Sabemos que Lucifer fue la criatura más hermosa, perfecto según la naturaleza, es decir, no tuvo que hacer nada para obtener su hermosura y perfección porque aquello que por naturaleza hemos recibido nos es dado por Dios, tanto bienes naturales como espirituales son dados por Dios. Aquellos que por revelación divina conocen el pecado del Diablo nos lo explican, Dios mismo nos lo dice en la Sagrada Escritura, Lucifer se olvidó de que sólo era una criatura, se olvido de que si era hermoso y perfecto es porque Dios así lo quiso, aquellos a quienes ha sido revelado nos dicen que el Diablo se detuvo demasiado en contemplarse a sí mismo. Si miramos el pecado del Diablo y nos analizamos a nosotros mismos nos daremos cuenta que muchas veces caemos en esta misma situación, nos ufanamos de la belleza del cuerpo, de la inteligencia, de la fortaleza física, etc. como si nos hubiéramos configurado a nosotros mismos, nos olvidamos de que cualquier tipo de bien nos es dado por Dios, nos olvidamos de dar gracias a Dios por los bienes recibidos, nos olvidamos, al igual que el Diablo, de que sólo somos criaturas, pero a diferencia del Diablo nosotros vivimos un tiempo de gracia, esta vida es un tiempo de gracia, "Mientras hay vida hay esperanza" dice una frase, estamos vivos, podemos arrepentirnos, podemos convertirnos, podemos cambiar.
Repito, lo que por naturaleza hemos recibido no hemos tenido que hacer nada de nuestra parte para obtenerlo, si nacimos con algún tipo de talento, no hicimos nada para tenerlo, si nacimos dentro del algún estándar de belleza corporal tampoco hicimos nada para haber nacido así.. y aquí hay dos cosas, Dios nos dice que no nos apeguemos a tales cosas porque son temporales, la belleza del cuerpo se acaba, las capacidades físicas menguan, son cosas pasajeras así como la vida terrenal lo es, por otro lado los bienes espirituales son eternos, y a diferencia de los naturales los cuales tenemos sin haber hecho nada de nuestra parte, la gracia de Dios si que requiere de nuestra participación, requiere de un SÍ de nuestra parte a Dios.
La vida es tiempo de gracia. El destino del Diablo está escrito y no tiene marcha atrás, el nuestro no.
Repito, lo que por naturaleza hemos recibido no hemos tenido que hacer nada de nuestra parte para obtenerlo, si nacimos con algún tipo de talento, no hicimos nada para tenerlo, si nacimos dentro del algún estándar de belleza corporal tampoco hicimos nada para haber nacido así.. y aquí hay dos cosas, Dios nos dice que no nos apeguemos a tales cosas porque son temporales, la belleza del cuerpo se acaba, las capacidades físicas menguan, son cosas pasajeras así como la vida terrenal lo es, por otro lado los bienes espirituales son eternos, y a diferencia de los naturales los cuales tenemos sin haber hecho nada de nuestra parte, la gracia de Dios si que requiere de nuestra participación, requiere de un SÍ de nuestra parte a Dios.
La vida es tiempo de gracia. El destino del Diablo está escrito y no tiene marcha atrás, el nuestro no.
