El versículo que describe un tiempo futuro en el que Jesús no necesitará interceder ante el Padre por nosotros, porque el Padre mismo nos amará y nos protegerá directamente, se encuentra en Juan 16:26-27. En este pasaje, Jesús explica que llegará un momento en que ya no hablará en parábolas, sino que les hablará abiertamente del Padre, y que el Padre mismo los ama porque han creído en Jesús.
En Juan 16:26-27, Jesús dice: "En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama, ya que vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.".
Este versículo indica que, en la dispensación futura, la relación entre el Padre y los creyentes será tan cercana y directa que no será necesaria la intercesión de Jesús de la misma manera que antes. El Padre, a través de su amor y conocimiento directo, se encargará de atender las necesidades y peticiones de sus hijos.
En Juan 16:26-27, Jesús dice: "En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, porque el Padre mismo os ama, ya que vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.".
Este versículo indica que, en la dispensación futura, la relación entre el Padre y los creyentes será tan cercana y directa que no será necesaria la intercesión de Jesús de la misma manera que antes. El Padre, a través de su amor y conocimiento directo, se encargará de atender las necesidades y peticiones de sus hijos.