Impresionante, he decidido buscar en el foro lo que hemos hablado sobre el Reino de Dios, el mensaje principal de la prédica de Jesucristo, y veo este "triste" hilo abandonado e inane. ¿Cómo puede ser?
¡La mejor noticia o Evangelio es el Reino de Dios!
Pero claro, es un Reino muy particular. Tiene unas "normas" muy claras, que en realidad no son normas, sino dictados del Espíritu que deben cumplirse para que allá donde dos o tres se reúnan en nombre de Jesucristo, se materialice.
En el Reino de Dios no existen jerarquías, no en el sentido físico desde luego; tampoco hay tronos, salvo en el sentido espiritual. Existe el que es Perfecto, Bueno, y su Verdad a la derecha, pero de nuevo son términos espirituales, que no os confundan nuestras coordenadas espacio-temporales, que nada está encima ni debajo, ¡sino en todas partes!
En el Reino de Dios al no haber jerarquías, estas se establecen por el servicio a los demás. Debemos buscar el puesto más humilde, la silla más alejada. Nadie está por encima de nadie, salvo para servir, porque sirviendo recibiremos en abundancia. Es un Reino muy especial, porque al servir multiplicamos, ya sea amor, pan o peces, todo se multiplica siete veces, se divide en doce canastos y comemos en abundancia, nadie pasa hambre porque la Palabra alimenta sin fin.
Es un Reino de iguales: ni hay sexos, ni razas, ni credos, ¡solamente Amor! donde el que ama se sabe discípulo del Reino. Se nos enseña ante todo a vivir con lo puesto, porque la abundancia surge precisamente de saber renunciar a la aparente "abundancia".
El Reino de Dios crece despacito, con modestia. No tiene ejércitos físicos, no tiene armas de metal; su "arma" es una "espada de doble filo" que atraviesa entrañas con una Palabra que da plenitud, que conmueve, que guía a los que de buen corazón persiguen la Bondad. El único sacrificio que se exige al pasar por su estrecha puerta (que nadie vigila de lo estrechuja que es) es que nos desnudemos, que no haya nada en nosotros que pueda chocar con su estrechez e impedirnos entrar.
En ese Reino se nos pide ir además de desnudos, limpios de corazón, ¡como niños renacidos! con ganas de curiosear, jugar, tocar música y regalar sonrisas. Los que lo habitan, desean amablemente estar con los demás en una extraña Unidad de los corazones circuncisos, que han dado el paso de ser bautizados de Verdad.
Es un bello Reino, nada lo antecede, ni tampoco lo precede... ¡es eterno! No hay tiempo, no existen fronteras, no hay llanto ni dolor. Todos los viejos odres quedaron atrás, solamente hay Vino de alegría, Agua de vida y Pan de eternidad.
Creemos que un Reino debe ser grande, amurallado, repleto de defensas, pero como dije, aunque su puerta es estrecha, no tiene murallas, ni arcos, ni espadas de metal. Su mejor defensa es que este es un Reino transparente, un enorme Espejo que refleja con profundidad nuestra verdad interior, y podemos hallarla muy dura, de hecho antes del Reino hay Fuego, es uno muy particular, purifica y duele cuando halla maldad, malos deseos, muerte, en sus afueras se quema todo lo que sobra, ¡ay de aquellos que nada tengan que poder preservar para ese Reino!
Sin embargo es un Reino de eterno perdón, nadie que llegue a sus alrededores encontrará rechazo u opresión, se invitan a las prostitutas, a los adúlteros, a los publicanos, a los ladrones, a todos los enfermos que buscan desesperados, piden ayuda y llaman a su estrecha puerta. Aquellos que se humillen en su estrecha entrada se les acogerá con cariño, serán levantados y se celebrará una enorme fiesta con cada llegada.
Bendeciremos en ese Reino, porque es Infinito y, sin embargo, cabe en cada corazón humano. Este, amigos del foro, es el gran Misterio de ese Reino, que encima sea capaz de alojarse en nuestros corazones, ¡así de estrecha es su puerta!
Dios espera paciente a que abramos su estrechísima puerta.
En la Esperanza de que vendrá ese día a nuestros corazones nos hallamos ahora, caminando un enorme Camino que la humanidad busca, y lo tenemos delante de nuestras narices, basta querer verlo.