Veamos algunos enfoques sobre el tema.
¿Qué dice la Palabra de Dios?
Lo que importa es lo que Dios quiere decir con el nuevo nacimiento y el efecto que tiene sobre todos nosotros.
Porque Dios quiere que todos nazcamos de nuevo para que le acompañemos en el cielo.
¿Pero qué importancia puede tener? Objetará alguno, pero al leer este texto:
Heb 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
Nos damos cuenta de que sí tiene importancia, porque posee consecuencias eternas.
Vamos a leer la conversación entre Jesús el fariseo Nicodemo.
Jua 3:2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Este versículo nos informa que Nicodemo había visto a Jesús, y lo había escuchado previamente, antes de este encuentro.
De hecho, en el capítulo 7 Nicodemo defiende a Jesús, de las críticas de sus compañeros:
Jua 7:50 Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos:
Jua 7:51 ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?
Volviendo al encuentro con el Señor:
Jua 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Jua 3:4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Jua 3:5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Jua 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Jua 3:7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Jua 3:8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Jua 3:9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
Jua 3:10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
Jua 3:11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.
Jua 3:12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
Jua 3:13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.
Cuando reconoce al Señor como venido de Dios, uno pensaría, que el Señor le manifestaría su agradecimiento, como, por ejemplo: "Muchas gracias, Nicodemo" pero la respuesta que recibió lo desconcierta por completo.
¿Cómo puede alguien nacer dos veces?
Pero la única forma de llegar al cielo es nacer de nuevo.
De manera que nacer de nuevo, es el acto de Dios, mediante el cual, él imparte vida eterna, a los que están muertos en sus delitos y pecados ... y andan por el mundo indiferentes, como si estuvieran vivos, pero espiritualmente están muertos.
Y al aceptar a Cristo, no es solamente como Salvador, sino también como Señor, porque a la mayoría le resulta fácil el primer título, pero no puede ser válido en la vida del creyente si Jesús también no es el Señor de su vida.
¿Y qué hago yo con toda mi reputación, y mis logros en el estudio de la ley?
Esto lo dejo fuera de base.
- "No debí haberle dicho que Dios estaba con él, pues ahora resulta que yo no puedo entrar al reino de Dios" -
A Nicodemo se le complicó este encuentro con Jesús.
Pero estaba entendiendo, que, para entrar al reino de los cielos, no sería por sus buenas obras, ni por su preparación intelectual, ni por pertenecer al Sanedrín... o por ser un líder espiritual de la nación de Israel.
A la verdad, a Nicodemo se le complicó el encuentro con Jesús.
En su aplicación para los creyentes de la Iglesia, no importa a qué iglesia o grupo pertenezca, no importa que sea pastor, o líder, o presidente de la república, la única forma en la cual iremos al cielo, es la misma forma en la cual iría Nicodemo.
Naciendo de nuevo.
Son dos ilustraciones que Nicodemo recibió para entender el asunto.
1. Jua 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto,
Nicodemo como maestro de la ley, recordó este escenario de la murmuración del pueblo de Dios y como juicio, recibió la invasión de serpientes ardientes, que diezmaron al pueblo, leemos:
Núm 21:7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
Núm 21:8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.
Núm 21:9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.
El caso es de vida o muerte, el mordido sabe que le quedan pocos minutos de vida y que pronto morirá a causa del veneno de la serpiente.
El bronce significa juicio, y la serpiente siempre ha sido símbolo del diablo.
Así sea agonizando, arrastrando su cuerpo, pronto a morir, pero el mordido buscó con desesperación infinita mirar hacia arriba, hacia el asta, el madero donde colgaba la serpiente de bronce.
2. ... Así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.
Es en la Cruz donde el pecado de toda la humanidad fue juzgado, Satanás vencido y la muerte derrotada, por la misma muerte del Autor de la vida (Os.13:14).
Conclusión:
El Espíritu Santo viene a morar en el creyente, luego del arrepentimiento al entender que somos convictos de pecado, y que el que debiese estar crucificado allí, éramos nosotros y no Jesús.
Hemos mirado a la Cruz, ya el veneno de la serpiente antigua, que es el pecado, no causa efecto en nosotros, Cristo lo llevó sobre sí mismo en el altar de la cruz, y ahora nos presenta puros y sin mancha delante de su Padre Dios.
Esto no quiere decir, en nuestra vida práctica, que somos perfectos, porque escrito está:
1 Juan 1:8 - Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Pero el que practica del pecado es del diablo, porque él peca desde el principio (1Jn.3:8).
Romanos 6:2 - En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
6 - sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 - Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
11 - Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
15 - ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
EL ABOGADO DEL CREYENTE
1Jn 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.