EL RECTOR DEL SEMINARIO BAUTISTA ANIMA A LOS PROTESTANTES COLOMBIANOS A LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA
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<< CALI, 1 de julio .- En una ponencia presentada en la 49 Asamblea General
del Consejo Evangélico de Colombia (CEDECOL), celebrada en Cali la última
semana de mayo, Pablo Moreno, rector del Seminario Teológico Bautista
Internacional, pasó revista a la presencia evangélica en Colombia en los
campos religioso, social y político en la década pasada, así como a su
participación actual en la búsqueda de la paz.>>
=== En el campo religioso no es difícil constatar que el crecimiento de los
evangélicos en las últimas décadas es una realidad. 'A principios de los
años 60' señaló Moreno, 'éramos un 0.43 por ciento de la población, es
decir, más o menos 85.000 evangélicos entre 19 millones de habitantes'.
'Hoy', agregó, 'algunos se animan a decir que somos un 10 por ciento,
aunque cifras más moderadas dicen que estamos llegando a un 5 por ciento
entre 40 millones'. Esto viene a significar un censo de dos millones de
personas de fe evangélica.
=== 'Numéricamente', señaló, 'seguimos siendo una minoría religiosa, pero lo
que importa saber ahora es si esa minoría creciente impacta a la sociedad o
no'. 'Esto nos lleva a relacionar este hecho con lo político y con lo
social, en alguna forma es allí donde se prueba el impacto social concreto
de este crecimiento', agregó.
=== Desde la Constituyente del 91, la presencia de los evangélicos en la
arena política de Colombia se convirtió en habitual. Pero, en muchos ha sido
espontánea, empírica y coyuntural. 'Por esa razón', reconoce Moreno, 'los
logros en algunos casos no sobresalen; por el contrario se evidencian
frustraciones y desengaños'.
=== 'La participación de los evangélicos en la política durante la primera
década del siglo XXI', apunta el rector del Seminario Bautista, parece que
no se va a detener'. 'Por eso', apunta, 'es importante asumir con serenidad
la evaluación de la década anterior; esto permitirá una participación más
coherente con los principios cristianos y más contextualizada al ámbito
político'.
=== En cuanto a la acción social, el líder protestante colombiano señala que
se debe mencionar el trabajo que las iglesias realizan, tales como las
brigadas de salud, los programas de apoyo a niños desnutridos o
desamparados, la rehabilitación de drogadictos y el apoyo a familiares de
presos.
=== 'La mayoría de las veces', apunta Moreno en su ponencia, 'ésta ha sido
una labor asistencialista, importante en emergencias debido a desastres
naturales y sociales, pero no articulada en proyectos que ofrezcan o
promuevan la construcción de soluciones duraderas y sostenibles', para
señalar a continuación que 'el trabajo de las ONG cristianas, en cambio',
desarrolla proyectos de más largo alcance, se cuenta con más recursos y el
impacto en las comunidades ha sido más duradero'.
=== En cuanto al problema de la paz, Pablo Moreno reconoce que durante un
buen tiempo los evangélicos colombianos oscilaron entre la apatía y el
compromiso. Por una actitud mal llamada 'apolítica', se adoptó una posición
de encerramiento en lo eclesial. Así, cualquier esfuerzo por mejorar las
condiciones sociales era visto como 'inútil2.
=== Esta actitud ha cambiado en los años 90, frente a la realidad del
incremento de la violencia y la agudización del conflicto. La realidad ha
demostrado que en este conflicto también los evangélicos mueren, son
secuestrados, desaparecidos, amenazados y desplazados.
=== Subraya que el Consejo Evangélico de Colombia (CEDECOL) ha promovido la
creación de una Comisión de Derechos Humanos y Paz durante los últimos siete
años. Este ha sido un síntoma de cambios en la posición tradicional de los
evangélicos frente a la realidad de la guerra en Colombia.
=== Otros esfuerzos evangélicos para enfrentar la agudización de la
violencia son la Fundación de Cristianos por la Paz, así como el Plan de
Acción Pastoral de las Iglesias por la Paz de Colombia, con el apoyo del
Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). También la Federación de
Iglesias Cristianas; La Comisión de Paz de la Iglesia Luterana de Colombia,
el Comité Central Menonita a través de Justa Paz y el Comité de Paz de la
Convención Bautista.
=== En esto se evidencia el creciente interés en el compromiso de la iglesia
por trabajar en la búsqueda de nuevas condiciones de convivencia ciudadana.
Desde luego que, como en el caso citado de la participación política,
también la improvisación, la experimentación y el voluntarismo han
obstaculizado mayores desarrollos de esta presencia.
=== Vale la pena destacar además, dijo, la apertura hacia grupos no
evangélicos que trabajan por la defensa de los derechos humanos y la paz,
como el Foro de Cooperación Ecuménica, Foro por Colombia y Viva la
Ciudadanía.
=== Este esfuerzo ha permitido que los evangélicos participen de la Asamblea
Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, que tuvo representantes en los
comités temáticos del diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
=== Es interesante, comentó, la participación de los evangélicos en las
sesiones de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil. No sólo por medio
de la Comisión de Derechos Humanos y Paz, sino a través de organizaciones
locales como las asociaciones de pastores y otras organizaciones pro
eclesiales.
(Fuente: ALC. Redacción: ICPress).
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<< CALI, 1 de julio .- En una ponencia presentada en la 49 Asamblea General
del Consejo Evangélico de Colombia (CEDECOL), celebrada en Cali la última
semana de mayo, Pablo Moreno, rector del Seminario Teológico Bautista
Internacional, pasó revista a la presencia evangélica en Colombia en los
campos religioso, social y político en la década pasada, así como a su
participación actual en la búsqueda de la paz.>>
=== En el campo religioso no es difícil constatar que el crecimiento de los
evangélicos en las últimas décadas es una realidad. 'A principios de los
años 60' señaló Moreno, 'éramos un 0.43 por ciento de la población, es
decir, más o menos 85.000 evangélicos entre 19 millones de habitantes'.
'Hoy', agregó, 'algunos se animan a decir que somos un 10 por ciento,
aunque cifras más moderadas dicen que estamos llegando a un 5 por ciento
entre 40 millones'. Esto viene a significar un censo de dos millones de
personas de fe evangélica.
=== 'Numéricamente', señaló, 'seguimos siendo una minoría religiosa, pero lo
que importa saber ahora es si esa minoría creciente impacta a la sociedad o
no'. 'Esto nos lleva a relacionar este hecho con lo político y con lo
social, en alguna forma es allí donde se prueba el impacto social concreto
de este crecimiento', agregó.
=== Desde la Constituyente del 91, la presencia de los evangélicos en la
arena política de Colombia se convirtió en habitual. Pero, en muchos ha sido
espontánea, empírica y coyuntural. 'Por esa razón', reconoce Moreno, 'los
logros en algunos casos no sobresalen; por el contrario se evidencian
frustraciones y desengaños'.
=== 'La participación de los evangélicos en la política durante la primera
década del siglo XXI', apunta el rector del Seminario Bautista, parece que
no se va a detener'. 'Por eso', apunta, 'es importante asumir con serenidad
la evaluación de la década anterior; esto permitirá una participación más
coherente con los principios cristianos y más contextualizada al ámbito
político'.
=== En cuanto a la acción social, el líder protestante colombiano señala que
se debe mencionar el trabajo que las iglesias realizan, tales como las
brigadas de salud, los programas de apoyo a niños desnutridos o
desamparados, la rehabilitación de drogadictos y el apoyo a familiares de
presos.
=== 'La mayoría de las veces', apunta Moreno en su ponencia, 'ésta ha sido
una labor asistencialista, importante en emergencias debido a desastres
naturales y sociales, pero no articulada en proyectos que ofrezcan o
promuevan la construcción de soluciones duraderas y sostenibles', para
señalar a continuación que 'el trabajo de las ONG cristianas, en cambio',
desarrolla proyectos de más largo alcance, se cuenta con más recursos y el
impacto en las comunidades ha sido más duradero'.
=== En cuanto al problema de la paz, Pablo Moreno reconoce que durante un
buen tiempo los evangélicos colombianos oscilaron entre la apatía y el
compromiso. Por una actitud mal llamada 'apolítica', se adoptó una posición
de encerramiento en lo eclesial. Así, cualquier esfuerzo por mejorar las
condiciones sociales era visto como 'inútil2.
=== Esta actitud ha cambiado en los años 90, frente a la realidad del
incremento de la violencia y la agudización del conflicto. La realidad ha
demostrado que en este conflicto también los evangélicos mueren, son
secuestrados, desaparecidos, amenazados y desplazados.
=== Subraya que el Consejo Evangélico de Colombia (CEDECOL) ha promovido la
creación de una Comisión de Derechos Humanos y Paz durante los últimos siete
años. Este ha sido un síntoma de cambios en la posición tradicional de los
evangélicos frente a la realidad de la guerra en Colombia.
=== Otros esfuerzos evangélicos para enfrentar la agudización de la
violencia son la Fundación de Cristianos por la Paz, así como el Plan de
Acción Pastoral de las Iglesias por la Paz de Colombia, con el apoyo del
Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). También la Federación de
Iglesias Cristianas; La Comisión de Paz de la Iglesia Luterana de Colombia,
el Comité Central Menonita a través de Justa Paz y el Comité de Paz de la
Convención Bautista.
=== En esto se evidencia el creciente interés en el compromiso de la iglesia
por trabajar en la búsqueda de nuevas condiciones de convivencia ciudadana.
Desde luego que, como en el caso citado de la participación política,
también la improvisación, la experimentación y el voluntarismo han
obstaculizado mayores desarrollos de esta presencia.
=== Vale la pena destacar además, dijo, la apertura hacia grupos no
evangélicos que trabajan por la defensa de los derechos humanos y la paz,
como el Foro de Cooperación Ecuménica, Foro por Colombia y Viva la
Ciudadanía.
=== Este esfuerzo ha permitido que los evangélicos participen de la Asamblea
Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, que tuvo representantes en los
comités temáticos del diálogo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC).
=== Es interesante, comentó, la participación de los evangélicos en las
sesiones de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil. No sólo por medio
de la Comisión de Derechos Humanos y Paz, sino a través de organizaciones
locales como las asociaciones de pastores y otras organizaciones pro
eclesiales.
(Fuente: ALC. Redacción: ICPress).