Ellen White y el World Trade Center ¿profecía cumplida?

17 Marzo 2003
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Elena G. de White y los ataques al Centro Mundial de Comercio de Nueva York, ¿profecía cumplida?

Por Arturo Sánchez Gómez

Los trágicos acontecimientos del martes 11 de septiembre del 2001, donde comandos terroristas atentaron contra las famosas Torres gemelas de Nueva York, resultando en el derrumbe de los edificios y la muerte o desaparición de más de 5 mil personas, han generado todo tipo de interpretaciones políticas, económicas y religiosas.

En el campo de la religión es donde mayor sensacionalismo se ha despertado. En los círculos adventistas del Séptimo Día, se está proclamando que dichos acontecimientos fueron profetizados por Elena G. de White, reconocida por este colectivo religioso como “la profeta más grande de todos los tiempos” y cuyos escritos rigen todos los aspectos de la vida de los fieles adventistas.

Aunque sin embargo hay que reconocer que dentro de las filas de la organización, se han levantado voces sensatas que llaman a tomar las cosas con calma. Sin embargo, la mayoría de los creyentes adventistas y muchos pastores desde sus púlpitos están respirando hondo y diciendo “profecía cumplida”, dando de esta manera legitimidad a los escritos de la Sra. White, que han sido cuestionados por sus contradicciones, sus excesos y con el cargo de plagios por el erudito Walter T. Rea, un ex pastor adventista que escribió el libro “La Mentira White”.

¿Predijo Elena de White el devastador ataque del 11 de septiembre contra los edificios del Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York? Primero leamos los textos en cuestión.


...no tengo luz en particular con respecto a lo que ha de venir sobre Nueva York, y lo único que sé es que algún día los grandes edificios de esa ciudad serán derribados por el poder trastornador de Dios. Por la luz que me ha sido dada, sé que la destrucción está en el mundo. Una palabra del Señor, un toque de su poder terrible, y estas masivas estructuras caerán. No podemos imaginarnos el carácter terrible de las escenas que ocurrirán. (Review and Herald, 5 de julio 1906), énfasis añadido.

-No tengo luz en particular respecto a lo que viene sobre Nueva York; sólo sé que un día los grandes edificios serán derribados por el poder trastornador de Dios... La muerte llegará a todas partes. Esta es la razón por la cual me siento tan ansiosa de que nuestras ciudades sean amonestadas.-RH Julio 5, 1906.

(Nota: aunque se refiere al mismo texto apreciamos que no son exactos el uno al otro, debido quizás a las traducciones al español y las distintas compilaciones de los escritos de la profeta. Textos tomados de www.centrowhite.uapar.edu)



“Cuando estuve la última vez en Nueva York, fui llamada a presenciar de noche como se levantaban los edificios, piso sobre piso, hacia el cielo. Estos edificios tenían garantía contra el fuego y eran erigidos para glorificar a los propietarios. Estas estructuras se levantaban más y más alto, y en ellas se usaba el material más costoso. . .

“La escena que en seguida pasó delante de mí era de un fuego alarmante. Los hombres miraban los edificios elevadísimos, pretendidamente a prueba de fuego, y decían: 'Están perfectamente seguros'. Pero estos edificios eran consumidos como si estuvieran hechos de resina. Las bombas de [contra] incendio no podían hacer nada para detener la destrucción. Los bomberos eran incapaces de hacerlas funcionar. Se me ha instruido en el sentido de que, cuando venga el tiempo del Señor, si no ha ocurrido un cambio en los corazones de los hombres orgullosos y de los ambiciosos seres humanos, hallarán que la mano que ha sido poderosa para salvar será poderosa para destruir. Ningún poder terrenal es capaz de detener la mano de Dios. Ningún material puede ser usado en la erección de edificios que los preserve de la destrucción cuando llegue el tiempo señalado por Dios para mandar retribución a los hombres por su insolencia y el descuido de su ley” (Review and Herald, 26 de abril de 1906). Elena G. de White, Notas biográficas (Mountain View, California: Publicaciones Interamericanas, 1981), 450-453.


He visto las mas costosas estructuras de edificios construidos supuestamente a prueba de fuego, pero así como Sodoma pereció en las llamas de la venganza divina, así estas orgullosas estructuras se convertirán en ceniza... Los deleitables monumentos de la grandeza de los hombres se harán polvo aun antes que venga la última gran destrucción sobre el mundo.-3MS 478-479 (1901)


Los hombres continuarán levantando costosos edificios que valen millones; se dará especial atención a su belleza arquitectónica y a la firmeza y solidez con que son construidos. Pero el Señor me ha hecho saber que pesar de su insólita firmeza y su costosa imponencia, esos edificios correrán la misma suerte del templo de Jerusalén.-5CBA 1074 (1906.) {EUD, 114, 115}


¿Son precisas estas profecías?

EL EVENTO: Los textos anteriores indican que costosos y grandes edificios serían destruidos por el fuego. Esto fue ciertamente el caso en el ataque al World Trade Center, donde los dos más grandes edificios en la ciudad de Nueva York fueron destruidos por fuego.

EL LUGAR: La nota de la Sra. White indica que ella estaba en Nueva York cuando tuvo el sueño (o la visión) con respecto a los edificios altos destruidos por fuego. En su testimonio ella nunca dice que la ciudad que vio en su sueño era Nueva York. Sin embargo, suponiendo que fuera la ciudad de Nueva York, ahí se indica que no tenían una luz particular sobre Nueva York.

¿ARDE COMO RESINA?: En estos Testimonios dice que los edificios fueron “consumidos como si estuvieran hechos de resina”. ¿Es esto verdad? Si nos atuviéramos a lo visto por la Televisión y si nos preguntáramos cómo describir lo visto, estas palabras no serían del todo acertadas. Los edificios no ardieron como resina. Fue un impacto, una explosión, y un fuego aislado cercano a los pisos superiores. El daño a la estructura y el fuego causaron que los edificios se colapsaran en un montón de escombros.

¿EDIFICIOS DERRIBADOS?: El artículo publicado en la revista adventista de 1906 habla acerca de edificios que son derribados. Algo parecido a lo que en realidad sucedió. Sin embargo, la Sra. White dice que los edificios fueron derribados por “el poder transtornador de Dios”. Esto indica algún tipo de fuerza sobrenatural y no un impacto de un avión Boeing.

¿BOMBEROS INCAPACES DE OPERAR EXTINGUIDORES?: Un punto cuestionable de estos Testimonios es la sentencia “Los bomberos fueron incapaces de operar los extinguidores”. Después del ataque sobre el Centro Mundial de Comercio, los videos presentados en la Televisión mostraban bomberos operando eficazmente y con una actitud heroica.


Muchos creyentes en las enseñanzas de Elena de White ven en estos escritos una relación con los hechos del 11 de septiembre, para ellos es el “cumplimiento profético” y le da legitimidad a las credenciales que insistentemente le han sido dadas a ella, sin embargo los no creyentes en estos escritos, ven estas citas como vagas y generales, ya que no se menciona cuándo sucederá el evento, tampoco el impacto de los aviones secuestrados en los edificios, ni la explosión, ni se hace mención a los terroristas.

Estos testimonios son tan vagos que podrían aplicarse virtualmente a cualquier incendio en algún edifico grande de Nueva York en los últimos 100 años.

Por otra parte, tampoco existe originalidad en ellos, ya que bajo la concepción cristiana general, acontecimientos similares ocurrirán en los últimos días, antes de la segunda Venida de Cristo. Muchos cristianos que no son adventistas han relacionado este terrible evento como un posible inicio, del cumplimiento literal de Apocalipsis 18. Si esto es así o no, es debatible. Sin embargo, estos estudiantes –no adventistas- de la profecía entienden que la Biblia indica que la ciudades de Babilonia serán destruidas por fuego. Apocalipsis 18 describe a los reyes y mercaderes lamentándose “cuando vieron el humo de su incendio” Ver Apoc. 18:9-11. Así que, cualquier estudiante de la profecía bíblica podría conjeturar a partir de la Biblia que Nueva York, San Francisco, y otras ciudades de la tierra que están atestadas de pecado, sufrirán destrucción por el fuego en los últimos días de la escatología bíblica.

¿Prueba todo esto que Elena de White fue una profeta de Dios? La única forma para discernir un falso profeta, es que el verdadero profeta es 100 por ciento exacto sobre sus predicciones según Deuteronomio 18:22 (y que la advertencia de un determinado acontecimiento nos acerque a Jesucristo, quedando de esta manera descartados Nostradamus y cualquier otro charlatán). Para mayor información de predicciones fallidas de la Sra. White, recomendamos visitar la página www.ellenwhite.org que está disponible en español y en varios idiomas. Además también tenemos que examinar las evidencias sobre la vida y las enseñanzas de la Sra. White, para llegar a una conclusión sobre su inspiración, y examinar los frutos de uno de los sistemas de salvación por obras más difundidos en el orbe.

Bajo una perspectiva correcta y bíblica, ver los acontecimientos del 11 de septiembre en Nueva York, la guerra en Afganistán, los conflictos en Medio Oriente, y más recientemente la guerra en Irak, nos lleva a la reflexión que el retorno de Jesús está cerca, que los acontecimientos que él mismo describe en Mateo 24 se están cumpliendo uno por uno. Esto debe llenar de expectativas santas a todo creyente que ha puesto su confianza en Aquel que murió en la cruz del calvario, cuya obra es suficiente para nuestra salvación. Lo triste es ver que la gente sigue poniendo su confianza en su religión, en su organización o en su profeta. El dilema para los adventistas del Séptimo Día es como expresara Walter Rea:

Si en verdad la iglesia adventista puede volverse del cultismo (centrar la autoridad sobre Ellen White) y si todos, miembros y dirigentes por igual, pueden hacer de Cristo su centro, del Hijo de Dios su dirigente, puede tener lugar un cambio radical en el énfasis. Entonces Cristo podría ser visto adecuadamente en las vidas y en las enseñanzas de los Adventistas.

Si no, entonces el Adventismo habrá dado una respuesta negativa a la pregunta que William Irvine hizo hace como sesenta años:

Todas las vestimentas y atavíos del ceremonialismo, todo lo que gratifica en una religión sensual, todas estas cosas son obstáculos fabricados por el hombre, que tienden a distraer al adorador y apartarlo de Aquél a quien se adora, y de esta manera estorbar aquella comunión libre y espiritual del creyente más humilde con Dios mismo, a la cual somos invitados aquí por el Espíritu. ¿No deberíamos "obedecer a Dios antes que a los hombres?" (Hechos 5:29).



Fuentes: - La Mentira White, Walter T. Rea Traducido por Román Quirós M. 1982

-“Ellen White and The New York World Trade Center Attack”, Dirk Anderson,bajado de www.ellenwhite.org

- Artículos del Centro White en Argentina, bajado de www.centrowhite.uapar.edu