El pensamiento del cielo dulcifica las amarguras de esta vida. Ya nos lo
decía que los sufrimientos de esta vida no tienen comparación con la gloria
que ha de manifestarse en nosotros. (2Cor. 4,17) Y me llena de esperanza
también la frase que leía en San Juan de la Cruz: "Tan grande es el bien que
espero que todo me da consuelo". Me parece que teniendo fe, nadie debe creerse infeliz. Además, ¿qué importa serlo unos años, si nos espera el gozo absoluto y sin fin?
¡Qué equivocados andan cuantos consideran una total desgracia la enfermedad
incurable, la pobreza total o el sufrimiento...! Los santos lo veían
precisamente al revés; alababan a Dios cuando les sobrevenía lo que nosotros
llamamos desgracia. Estoy seguro de que en el cielo nos alegraremos de todo cuanto hemos padecido aquí con la mirada puesta en Dios, porque se ha convertido en alegría centuplicada. Josemaria Lorenzo
decía que los sufrimientos de esta vida no tienen comparación con la gloria
que ha de manifestarse en nosotros. (2Cor. 4,17) Y me llena de esperanza
también la frase que leía en San Juan de la Cruz: "Tan grande es el bien que
espero que todo me da consuelo". Me parece que teniendo fe, nadie debe creerse infeliz. Además, ¿qué importa serlo unos años, si nos espera el gozo absoluto y sin fin?
¡Qué equivocados andan cuantos consideran una total desgracia la enfermedad
incurable, la pobreza total o el sufrimiento...! Los santos lo veían
precisamente al revés; alababan a Dios cuando les sobrevenía lo que nosotros
llamamos desgracia. Estoy seguro de que en el cielo nos alegraremos de todo cuanto hemos padecido aquí con la mirada puesta en Dios, porque se ha convertido en alegría centuplicada. Josemaria Lorenzo