EL PODER DE DIOS

25 Junio 2012
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EL PODER DE DIOS

Carta a los Efesios 1:15, el apóstol está orando:
Eph 1:15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,
Eph 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones
Eph 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
Eph 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
Eph 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
Eph 1:20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
Eph 1:21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
Eph 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
Eph 1:23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

No hay nada más allá de esto.

“LA SUPEREMINENTE GRANDEZA DE SU PODER”
“SEGÚN LA OPERACIÓN DEL PODER DE SU FUERZA”

El ser humano en su deseo de explorar el universo de Dios ha logrado enviar sondas espaciales más allá del sistema solar.
Llama la atención que en el proyecto “APOLO” para colocar a Neil Armstrong en la luna, el cohete “Saturno V” cuya cabeza era la cápsula del módulo lunar, tenía 110 metros de altura y pesaba 2700 toneladas.

En el solo despegue consumió 15 toneladas de combustible por segundo… este programa Apolo sirvió para que la tierra fuese testigo que es posible viajar a otros planetas cercanos.

Este es un deseo muy antiguo, miremos aquel grupo de hombres que antes de esta tecnología espacial, contando solo con los recursos que tenía a mano, quiso construir una torre cuya cúspide tocase el cielo, leemos:

Gen 11:4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.

En ambos casos contemplamos al hombre manifestando sus grandes aspiraciones en llegar al cielo por sus propios medios.

La Babel de Génesis 11 es figura de la Babilonia del NT (Ap.17-18), un gran sistema religioso lleno de pecado ideado por los hombres para servir al diablo con el nombre de “iglesia” y de esto modo engañar a muchos.

“EDIFIQUÉMONOS UNA CIUDAD”

Es una ciudad cuyo arquitecto y constructor es la imaginación del hombre, para que los que habiten allí, se glorifiquen así mismos, bajo una voluntad independiente a la voluntad del Creador… una ciudad llena de pecado, violencia, y corrupción porque así son las ciudades de los hombres, no olvidemos a Sodoma y Gomorra, o NY con su Times Square...o las Vegas con sus casinos...

En contraste, a Abraham le fue mostrada la Nueva Jerusalén, una ciudad cuyo Arquitecto y Constructor es Dios…una ciudad muy pura dónde no entra cualquiera, leemos:

Heb 11:10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Rev 22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
Rev 22:15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

Pero también aquellos hombres pretendieron construir una torre cuya cúspide llegase al cielo (Gén.11:4).

Esto es un símbolo de orgullo, de prepotencia… el verdadero motivo yace en esta expresión:

“HAGÁMONOS UN NOMBRE”

Ellos quieren un nombre para sí mismos… pero no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, sino el nombre Jesucristo…toda rodilla se doblará ante él.

“LA SUPEREMINENTE GRANDEZA DE SU PODER”
“SEGÚN LA OPERACIÓN DEL PODER DE SU FUERZA”

Más allá de este mundo conocido…está el infinito… un escenario sin límites…pero el Señor sobrepasó este escenario.

El Señor resucitado de entre los muertos…fue recibido allí en gloria.

Cuando Pablo estuvo predicando en Atenas a la más elevada prosapia griega… y habló del Señor como alguien que había sido muerto, sepultado y resucitado… se burlaron de él.

No solo había sido crucificado…sino que había permanecido tres días muerto en la tumba…y que hubiese resucitado… para ellos no existía un átomo de juicio en este predicador…y lo llamaron “palabrero”, predicador de nuevos dioses.

Porque la resurrección no es una cosa cualquiera, requiere la supereminente grandeza del poder de Dios.

Pero hay algo igual de asombroso todavía… que hubiese resucitado y estuviese con los suyos dando instrucciones durante cuarenta días para al final del día cuarenta…que en términos de años fueron los mismos que duraron vagando por el desierto de este mundo por su incredulidad… para al final del día cuarenta los suyos lo vieron subir, fue alzado hacia la atmósfera y una nube lo recibió y lo ocultó de los ojos de los suyos, que estaban pendientes de él desde el monte de los Olivos.

Y dos ángeles surgen con vestiduras blancas hablándoles palabras de confianza, palabras de esperanza de su retorno por ellos mismos…pues las palabras que asociaron fueron aquellas que él mismo les había dicho:

“Y si me fuere, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo”

Y el Señor se marchó…más allá de las estrellas…

Estamos hablando del enorme poder que necesita un cohete para trasladar una cápsula a la luna… 15 toneladas de combustible por segundo en el momento de la ignición…de sus motores…

Y estamos leyendo de la supereminente grandeza según la operación del poder de su fuerza, el poder de Dios, no solo para resucitar al Señor, sino también para trasladarlo a través del espacio, de la vía láctea, a través de las constelaciones a su paso, porque la misma Palabra lo atestigua:

“SUBIÓ POR ENCIMA DE TODOS LOS CIELOS”

Eph_4:10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.

Vemos a Jesús… atravesando TODA la creación allí afuera…siempre hacia arriba, hasta dónde no se sigue más nada…para finalmente sentarse en el mismo Trono de Dios, a la diestra de Su Padre.

En palabras mas directas… el poder de Dios es desconocido para las mentes más excelsas…sin Cristo.

Léase bien "SIN CRISTO".


Pero nosotros los que hemos creído en el Señor Jesucristo, estamos conscientes de este inmenso poder que nos va a levantar de la faz de la tierra al cielo…

Nuestra garantía es Cristo…Jesús está en el cielo como nuestro Precursor…y el personalmente desciende para encontrarse con nosotros en el aire (1Ts.4:17).

El desciende personalmente hasta la atmósfera, pero la promesa es conducirnos a la Casa del Padre y esa Casa está por encima de todos los cielos.

Este es el poder de Dios.

Estamos esperando su retorno… para servirle eternamente en perfección…

Para conocerle y ojalá tengamos la dicha de abrazarlo… o al menos de besar sus santos pies…de mirar sus hermosos ojos llenos de profundo amor hacia el fruto de la aflicción de su alma.

Oh amados hermanos… el que tiene esta bendita esperanza ama su venida… Ojalá fuera hoy!

¿Estamos esperando la venida del Señor?

O en qué está ocupado nuestro corazón porque decimos: “El Señor tarda en venir”.

1Jn_3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.


Qué el Señor prospere su Palabra.
 
Algunos ingenuos piensan que Cristo no tiene poder para rescatar a su Iglesia antes de la Gran Tribulación.

En este foro son una minoría.

Se pueden contar con los dedos de la mano.

El que se cubre de luz como de vestidura, El que extiende los cielos como una cortina, el mismo que hizo la tierra y creó sobre ella al hombre, según estos ingenuos, no tiene poder para sacar a la Iglesia de este escenario mundial, que será el lugar de los Juicios de Dios.

Que Dios tenga misericordia de ellos.