El legado Gottielb.

28 Febrero 1999
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Querido TONI: Si existiese en los Foros algo
así como un Premio Nobel, creo que este
mensaje de Gottielb lo merecería.
Pero sabemos que con su promoción celestial,
el ha recibido del Señor más de lo que
podamos imaginar.
A través de este mensaje, la vida de nuestro
hermano, su mente sabia, su palabra cálida y
su amoroso corazón, continúan con nosotros.
Dios te bendiga por refrescarnos con ello.
Ricardo.
 
El legado Gottielb.

Para todos los foristas.

Hace tiempo un hermano llamado Gottielb dijo:

Amados en el Señor:
Es la primera vez que participo en este foro, aunque lo sigo de manera intermitente desde hace tiempo. Me conecto a internet a través del ordenador de mi nieto, él es quien me enseñó, y para mi fue una alegría encontrarme con este foro cristiano de discusión abierta a toda persona que quiera participar. Leyendo muchos de vuestros mensajes he recibido bendición.
Por motivos personales, que no comentaré, no he participado nunca, pero hoy me veo moralmente obligado a hacerlo porque he observado una serie de peticiones solicitando que se acote este foro de libre expresión delimitando un espacio sólo para creyentes evangélicos. Si mi opinión vale de algo quisiera humildemente aportarla de la manera más clara posible.
Mi voto es porque el foro siga abierto a todo tipo de opiniones, pero es imprescindible que sea en base al mutuo respeto y tolerancia, tal como nos enseña nuestro Señor con su ejemplo, quien dialogaba con todos enseñando su doctrina con mansedumbre y sabiduría. Y en eso tienen cabida todos, sean o no cristianos. ¿Qué mayor ejemplo de convivencia que compartir con todos edificando y siendo edificado por todos? ¿Qué mejor manera de confrontar nuestra fe y que esta sea depurada y refinada sino con la prueba de la argumentación respetuosa y aguda? Pero este es el quid: ‘respeto mutuo’.
He observado, sin embargo, que hay quien, llamándose cristianos (en un no cristiano sería más comprensible) no respeta a aquel que opina diferente. Hay quien no tiene interés en escuchar sino para extraer argumentos con los que poder atacar al contrario a fin de que su opinión salga victoriosa. Esto es la carne actuando sin trabas. Hermanos, no se trata de vencer, sino de convencer, e incluso de convencerse. Esto último es lo más difícil, pues exige un grado de humildad para reconocer los propios errores o cuando menos la posibilidad de que quizás el contrario tenga razón. No estoy abogando por una carencia de criterio propio o por una falta de firmeza en las propias convicciones. Esto es muy deseable. Lo que denuncio es el orgullo camuflado de firmeza, la soberbia disfrazada de convicción genuina. Y esta actitud a veces se manifiesta groseramente en forma de procaz insulto o agravio verbal hacia el contrario, o bien en sentirse agraviado o insultado por la palabra del otro escrita sin ese ánimo.
Otra forma de soberbia (o quizás de ignorancia) que he detectado en algunos escritos del foro es creer que Dios sólo salvará a aquellos que sustentan una determinada teología o pertenecen a una determinada corriente eclesial. Dios está por encima de todo esto. Lo trasciende. Sólo Él conoce quienes son sus hijos verdaderos, comprados por su sangre en un acto de libre soberanía. Es la gracia obrando de acuerdo a los criterios divinos, siempre mucho más amplios que los nuestros, que no entiende de denominacionalismos ni filiaciones religiosas. Es la gracia posibilitadora de nuestra salvación inmerecida. Es la gracia que nos guía a obrar de acuerdo a la nueva criatura que ya somos en Cristo y nos sustenta en nuestra perseverancia. Si no se entiende el significado de la gracia de Dios, se pierde una gran parte del consuelo que Él quiere para el creyente. Nosotros no debemos decidir o pronosticar quién se pierde y quién se salva. Esto sólo es potestad divina y al pretender, en nuestra ignorancia, usurparle ese derecho le ofendemos.
Hermanos, por el amor de nuestro Dios, os ruego que no caigáis en los lazos del engañador quien, usando de la carnalidad inherente a todo humano, está introduciendo en algunos de vosotros el mismo espíritu excluyente e intolerante que alentó la creación de la Inquisición o las guerras de religión.
Os propongo otra manera, más excelente, de hacer las cosas: devolved bien por mal, bendecid a quien os agravia, o ¿no sabéis que haciendo esto ascuas de fuego ponéis sobre su cabeza? (que es una forma de decir que terminará por sentirse avergonzando por su conducta provocadora y ofensiva). Después de todo ¿no es esto lo que enseñó el Señor? Ponedlo, pues, en práctica junto con vuestra paciencia y mansedumbre. No es tanto la doctrina que se sustente. En este caso es más importante practicar la ética que el Señor nos enseñó en el sermón del monte. ‘Aprended de mi que soy manso y humilde’, dijo Él. Hagámosle caso y pongamos la otra mejilla. Duele, pero así lo enseñó. Y no os excluyáis en ghetos sino sembraos como sal que preserva la corrupción y exponeos como luz que alumbra las tinieblas. Todo ello supone un riesgo, pero no hay otra forma de hacerlo si se quiere ser fiel a Sus enseñanzas. Haciendo así recibiréis muchos golpes, pero también, no lo olvidéis, su aprobación.
Que el Señor de los cielos os bendiga a todos.
P.D. Vuestras respuestas, si las hay, las leeré cuando vuelva a casa de mi nieto algún domingo o me las lleve él impresas. No os extrañéis si tardo en responder. Soy mayor y vivo en una residencia de ancianos.

Este hermano hace algún tiempo, partió con el Señor.
Pero nos dejó un legado de parte del Maestro.

Y creo que fueron unas bellas palabras, junto a unos buenos consejos.

¡¡¡Gracias Gottielb!!!

¡¡¡Nos vemos en el cielo!!!

¡¡¡GRACIAS SEÑOR, A TI TODA LA GLORIA!!!