Todavía en estado de conmoción y abrumados por el dolor, los residentes del sur de la Florida siguen acudiendo a Dios desde que ocurrieron los ataques terroristas en las ciudades de Nueva York y Washington.
Miles de católicos han estado llenando las parroquias desde la tarde del 11 de septiembre. Las iglesias católicas del sur de la Florida, siguiendo las instrucciones del arzobispo Juan Clemente Favalora, convocaron a misas, servicios de oraciones y horas de adoración ante el Santísimo Sacramento.
El 14 de septiembre, en el mismo momento en que el presidente George W. Bush asistía a un servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington, más de 1,200 personas de diferentes religiones se reunieron en la iglesia Gesu en el centro de Miami.
La Misa, celebrada por el arzobispo Favalora, fue una de muchas que se realizaron a la misma hora en la Arquidiócesis, cumpliendo con el pedido del presidente Bush de que se dedicara un día de oración y recordación por las víctimas del ataque.
"Vine aquí para estar con el Señor", dijo Lindsay Arriaga, estudiante del New World School of the Arts, localizada cerca de la iglesia Gesu.
Se describió a sí misma como una cristiana que temía por el futuro en que tendrían que vivir sus hijos. La generación de ella, dijo, nunca había experimentado semejante tragedia nacional.
"Nos sentimos como ovejas perdidas, caminando sin rumbo. Este es el único lugar donde se puede venir y saber lo que tienes que decir y hacer", dijo Arriaga.
A su lado estaba Deondre Horner, quien también dijo que no era católico pero se sintió impulsado de asistir a Misa en Gesu "sólo para estar con otros creyentes".
"Nos estaban dando tantas perspectivas diferentes de esta situación, pero nadie nos está dando la visión espiritual y es lo que necesitamos", dijo Horner. "Esta batalla no es con el hombre. Esta batalla es de orden espiritual".
Miles de católicos han estado llenando las parroquias desde la tarde del 11 de septiembre. Las iglesias católicas del sur de la Florida, siguiendo las instrucciones del arzobispo Juan Clemente Favalora, convocaron a misas, servicios de oraciones y horas de adoración ante el Santísimo Sacramento.
El 14 de septiembre, en el mismo momento en que el presidente George W. Bush asistía a un servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington, más de 1,200 personas de diferentes religiones se reunieron en la iglesia Gesu en el centro de Miami.
La Misa, celebrada por el arzobispo Favalora, fue una de muchas que se realizaron a la misma hora en la Arquidiócesis, cumpliendo con el pedido del presidente Bush de que se dedicara un día de oración y recordación por las víctimas del ataque.
"Vine aquí para estar con el Señor", dijo Lindsay Arriaga, estudiante del New World School of the Arts, localizada cerca de la iglesia Gesu.
Se describió a sí misma como una cristiana que temía por el futuro en que tendrían que vivir sus hijos. La generación de ella, dijo, nunca había experimentado semejante tragedia nacional.
"Nos sentimos como ovejas perdidas, caminando sin rumbo. Este es el único lugar donde se puede venir y saber lo que tienes que decir y hacer", dijo Arriaga.
A su lado estaba Deondre Horner, quien también dijo que no era católico pero se sintió impulsado de asistir a Misa en Gesu "sólo para estar con otros creyentes".
"Nos estaban dando tantas perspectivas diferentes de esta situación, pero nadie nos está dando la visión espiritual y es lo que necesitamos", dijo Horner. "Esta batalla no es con el hombre. Esta batalla es de orden espiritual".