidad. Podría estudiarse si es adecuado o no, beneficioso o perjudicial. Por otro lado, insinuar la más mínima similitud entre un matrimonio homosexual y un matrimonio entre personas y animales es ofensivo y demagógico, pero principalmente es ridículo por varios motivos, el principal es que jurídicamente ningún animal representa ninguna persona física o jurídica, dicho sencillamente, los animales no tienen derechos.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Einstein:
siendo el matrimonio una competencia únicamente del Estado

Luis:
Eso lo dice usted claro. El matrimonio es una institución muy anterior a la existencia de cualquier estado.
Ese concepto suyo del Estado es un pelín estalinista, ¡qué quiere que le diga!


Einstein:
el principal es que jurídicamente ningún animal representa ninguna persona física o jurídica, dicho sencillamente, los animales no tienen derechos.

Luis:
Tienen más que algunos seres humanos: los no nacidos
Maltratar a un animal puede llevar a alguien incluso a la cárcel. Matar a un ser humano en el seno de su madre, no.
Cosas de esta democracia, ya ve usted.


Le digo lo mismo que le dije en otro epígrafe:
Lo que se hace pues al equiparar el matrimonio a algo que no lo es, es atacar a la esencia de la institución matrimonial. Y cualquiera que sabe un poco de historia se da cuenta que cuando la institución matrimonial ha estado en peligro, la sociedad entera ha sufrido las consecuencias.
Se puede aceptar que una pareja homosexual estable tenga algún tipo de reconocimiento legal. Como lo podría tener también una pareja de hermanos que vivan juntos durante años. Porque claro, ¿cuál es la diferencia entre una pareja de gays y una de hermanos? ¿el sexo? ¿vamos a discriminar a los hermanos respecto de los gays porque no fornican juntos?
Sin embargo nadie pensaría en igualar una relación de hermanos al matrimonio.... porque no es lo mismo. Pues lo que no es lo mismo no puede recibir un mismo trato legal. Esto ya no es ni siquiera una cuestión de moral cristiana. Es una cuestión de sentido común.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Luis Fernando escribió:
Sin embargo nadie pensaría en igualar una relación de hermanos al matrimonio....

En la Edad Media se hacía, son casos excepcionales pero existen. Los historiadores los llaman "contratos de hermanamiento". En algunos monasterios se conservan (en Poio, Pontevedra, por ejemplo), contratos entre dos hombres (no conozco ningún caso de dos mujeres) por el que deciden poner sus bienes y posesiones en común y se comprometen a vivir juntos recibiendo todos los privilegios de un matrimonio de la época. Eso sí, estas uniones no implican (al menos no necesariamente) una relación sexual.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Entre dos hombres o entre tres, o cuatro, o cinco.
Ese tipo de contratos es similar al que se puede dar en la constitución de una comuna. Pero para nada tenía que ver con la institución matrimonial.
Bueno, y no hace falta que diga que la sola idea de convivencia abierta entre dos homosexuales era impensable en la Edad Media.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

El PSOE anuncia el "matrimonio" homosexual presionado por el lobby "rosa", según monseñor Reig

La polémica está servida a cuenta de la nota de la Conferencia Episcopal que califica de "injusto" la equiparación del "matrimonio" homosexual y pide a los diputados católicos que se opongan en su tramitación parlamentaria. La Generalitat de Catalunya ya ha respondido con un "doble o nada": legalización de la adopción por parejas gays. El obispo de Segorbe-Castellón, Juan Antonio Reig, presidente de la Subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, considera que el Gobierno catalán "pierde la perspectiva de bien común y de los derechos del niño".

¿Por qué tanta insistencia del PSOE en legalizar el matrimonio de homosexuales cuando se trata de un tema marginal de una minoría social? le preguntamos al presidente de la subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal (CE). El obispo Reig lo tiene claro: el Gobierno actúa empujado por la presión del lobby homosexual. Según el prelado, el PSOE planea un sistema opuesto a la tradición occidental basada en el Derecho romano y la tradición cristiana.

Una revolución del pensamiento -añade- que fomenta el individualismo, la corporalidad y el dualismo antropológico. Según monseñor Reig es este déficit cultural el que provoca "el oscurecimiento de la Verdad sobre el hombre". Y este es el fondo de la polémica. El proceso revolucionario al que se refieren algunos pensadores trata de subvertir el orden natural querido por Dios.

De esta forma, la Verdad se convierte en un "podría ser" sujeto al "consenso" social. El hombre será lo que los hombres decidamos que sea. Y lo decidiremos en función de las campañas orquestadas desde unos medios de comunicación movilizados por una minoría que modifica los valores sociales y que deifica el valor de la tolerancia, "una virtud menor" en palabras del obispo de Segorbe-Castellón.

Y es que -en efecto- el bien se desea; la virtud, se anhela; y sólo el mal se tolera. Toleramos aquel mal que no deseamos, pero que no tenemos más remedio que aceptar. Así, toleramos la prostitución por "la dureza del corazón" del hombre. Y también toleramos la "inclinación homosexual" como prefiere decir el presidente de la subcomisión de Familia y Vida. Inclinación, porque no se trata de un estadío de llegada, de opción estable, sino de una inclinación superable.

Por eso el obispo Reig considera que pedir el voto negativo a los diputados católicos "no es un pulso". Entiende que la Verdad no admite pulsos, "sino coherencia entre la fe y la vida", como verdadero fundamento de la acción política. Un buen tirón de orejas a todos aquellos que depositan la autoridad moral en Naciones Unidas...

Además, monseñor Reig criticó duramente la decisión de la Generalitat de Catalunya de permitir la adopción de niños por parejas homosexuales. "Los políticos van cediendo ante la presión de los lobbys y terminan perdiendo la perspectiva del bien común y de los derechos del niño". A su juicio, el niño tiene derecho a ser educado con la referencia de los estereotipos masculino y femenino.

Por eso, considera el estudio elaborado por el Colegio de Psicólogos de Sevilla -y pagado por la Oficina del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid- como "precario e irrelevante". Y es que el citado informe no mide la inclinación homosexual de los niños educados por parejas "gays", sino exclusivamente variables de socialización o aprendizaje. Sí lo mide, en cambio, estudios más rigurosos realizados en Estados Unidos donde se demuestra la enorme inclinación homosexual de los niños educados en "hogares" gays.

Por último, Reig considera que la decisión de la Generalitat de Catalunya es una respuesta a la nota emitida por la Conferencia Episcopal: "Eran dos caminos que se han terminado por encontrar". Además, señala que la nota del episcopado español empezó a "cocinarse" en el momento en el que el PSOE anunció su intención de equiparar el matrimonio homosexual, aunque matizó que responde a la doctrina defendida siempre por la Iglesia.

En su opinión, la publicación de la citada nota elaborada por la Ejecutiva de la Conferencia Episcopal trata de "iluminar a los creyentes en un tema decisivo que afecta al entendimiento de una antropología adecuada que tiene en cuenta la condición sexuada del hombre. Decir lo contrario no hace justicia a la Verdad del hombre y supone una discriminación del verdadero matrimonio". Más claro, agua.

Luis Losada

Fuente: http://www.hispanidad.tv/noticia.aspx?ID=2354
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Ante la falta de argumentos, se recurre al recurso del miedo : si se legaliza el matrimonio homosexual, la sociedad se extinguirá, desaparecerá, sufrirá un duro golpe, y bla, bla, bla.

Yo pregunto: ¿ si se legaliza el matrimono homosexual, los heterosexuales variarán su conducta, dejarán de casarse y de tener hijos?

Otra paregunta es: ¿ en qué asuntos y aspectos de la sociedad, perjudicaría la legalización del matrimonio homosexual?

Miren, la sociedad no se va a extinguir si se permite el matrimonio homosexual. Ahora, gracias únicamente al avance de las ciencias y las tecnologías, la mortalidad infantil ronda el 2%, cuando en el pasado estaba en el 10 %, 20 % o más. Además, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, asi como han aumentado las condiciones higiénicas, y se han reducido las enfermedades. Todos esos factores hacen que se produzca, en condiciones normales, explosiones demográficas sin precedentes en la historia de la humanidad, lo que está ocurriendo en los países del tercer mundo y en vías de desarrollo : el planeta Tierra está superpoblado, hay graves problemas como consecuencia de una enorme población ... y algunos plantean la desaparición de la especia humana por culpa de la legalización del matrimonio homosexual ; mayor insensatez y sinsentido imposible.

¿ Qué ocurre en Occidente? . Pues que exigimos una calidad y una comodidad de vida muy altos, y por eso, las mujeren no quieren tener hijos, porque las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres de "vivir cómodamente", y por tanto, no tienen que hacerse cargo de las cargas y responsabilidades familiares, mientras que los hombres se escapan de esas cargas y responsabilidades.

Mientras haya machismo y la sociedad no asimile una cultura de igualdad. Mientras no hayan guarderías públicas y gratuitas. Mientras no aumenten significativamente las ayudas del Estado a los hijos. Mientras no se reforme el mercado laboral y la legislación laboral, de forma que los padres/madres tengan jornadas reducidas para cuidar sus hijos. Mientras no haya esas condiciones cumplidas, EN OCCIDENTE LA NATALIDAD SEGUIRÁ SIENDO BAJA, independientemente de si se legaliza o no la homosexualidad.

Menos demagogia y mentiras, que las familias no tendrán ningún beneficio si se discriminan a los homosexuales y se les impide contraer matrimonio. Lo único importante e influyente en la familias son los asuntos que anteriormente mencioné.

Por otro lado, repito que el matrimonio debe reformarse y modernizarse, pues su concepto actual ha quedado arcaico. Matrimonio, o mejor contrato de unión civil, debería ser el compromiso firme de dos personas ( o más) de mantener, cuidar y educar a uno o más niños. Que esas personas mantengan o no relaciones sexuales no debe importar. Lo que si debe verificar un cuerpo técnico ( formado por psicólogos, pedagogos, etc) es la idoneidad de esas personas para educar en conjunto a esos niños, y para ello, debe haber muy buenas relaciones personales entre esas personas, y deben estar formadas en cuanto a mantener, cuidar y educar hijos.

Este nuevo y moderno concepto de matrimonio daría cabida a parejas sentimentales heterosexuales u homosexuales, parejas de hecho, hermanos/as , tios/tias , abuelos/as, amigos/as , etc.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Si bien a mi me importa bien poco lo que haga cada uno con su cuerpo, no puedo estar de acuerdo de que estas personas contraigan matrimonio.

1.- Porque el hecho supone de alguna manera aceptar esa situación como algo normal y para mi no lo es.

2.- Porque busco que mis hijos crezcan y estudien en un ambiente sano, la implantación de este tipo de matrimonios, sacudirá el concepto familiar, distorsionando en mayor medida a los mas jovenes, de cual debe ser el modelo de familia.

3.- Porque el paso siguiente será inculcar en los niños estas ideas, con el consiguiente peligro, si mis hijos tienen que ser homosexuales, que lo sean por accidente, no porque el sistema les enseñe que es una situación normal amparadas por las leyes de mi pais.

4.- Porque tengo todo el derecho a luchar por los verdaderos valores de una familia completamente normal.

Shalom!!
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Oiga Einstein, nadie ha dicho que el mundo va a desaparecer por los matrimonios gays.
Lo que hemos dicho, y usted ha sido incapaz de dar un solo argumento medianamente serio para rebatirlo, es que equiparar jurídicamente al matrimonio a algo que no lo es supone un ataque al matrimonio.
Y dado que a lo largo de la historia de la humanidad y en todas las civilizaciones el matrimonio SIEMPRE ha sido la unión entre personas de distinto sexo, es evidente, lógico, natural, comprensible para cualquier mente racional, que consideremos que la unión entre personas del mismo sexo no puede ser considerada como matrimonio.

Y respecto a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, cualquier persona medianamente normal, lógica, sensata entiende que lo ideal para un niño es que sea educado por un padre y una madre y no por dos "padres" o dos "madres".
Ya sabemos que un niño puede recibir una educación correcta aunque esté ausente uno de los dos por fallecimiento, pero eso no quita para que lo ideal sea la presencia materna y paterna.
Por tanto, es un ataque a los derechos de los niños que serán adoptados el permitir que vayan a vivir con una pareja de homosexuales, porque lo que es evidente es que o le faltará el padre o la madre. Es más, a esos niños se les situa en una posición muy compleja ante sus futuros compañeros de colegio. A ver cómo les explica que él no tiene una madre o un padre sino dos mamás y dos papás. Eso será con casi total seguridad motivo para traumas posteriores
En definitiva, no tienen vergüenza los que aprueban estas leyes ni los que les apoyan
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Luis Fernando escribió:
Ese tipo de contratos es similar al que se puede dar en la constitución de una comuna. Pero para nada tenía que ver con la institución matrimonial.

Eran iguales en fondo y forma a los contratos matrimoniales de la época entre dos personas de distinto sexo, eso sí, estamos hablando de una época en la que el matrimonio eclesiástico no estaba completamente configurado y extendido por toda la sociedad y por lo tanto se utilizaban ritos, costumbres y contratos que no tienen que ver con el matrimonio tal y como es entendido hoy en día. Y como bien se ha mencionado este tipo de contratos para nada legitiman una relación sexual, independientemente de lo que los contrayentes realizaran sub rosa.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

¿de qué siglo nos hablas?
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Casar Derivado antiguo de casa con el sentido primitivo de poner casa aparte

Matrimoniar. Boda del latín Vöta, plural de votum "voto, promesa"

¿Cuando una forma de religiosidad, en ese caso la llamada católica, asumió una competencia respecto al acto de matrimoniar? ¿Lo sabe el copiador de obispos y conferencias episcopales?

Nos presenta el caso como si su Institución fuese la única defensora del matrimonio cuando la misma Institución la ha negado a sus clérigos. Si tan buena es la familia (hombre mujer) ¿por qué no la practican? ¿Si tan necesario son las figuras paterna y materna para los hijos (y ciertamente lo son) ¿por que en un próximo pasado arrancaban a niños de 8 años de sus padres, (con su aquiescencia a fin de evitarles pasar hambre y recibir una educación) los encerraban en un convento junto a un montón de frailes sin ninguna figura materna? Me pregunto cuanta homosexualidad se derivó de aquello, pero claro, el poder de la Institución evitaba que se divulgara. Cuando se levantó la veda informativa muchos militantes romanistas ven con estupor lo ocurrido en Austria que, en uno de sus seminarios, se organizaban orgías homosexuales. Despues en los EEUU de América donde hasta ahora nadie, que yo sepa, se ha preguntado donde, cuando y como, los pederastas se conviertieron a esta anomalia sexual. ¿Quién, cómo y donde fueron viciados en estas prácticas?
Lo cierto es que todos son victimas, tanto los abusadores como lo abusados. Victimas de un sistema que predica aquello que no hace y encima se permite legislar cual tiene que ser lo que es competencia de los Estados.
A mi no me preocupa lo que se les reconozca como un derecho a los homosexuales. Lo que verdaremamente me procupa es quién y cómo han sido inducidos a cambiar la normal pulsión sexual. Quienes torcieron su lívido.
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Problemas a corto plazo en los libros e familia:

Nombre del padre: ¿Juana?

Nombre de la madre: ¿Bonifacio?

:Noooo:
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

toni dijo:
Problemas a corto plazo en los libros e familia:

Nombre del padre: ¿Juana?

Nombre de la madre: ¿Bonifacio?

:Noooo:
Sexo de la criatura - Maculino

Nombre- Mariposa
 
Re: En favor del verdadero matrimonio

Luis Fernando escribió:
¿de qué siglo nos hablas?

Suponiendo que te refieras a mí y a mi epígrafe anterior te diré que no conozco ningún contrato de hermanamiento posterior al siglo XIII.