“Dios no condena a nadie el es bueno”, dicen algunos, y en cierta forma tienen razón. Quien condena a una persona es su pecado. El juicio de Dios del gran trono blanco, nada tiene que ver con la bondad de Dios sino con su justicia. Dios es bueno ciertamente, pero también es justo. La justicia de Dios demanda el castigo por la infracción a su ley o sea, castigo por el pecado. Satanás quiere que pienses que el juicio venidero es una venganza de Dios contra tí. Pero la realidad es que se trata de su perfecta justicia.
La ley, ni aún en lo terrenal, toma en consideración aspectos como los sentimientos o buenas intenciones, las equivocaciones, o los errores involuntarios. La ley, simplemente considera la violación que se ha cometido para administrar justicia, no es venganza, es justicia.
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Imagínese delante de un juez porque robó algo de su empleador. Usted no sólo siente vergüenza por que robó más aún, se siente realmente arrepentido con toda la honestidad de su corazón. Así que, le dice al juez: “señor juez, yo me siento tan avergonzado y tan arrepentido, le prometo que jamás en la vida robaré algo. Perdóneme” ¿Cree usted que el juez le dejará ir en libertad sin que la ley sea satisfecha? Absolutamente no. No importa cuan sincero y cuan genuino sea su arrepentimiento, la justicia tiene que ser servida. ¡Alguien tiene que pagar, ya sea una multa, cárcel o ambas o a lo menos, un periodo probatorio bajo ciertas condiciones, con el agravante de unos antecedentes criminales.
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Si en la tierra, los jueces imperfectos siendo ellos mismos pecadores, administran la ley con tal seriedad, ¿Piensa usted que el Dios justo y santo, hará menos que eso? ¡A la hora que estés frente al Juez del universo no habrá lugar para el arrepentimiento sino, para que la justicia de Dios sea satisfecha!
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Es por eso que Dios de antemano te envió el único remedio para el pecado, la forma en que puedas ser perdonado, justificado y que no tengas que enfrentar el juicio del gran trono blanco. ¿Piensas que tendrás escapatoria si ignoras eso?
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>La bíblia dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en nombre del Unigénito Hijo de Dios.” (Jn, 3:16-18)<o
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¿Por qué Jesús tuvo que morir en la cruz para que tú pudieras ser salvo? Te enumeraré algunas razones, y las explicaré brevemente, para que entiendas.
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1. Porque estás en condenación: Esto es, el pecado te hace reo de eterno juicio ante Dios. Pecado es, trasgresión de la ley de Dios. La ley de Dios es violada constantemente por el pecado que mora en ti, y la justicia de Dios demanda que el castigo sea administrado. La bíblia dice: “Porque la paga del pecado, es muerte…” (Ro, 6:23) Esto es, que el salario que recibes del pecado es la separación eterna de Dios, sin la posibilidad de remediar la situación si rechazas el único medio provisto por Dios, Jesucristo.<o
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2. Por que eres incapaz de satisfacer la pena impuesta: Es decir, una muerte satisfactoria por la culpa. Tu pecado demanda la muerte. Pero, aunque puedas morir como condena por el pecado, sin embargo, ello no te provee el perdón, es decir, irías al infierno de todas maneras, porque no tienes mérito alguno que te haga acreedor a Dios. La bíblia dice que: “Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios.” (Ro, 3:23) Es decir que, a faltas de méritos, tu muerte sólo es un castigo sin mérito redentor alguno. (Is, 59:1-2) <o
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3. Porque Dios no quiere que te pierdas: La intención de Dios al crearnos, fue manifestar y vaciar su eterno amor sobre nosotros ofreciéndonos su comunión, sus bondades y sus recursos eternos. La bíblia dice: “Porque yo se los planes que tengo para con vosotros-declara el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” (Jer, 29:11 BLA)<o
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Con todo y que has pecado contra Dios, el te ama y quiere cumplir sus propósitos contigo. Nunca Dios ha intencionado juicio para ti sino, todo lo bueno y perfecto que el tiene para ofrecerte. “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de Dios.” (Stg, 1:17,18) <o
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4. Porque no existe otra forma de satisfacer la justicia de Dios: La contaminación del pecado en ti, te impide satisfacer por ti mismo la demanda de la justicia divina. Esta tiene que ser satisfecha por una víctima, “sin mancha ni contaminación”, para que la paga pueda ser aceptada y tú puedas ser redimido. Así como no puedes pagar una multa con dinero producto del narcotráfico, no sólo por ser ilegal, sino que además es sucio, corrupto e inadmisible, así también, es inadmisible ante Dios “tus justicias” que son nulas a sus ojos. Por eso es que tus “buenas obras” no te pueden salvar. La bíblia dice: <o
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“Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas, todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, (a la hoja seca) nos arrastran.” (Is, 64:6 BLA)<o
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“Sabiendo que fuisteis recatados…no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros…” (1 Pe, 1:18-20)<o
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Básicamente, esos cuatro puntos, son la explicación de que eres reo de eterno juicio ante Dios y que no puedes satisfacer su justicia por lo que, Cristo vino y se ofreció en tu lugar. Dios aceptó el sacrificio de cristo por ti y por la fe que es en su nombre, tú puedes alcanzar la salvación por gracia y la reconciliación con Dios. La bíblia dice: “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia…” (Ro, 5:1-2) “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef, 2:8,9)<o
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No existe nada que puedas hacer, ni méritos que puedas tener en ti mismo, para merecer la salvación. Por eso Dios en su amor la proveyó para tí gratuitamente, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, ¡Lo tomas o lo dejas!<o
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De modo que, tú no tienes que comparecer ante el juicio del gran trono blanco sin no lo deseas. En Cristo puedes ser justificado ante Dios esto es, ser declarado justo en virtud a la justicia de Cristo imputada a tu persona cuando crees en él y le recibes como Señor y salvador de tu vida, siendo lavado por la sangre de su cruz.
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Si lees otra vez, (Jn, 3:16-18) (segunda columna primer párrafo) te darás cuenta que, Jesucristo no vino a condenarte sino a salvarte, ya estas bajo la condenación del pecado. Pero, cuando crees en él arrepintiéndote de corazón por haber vivido de espaldas a Dios, no sólo serás perdonado sino que también salvo, por Cristo. ¿Qué piensas que merecerá el que desprecie tal amor? ¿Dónde encontrar la salvación fuera de él? Allí dice: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado...” (Vs, 18)<o
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Algo muy importante: 1ro. Ese creer no es un convencimiento intelectual, que viene del conocimiento histórico de que Jesús vino al mundo y murió en una cruz. Ese creer sólo te hace convicto, porque sabiendo eso, no le obedeces. Pero, se trata del creer de una fe que nace en ti, cuando oyes y en tu corazón recibes su palabra, la que te estoy predicando a través de este volante. (Ro, 10:8-10, 17) <o
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2. Si desprecias a Jesús y su amor, no habrá más remedio para ti, Jesús es el único medio por el cual puedes ser salvo y justificado ante Dios. De no aceptarlo como salvador ahora, tendrás que enfrentarlo como tu juez en el día del juicio. Por eso, la segunda mitad de Juan, 3:18, dice: “…pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” <o
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Si mueres en pecado, no sólo tendrás contra ti el castigo por el pecado, también tendrás la culpa de haber rechazado el único medio de salvación ofrecido a tí por el amor infinito de Dios. Entonces serás “juzgado por tus obras”, según las cosas escritas de ti en el registro divino. La bíblia dice: “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (He, 9:27) “El juicio” es decir, (el juicio del trono blanco).<o
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¿Crees que si hubieras podido salvarte por tus obras, Cristo hubiese tenido que venir a morir por ti en la cruz? No existen buenas obras (ni religión) fuera de Jesucristo, que te puedan hacer salvo ante Dios. La bíblia dice:
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“Este Jesús es la piedra reprobada (rechazada) por vosotros los edificadores (los religiosos de su tiempo), la cual ha venido a ser cabeza (piedra principal) del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hch, 4:11,12)<o
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Si las buenas obras y las buenas intenciones, pudieran salvarnos entonces, en vano murió Cristo. Ahora bien, una vez salvos, estamos llamados a practicar las buenas obras que Dios preparó de antemano para que andemos en ellas. (Efe, 2:10, 20-22; Gá, 5:16-26) <o
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Es después que somos limpios en la sangre de Jesucristo, y salvos por la gracia de Dios que nuestras buenas obras tienen valor ante Dios, no para salvación sino, como evidencia de la salvación en nuestras vidas, las cuales el recompensará, como también recompensará las obras malas de los impíos, dando el justo pago a cada uno. (Ro, 2:1-16; Ap, 22:12)<o
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Hoy, Cristo puede ser tu salvador, después que mueras en pecado, irreversiblemente será tu juez y tendrás que sufrir la muerte eterna, es decir, separación eterna de Dios, en tormento. (Lee en la portada de este volante, Ap, 20:11, 12, 15 y si tiene una bíblia, lee todo el capítulo 20)<o
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¿Quieres ser salvo-a ahora? Una simple oración puede ser el inicio de tu experiencia con Dios. Puedes, si lo deseas, usar el modelo de oración a continuación:
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“Dios y Padre, en el nombre de Jesucristo me arrepiento de mi pecado, te pido que me perdones y me laves en la sangre de Cristo. Escribe mi nombre en el libro de la vida, creo de corazón en Jesucristo confesándolo con mi boca, y creyendo que Dios le levantó de entre los muertos. Señor, lléname de tu Espíritu y ayúdame a perseverar en tu camino desde hoy y para siempre.” Amén.<o
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La ley, ni aún en lo terrenal, toma en consideración aspectos como los sentimientos o buenas intenciones, las equivocaciones, o los errores involuntarios. La ley, simplemente considera la violación que se ha cometido para administrar justicia, no es venganza, es justicia.
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Imagínese delante de un juez porque robó algo de su empleador. Usted no sólo siente vergüenza por que robó más aún, se siente realmente arrepentido con toda la honestidad de su corazón. Así que, le dice al juez: “señor juez, yo me siento tan avergonzado y tan arrepentido, le prometo que jamás en la vida robaré algo. Perdóneme” ¿Cree usted que el juez le dejará ir en libertad sin que la ley sea satisfecha? Absolutamente no. No importa cuan sincero y cuan genuino sea su arrepentimiento, la justicia tiene que ser servida. ¡Alguien tiene que pagar, ya sea una multa, cárcel o ambas o a lo menos, un periodo probatorio bajo ciertas condiciones, con el agravante de unos antecedentes criminales.
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Si en la tierra, los jueces imperfectos siendo ellos mismos pecadores, administran la ley con tal seriedad, ¿Piensa usted que el Dios justo y santo, hará menos que eso? ¡A la hora que estés frente al Juez del universo no habrá lugar para el arrepentimiento sino, para que la justicia de Dios sea satisfecha!
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Es por eso que Dios de antemano te envió el único remedio para el pecado, la forma en que puedas ser perdonado, justificado y que no tengas que enfrentar el juicio del gran trono blanco. ¿Piensas que tendrás escapatoria si ignoras eso?
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¿Por qué Jesús tuvo que morir en la cruz para que tú pudieras ser salvo? Te enumeraré algunas razones, y las explicaré brevemente, para que entiendas.
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1. Porque estás en condenación: Esto es, el pecado te hace reo de eterno juicio ante Dios. Pecado es, trasgresión de la ley de Dios. La ley de Dios es violada constantemente por el pecado que mora en ti, y la justicia de Dios demanda que el castigo sea administrado. La bíblia dice: “Porque la paga del pecado, es muerte…” (Ro, 6:23) Esto es, que el salario que recibes del pecado es la separación eterna de Dios, sin la posibilidad de remediar la situación si rechazas el único medio provisto por Dios, Jesucristo.<o


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2. Por que eres incapaz de satisfacer la pena impuesta: Es decir, una muerte satisfactoria por la culpa. Tu pecado demanda la muerte. Pero, aunque puedas morir como condena por el pecado, sin embargo, ello no te provee el perdón, es decir, irías al infierno de todas maneras, porque no tienes mérito alguno que te haga acreedor a Dios. La bíblia dice que: “Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios.” (Ro, 3:23) Es decir que, a faltas de méritos, tu muerte sólo es un castigo sin mérito redentor alguno. (Is, 59:1-2) <o


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3. Porque Dios no quiere que te pierdas: La intención de Dios al crearnos, fue manifestar y vaciar su eterno amor sobre nosotros ofreciéndonos su comunión, sus bondades y sus recursos eternos. La bíblia dice: “Porque yo se los planes que tengo para con vosotros-declara el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.” (Jer, 29:11 BLA)<o


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Con todo y que has pecado contra Dios, el te ama y quiere cumplir sus propósitos contigo. Nunca Dios ha intencionado juicio para ti sino, todo lo bueno y perfecto que el tiene para ofrecerte. “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de Dios.” (Stg, 1:17,18) <o


4. Porque no existe otra forma de satisfacer la justicia de Dios: La contaminación del pecado en ti, te impide satisfacer por ti mismo la demanda de la justicia divina. Esta tiene que ser satisfecha por una víctima, “sin mancha ni contaminación”, para que la paga pueda ser aceptada y tú puedas ser redimido. Así como no puedes pagar una multa con dinero producto del narcotráfico, no sólo por ser ilegal, sino que además es sucio, corrupto e inadmisible, así también, es inadmisible ante Dios “tus justicias” que son nulas a sus ojos. Por eso es que tus “buenas obras” no te pueden salvar. La bíblia dice: <o


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“Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas, todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, (a la hoja seca) nos arrastran.” (Is, 64:6 BLA)<o


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“Sabiendo que fuisteis recatados…no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros…” (1 Pe, 1:18-20)<o


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Básicamente, esos cuatro puntos, son la explicación de que eres reo de eterno juicio ante Dios y que no puedes satisfacer su justicia por lo que, Cristo vino y se ofreció en tu lugar. Dios aceptó el sacrificio de cristo por ti y por la fe que es en su nombre, tú puedes alcanzar la salvación por gracia y la reconciliación con Dios. La bíblia dice: “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia…” (Ro, 5:1-2) “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef, 2:8,9)<o


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No existe nada que puedas hacer, ni méritos que puedas tener en ti mismo, para merecer la salvación. Por eso Dios en su amor la proveyó para tí gratuitamente, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, ¡Lo tomas o lo dejas!<o


De modo que, tú no tienes que comparecer ante el juicio del gran trono blanco sin no lo deseas. En Cristo puedes ser justificado ante Dios esto es, ser declarado justo en virtud a la justicia de Cristo imputada a tu persona cuando crees en él y le recibes como Señor y salvador de tu vida, siendo lavado por la sangre de su cruz.
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Si lees otra vez, (Jn, 3:16-18) (segunda columna primer párrafo) te darás cuenta que, Jesucristo no vino a condenarte sino a salvarte, ya estas bajo la condenación del pecado. Pero, cuando crees en él arrepintiéndote de corazón por haber vivido de espaldas a Dios, no sólo serás perdonado sino que también salvo, por Cristo. ¿Qué piensas que merecerá el que desprecie tal amor? ¿Dónde encontrar la salvación fuera de él? Allí dice: “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado...” (Vs, 18)<o


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Algo muy importante: 1ro. Ese creer no es un convencimiento intelectual, que viene del conocimiento histórico de que Jesús vino al mundo y murió en una cruz. Ese creer sólo te hace convicto, porque sabiendo eso, no le obedeces. Pero, se trata del creer de una fe que nace en ti, cuando oyes y en tu corazón recibes su palabra, la que te estoy predicando a través de este volante. (Ro, 10:8-10, 17) <o


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2. Si desprecias a Jesús y su amor, no habrá más remedio para ti, Jesús es el único medio por el cual puedes ser salvo y justificado ante Dios. De no aceptarlo como salvador ahora, tendrás que enfrentarlo como tu juez en el día del juicio. Por eso, la segunda mitad de Juan, 3:18, dice: “…pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” <o


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Si mueres en pecado, no sólo tendrás contra ti el castigo por el pecado, también tendrás la culpa de haber rechazado el único medio de salvación ofrecido a tí por el amor infinito de Dios. Entonces serás “juzgado por tus obras”, según las cosas escritas de ti en el registro divino. La bíblia dice: “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (He, 9:27) “El juicio” es decir, (el juicio del trono blanco).<o


¿Crees que si hubieras podido salvarte por tus obras, Cristo hubiese tenido que venir a morir por ti en la cruz? No existen buenas obras (ni religión) fuera de Jesucristo, que te puedan hacer salvo ante Dios. La bíblia dice:
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“Este Jesús es la piedra reprobada (rechazada) por vosotros los edificadores (los religiosos de su tiempo), la cual ha venido a ser cabeza (piedra principal) del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hch, 4:11,12)<o


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Si las buenas obras y las buenas intenciones, pudieran salvarnos entonces, en vano murió Cristo. Ahora bien, una vez salvos, estamos llamados a practicar las buenas obras que Dios preparó de antemano para que andemos en ellas. (Efe, 2:10, 20-22; Gá, 5:16-26) <o


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Es después que somos limpios en la sangre de Jesucristo, y salvos por la gracia de Dios que nuestras buenas obras tienen valor ante Dios, no para salvación sino, como evidencia de la salvación en nuestras vidas, las cuales el recompensará, como también recompensará las obras malas de los impíos, dando el justo pago a cada uno. (Ro, 2:1-16; Ap, 22:12)<o


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Hoy, Cristo puede ser tu salvador, después que mueras en pecado, irreversiblemente será tu juez y tendrás que sufrir la muerte eterna, es decir, separación eterna de Dios, en tormento. (Lee en la portada de este volante, Ap, 20:11, 12, 15 y si tiene una bíblia, lee todo el capítulo 20)<o


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¿Quieres ser salvo-a ahora? Una simple oración puede ser el inicio de tu experiencia con Dios. Puedes, si lo deseas, usar el modelo de oración a continuación:
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“Dios y Padre, en el nombre de Jesucristo me arrepiento de mi pecado, te pido que me perdones y me laves en la sangre de Cristo. Escribe mi nombre en el libro de la vida, creo de corazón en Jesucristo confesándolo con mi boca, y creyendo que Dios le levantó de entre los muertos. Señor, lléname de tu Espíritu y ayúdame a perseverar en tu camino desde hoy y para siempre.” Amén.<o




