Leyendo sobre el "poder" de cierto predicador, busqué en su página de internet, y sobre cierto asunto comienza así: "El Señor me habló de una poderosa manera mientras viajaba a nuestra cruzada en Worcester....."
Supongo que este vuelo también voló gracias al soplo de este hombre, y qué méritos tienen las personas al viajar en un vuelo donde el Señor habla poderosamente...
Sin duda alguna el Señor habla, y a través de la historia hay testimonios de eso, pero ciertas personas son tan espirituales que como un estribillo siempre dicen: "El Señor me dijo" y "estuve en Su Presencia", a veces dicen: "estuve delante de la shejiná".
Llega a tal punto esta burla hacia el Señor que incluso dicen que el Señor les dijo comprarse un coche o que fulano debe darles dinero, y así miles de casos del juego infantil "Simón dice".
La primer duda que me llega a mi mente cuando una persona me dice esto es si sabe realmente qué significa que el Señor dice o qué se siente al estar en Su Santa Presencia. La gran mayoría de estas personas que les encanta el juego de "Simón dice", supongo no tienen la mínima y remota idea de lo que habla la Biblia al respecto, y sus experiencias son solo una reacción sicológica, o en el peor de los casos el que les dice las cosas y en la presencia que estuvieron es de...
Estoy seguro que si muchas de estas personas realmente hubiesen estado en la Santa Presencia del Eterno, sencillamente no estarían aquí para contar el cuento, o en el mejor caso, serían hermanos que a un kilómetro de distancia reflejarían la gloria del Señor, pero desgraciadamente y en su mayoría solo reflejan la sonrisa que sienten al salir de los shows de TBN.
Si nos damos cuenta, en la Biblia el tema de el "Señor me dijo" o "estuve en Su Presencia", está más allá de un simple juego de "Simón dice".
Una de las reacciones que a mí más me emotiva y llena de temor hacia el Eterno, es la experiencia del profeta Isaías:
"... vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑO'R de los ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, al SENO'R de los ejércitos" (Isaías 6:1-5).
¡Qué temor del Señor!, he aquí a Isaías, el profetas que vio el nacer, la pasión y la gloria del Mesías, piensa que está muerto cuando él se da cuenta que está ante el Eterno.
Otra de las reacciones que me llaman la atención es la de Pablo:
"Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió" (Hechos 9:3-9).
¡Qué hermoso!, la gloria del Eterno sencillamente nos muestra que este cuerpo de carne no puede soportar tanta santidad y gloria.
La situación del Patriarca Jacob en su lucha con el ángel también nos enseña algo:
"Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma" (Génesis 32:29-30).
En tres experiencias de tres personajes muy importantes de la Biblia, podemos ver cuál es la reacción al estar ante la gloria del Eterno o escuchar Su voz o la de su Hijo: temor e incluso pensar que ya hemos pasado a Su Presencia.
Hace mucho tiempo una persona me dijo que ella hacía oración y leía la Biblia en el baño (ponía la Biblia sobre la tapa del excusado), porque allí había paz y tranquilidad, pero ¿se puede decir que hacer oración en el excusado es correcto? ¿Se puede comparar un excusado con una iglesia?, supongo que muchas personas dirán que sí, pero eso es a causa de que no tienen un buen conocimiento de qué es un lugar santo y puro para meditar y hablar con el Señor. Gracias al Eterno que la persona que me dijo semejante cosa, hace una comparación del excusado con su iglesia y no con una sinagoga, porque sino le hubiése dado por la cabeza. Por supuesto tal comparación no es tampoco aceptable para algunas iglesias, pero no es mi problema el concepto general de la vil comparación que ella hace con su excusado es el problema.
También una vez alguien me dijo que él era tan bíblico a tal punto que él se refería al papel higiénico como a los "pergaminos o rollos", comparando estos con los rollos de la Biblia, la verdad que suena muy gracioso, ¿pero cómo se puede comparar algo sagrado con un papel que se utiliza para cosas sucias, impuras e indesentes? ¿qué sentido o reflejo de santidad tiene una persona que hace tal comparación "bíblica"?
En fin, hoy en día muchas personas hacen de la santidad, la oración y nuestra relación con el Eterno un simple juego de "Simón dice" y un objeto para limpiarnos partes del cuerpo que no mostramos en público senciilamente porque nos avergüerzan. Que bajo han llegado muchas de las personas que hacen tales cosas, yo me pregunto si se les estremece el excusado como en la experiencia de Isaías, o será que se les estremece por otras razones como en el exorcista.
Así que hermanos, la próxima vez que escuchemos a alguien decir que "el Señor le dijo", preguntémosle cómo hizo para que su cuerpo soportara tanta santidad, y en caso de que él diga que lo pasó de X forma, entonces pongan sus palabras en un nuevo libro después del Apocalipsis.
¿Entienden lo que digo?
Supongo que este vuelo también voló gracias al soplo de este hombre, y qué méritos tienen las personas al viajar en un vuelo donde el Señor habla poderosamente...
Sin duda alguna el Señor habla, y a través de la historia hay testimonios de eso, pero ciertas personas son tan espirituales que como un estribillo siempre dicen: "El Señor me dijo" y "estuve en Su Presencia", a veces dicen: "estuve delante de la shejiná".
La primer duda que me llega a mi mente cuando una persona me dice esto es si sabe realmente qué significa que el Señor dice o qué se siente al estar en Su Santa Presencia. La gran mayoría de estas personas que les encanta el juego de "Simón dice", supongo no tienen la mínima y remota idea de lo que habla la Biblia al respecto, y sus experiencias son solo una reacción sicológica, o en el peor de los casos el que les dice las cosas y en la presencia que estuvieron es de...

Estoy seguro que si muchas de estas personas realmente hubiesen estado en la Santa Presencia del Eterno, sencillamente no estarían aquí para contar el cuento, o en el mejor caso, serían hermanos que a un kilómetro de distancia reflejarían la gloria del Señor, pero desgraciadamente y en su mayoría solo reflejan la sonrisa que sienten al salir de los shows de TBN.
Si nos damos cuenta, en la Biblia el tema de el "Señor me dijo" o "estuve en Su Presencia", está más allá de un simple juego de "Simón dice".
Una de las reacciones que a mí más me emotiva y llena de temor hacia el Eterno, es la experiencia del profeta Isaías:
"... vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑO'R de los ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, al SENO'R de los ejércitos" (Isaías 6:1-5).
¡Qué temor del Señor!, he aquí a Isaías, el profetas que vio el nacer, la pasión y la gloria del Mesías, piensa que está muerto cuando él se da cuenta que está ante el Eterno.
Otra de las reacciones que me llaman la atención es la de Pablo:
"Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió" (Hechos 9:3-9).
¡Qué hermoso!, la gloria del Eterno sencillamente nos muestra que este cuerpo de carne no puede soportar tanta santidad y gloria.
La situación del Patriarca Jacob en su lucha con el ángel también nos enseña algo:
"Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma" (Génesis 32:29-30).
En tres experiencias de tres personajes muy importantes de la Biblia, podemos ver cuál es la reacción al estar ante la gloria del Eterno o escuchar Su voz o la de su Hijo: temor e incluso pensar que ya hemos pasado a Su Presencia.
Hace mucho tiempo una persona me dijo que ella hacía oración y leía la Biblia en el baño (ponía la Biblia sobre la tapa del excusado), porque allí había paz y tranquilidad, pero ¿se puede decir que hacer oración en el excusado es correcto? ¿Se puede comparar un excusado con una iglesia?, supongo que muchas personas dirán que sí, pero eso es a causa de que no tienen un buen conocimiento de qué es un lugar santo y puro para meditar y hablar con el Señor. Gracias al Eterno que la persona que me dijo semejante cosa, hace una comparación del excusado con su iglesia y no con una sinagoga, porque sino le hubiése dado por la cabeza. Por supuesto tal comparación no es tampoco aceptable para algunas iglesias, pero no es mi problema el concepto general de la vil comparación que ella hace con su excusado es el problema.
También una vez alguien me dijo que él era tan bíblico a tal punto que él se refería al papel higiénico como a los "pergaminos o rollos", comparando estos con los rollos de la Biblia, la verdad que suena muy gracioso, ¿pero cómo se puede comparar algo sagrado con un papel que se utiliza para cosas sucias, impuras e indesentes? ¿qué sentido o reflejo de santidad tiene una persona que hace tal comparación "bíblica"?
En fin, hoy en día muchas personas hacen de la santidad, la oración y nuestra relación con el Eterno un simple juego de "Simón dice" y un objeto para limpiarnos partes del cuerpo que no mostramos en público senciilamente porque nos avergüerzan. Que bajo han llegado muchas de las personas que hacen tales cosas, yo me pregunto si se les estremece el excusado como en la experiencia de Isaías, o será que se les estremece por otras razones como en el exorcista.
Así que hermanos, la próxima vez que escuchemos a alguien decir que "el Señor le dijo", preguntémosle cómo hizo para que su cuerpo soportara tanta santidad, y en caso de que él diga que lo pasó de X forma, entonces pongan sus palabras en un nuevo libro después del Apocalipsis.
¿Entienden lo que digo?