En el principio Dios creó los cielos y la Tierra, ¿el principio de qué?
Con estas palabras iniciales, la Biblia da comienzo al relato de la creación y, tanto los filósofos y científicos de la antigüedad como los de nuestro tiempo, dan por sentado que se refieren al principio de la creación por Dios del universo infinito. Pero si reflexionamos y utilizamos el razonamiento lógico, podremos llegar a conclusiones distintas. Meditemos: si Dios ha existido siempre, no tiene principio, ni puede tenerlo tampoco su creatividad, por lo cual el universo, siendo infinito, no puede haber tenido principio, así como no tendrá fin.
¿Qué sentido, pues, podemos darles a estas palabras con las que da comienzo el relato bíblico? Razonemos: Aunque el universo en sí no tenga principio, las cosas creadas sí han tenido que tenerlo, pues todo artista, creador de sus obras, sean pocas o muchas, o infinitas, comienza y termina cada una de ellas, por lo cual sus obras sí tienen principio y pueden tener fin. Sigamos razonando: ¿a quien, o quienes, van dirigidas las informaciones de la Biblia? no a seres de otros posibles mundos que puedan existir en este inmenso espacio sideral, sino que específicamente va dirigido a los moradores de nuestro planeta tierra, y es de ella de la que únicamente habla. Por lo tanto estas palabras aplican fielmente al principio de nuestro, mundo, o el entero sistema solar del cual formamos parte.
Si seguimos leyendo este relato, veremos cómo va desarrollando el proceso creativo, habla de la formación de los mares, o las aguas que cubren la superficie de la tierra, de la parte sólida que emerge sobre esta superficie, de la creación de los seres vivientes, vegetales, animales y, finalmente el hombre, o la especie humana. Todo lo que existe y existió a partir de este principio. No hay duda, pues, que se refería solo al principio de la creación terrestre y lo que la rodea; los cielos que aquí se mencionas es el espacio que rodea nuestro planeta, al que nosotros siempre le hemos llamado cielo.
La Biblia, aunque pueda parecer complicada y difícil de entender para la mayoría de las personas que no la conocen, es en realidad muy lógica en todo cuanto relata, y explica las cosas de forma muy simple y sencilla para que puedan entenderla gente de todas las épocas y culturas, solo hay que querer entenderla y buscar en ella la verdad divina, que no todos la buscan, aunque su conocimiento nos abre las puertas de la sabiduría y de la justicia que puede conducirnos a la paz permanente.