En 2010, un bolivariano pendejo tuvo la ocurrencia de maldecir a Israel...
"Desde el fondo de mi corazón, desde el fondo de mis entrañas le digo al Estado de Israel..."
El Altísimo puso Su dedo, y el comandante chávez murió de cáncer multisistema después de tres años. Ni el mejor oncólogo cubano logró salvarle la vida.
Ha pasado el tiempo, y pese a que una comitiva de religiosos y empresarios venezolanos se apostaron en Jerusalén a pedir perdón, solicitando que la maldición fuese quitada, actualmente Venezuela vive una situación de pobreza mórbida, con una hiperinflación incontrolable que ha llevado a la divisa local a un valor virtual de cero.
¡Horrenda cosa es caer en manos del Diuos vivo!