Estimada Eryka
Paralelamente al respeto y reconocimiento de la autoridad (¡no superioridad!) que Dios ha dado al varón sobre la mujer;… ésta, puede desempeñarse en la obra de Dios igual o incluso en ocasiones mejor que el varón. Dios usa tanto al varón como a la mujer;… como dice la Escritura: “No hay varón ni hembra”;… pero esto no debe dar lugar a que la mujer incurra en errores como no saber tomar su lugar que realmente le corresponde, públicamente, privadamente y ministerialmente.
La hermana mujer tiene facultad de desempeñarse maravillosamente en la obra de Dios, pero no tiene facultad de hacer todo lo que el varón puede hacer. “No permito a la mujer enseñar ni tomar autoridad sobre el varón”. Esto nos sugiere claramente que a pesar de la libertad que hoy (mucho más que antes) Dios da a la mujer;… ésta no está destinada a ocupar un ministerio pastoral dentro de la iglesia. Una mujer no puede dirigir una iglesia; aunque sí puede trabajar enseñando o instruyendo en la Palabra a las mujeres más jóvenes, a la juventud, niños, predicar, orar etc. etc. y ser portadora de doctrina y revelación, dones espirituales tanto como el varón.
Todas las facultades o capacidades con que Dios hermosee a la hermana mujer; … es ella precisamente, quien tiene la responsabilidad de discernir tan claro como pueda, las libertades y limitaciones que tiene dentro de su desempeño en la obra de Dios. Su ministerio deberá acomodarse sabiamente a cual sea el contexto en que se debe ejercer, especialmente en relación al varón, y al lugar a desempeñarse (iglesia, congregación, públicamente etc. etc.)
Su Palabra registra una experiencia que debe llamar nuestra atención; para enseñarnos que en ocasiones la mujer tendrá toda la libertad, y en otras, estará limitada.
Hechos 21:9 al 11,… nos relata de Felipe el evangelista, quien tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban; lo que evidentemente nos sugiere que la mujer puede recibir dones y desempeñarse con ellos en la iglesia; sin embargo, …¡ojo!… dependiendo de la ocasión…
Aquellas cuatro jovencitas profetizaban; pero sin embargo, para hablar o profetizar a Pablo, fue necesario que descendiese de Judea un profeta varón llamado Agabo, para profetizarle lo que el Espíritu le daba.
La pregunta sería: ¿porqué tuvo que venir desde lejos un profeta, para profetizar a Pablo; cuando allí, había cuatro mujeres que también profetizaban?
Como decía, la mujer de Dios, deberá tener la sabiduría suficiente, para saber como desempeñar los ministerios que Dios le de en su obra; especialmente para saber cuando si, y cuando no, cuando debe hablar, y cuando debe callar.
Porque no cabe duda, que es maravillosamente bueno, servir a Dios, con una hermana-s mujer, trabajar juntos, hombro a hombro, codo a codo;… con respeto, … respeto mutuo entre varón y mujer, … cada uno, ocupando el lugar que le corresponde dado por Dios;… con toda libertad;.... hablando cuando debe hablar y callando cuando debe callar.
Dios te bendiga