—— EL MAL SIEMPRE ANDA CERCA ——
Así que,queriendo yo hacer el bien,hallo esta ley: que el mal está en mí.(Romanos 7:21).
“Es el mal el que se me presenta",dice la Biblia de Jerusalén."Me acompaña el mal",explica la Nueva Versión Internacional."Se me impone el mal",traduce la Casa de la Biblia."Solamente encuentro el mal a mi alcance",acota la versión Dios habla hoy.
Dígase como se dijere,es cierto.El mal está en todas partes.De hecho, jugar con él y exhibirlo es uno de los principales logros de la industria cinematográfica y televisiva del momento.Si el producto no está cargado de sexo y violencia,por lo general,no vende.
Créase o no,los programas infantiles son hasta peores.Dado el breve lapso de atención de los niños,les entregan varias escenas violentas por minuto.De no hacerlo,los chicos se aburrirían,se alejarían del televisor,y se perderían el anuncio comercial; lo cual haría que no rogaran ni insistieran para que sus padres les compraran lo último en cereales,espolvoreados con azúcar.¡Qué tragedia!
Sí.El mal está a nuestro alcance,se nos presenta,se nos impone; pero también está en nosotros,en nuestros cerebros.Nos guste o no,por culpa nuestra o no,tenemos la mente llena de imágenes del mal,que nuestra "carne" —nuestra naturaleza pecaminosa— encuentra tentadoras, aun cuando como cristianos reconocemos la diferencia entre el pecado y la rectitud, y hasta deseamos hacer el bien.
El creyente debe comprender que el bautismo y la absorción de nuevos amores y deseos no conllevan un trasplante milagroso de cerebro.No. El mismo "trozo de carne" sigue en su lugar,con toda una librería de imágenes tentadoras en su banco de memoria.Ciertamente,el mal está al alcance; está...en nosotros.
El cristiano,pues,puede tener todo un arsenal de imágenes tentadoras en la mente,pero,dada su experiencia transformadora con Jesús, también sabe que no debe alentar esas imágenes,a causa de sus consecuencias destructivas.
Así,debido a su conversión,el cristiano desea y procura hacer lo correcto.Y el conflicto sigue.El mal está al acecho;y hace que uno sienta su punzada en la carne,sin siquiera pensarlo.
Bien podemos,sin embargo,agradecer a Dios,porque él también está a nuestro alcance.Podemos recurrir a él por ayuda y fortaleza,y aun por perdón y limpieza,toda vez que lo necesitemos.La vida cristiana es de crecimiento y desarrollo;motivo por el cual,cada día adquirimos un mayor sentido de la santidad de la ley divina,así como de nuestra propia debilidad,y consecuente necesidad de Cristo y su justicia.
Dr. George K. Night.