EL MISTERIO DE BABILONIA




***
»Cuando llegue ese día,
haré que los de Judá y de Jerusalén
vuelvan de las naciones
a donde los llevaron prisioneros.
Reuniré a todas las naciones
en el valle de Josafat,
y las declararé culpables
por todo lo que le hicieron
a mi querido pueblo Israel:
lo dispersaron por todas partes,
y echando suertes entre ellos
se repartieron su territorio;
vendieron como esclavos
a los niños y a las niñas,
¡y con ese dinero compraron
vino para emborracharse,
y les pagaron a las prostitutas!
»Ciudades de Tiro y de Sidón,
no les conviene ponerse en mi contra.
Y a ustedes, provincias de Filistea,
no les conviene desquitarse conmigo,
porque yo les daré su merecido
más pronto de lo que piensan.
[...]
¡Vengan, naciones vecinas!
Reúnanse pronto en el valle de Josafat.
¡Allí Dios las juzgará
y las declarará culpables!
Dios las cortará como al trigo
cuando está listo para la cosecha;
las aplastará como a las uvas
cuando están listas para hacer vino.
¡Ya es demasiada su maldad!
»Mucha gente se ha reunido
en el Valle de la Decisión,
porque allí llegará nuestro Dios.
¡Cercano está el día de su llegada!
Cuando Dios llegue,
se oscurecerán el sol y la luna,
y perderán su brillo las estrellas;
temblarán el cielo y la tierra,
y nuestro Dios se enojará
y hablará desde Jerusalén.
Pero protegerá a los israelitas
y será un refugio para ellos».
Dios le dijo a su pueblo:
«Cuando llegue ese día,
ustedes reconocerán que yo soy su Dios.
Me quedaré a vivir en mi templo,
y Jerusalén será mi ciudad preferida.
¡Nunca más un ejército extranjero
volverá a poner un pie en ella!

‭Joel 3:1-4, 11-17 TLAI‬