El gobierno de Sudán impulsa una guerra santa contra los infieles cristianos

18 Noviembre 1998
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«El gobierno de Sudán impulsa una guerra santa contra los infieles cristianos»



El obispo sudanés Max Gassis denuncia a LA RAZÓN los 200.000 esclavos católicos que hay en el sur de su país, así como forzosas conversiones al Islam y violaciones de mujeres

En Sudán existe un drama olvidado para el mundo de la CNN y de la opinión pública de Occidente. Desde hace años se ha instaurado un régimen islámico que impone la llamada «guerra santa» contra los cristianos que habitan en el sur del país, además de practicar la esclavitud. Según la organización «Chistian Solidarity International» existen más de 200.000 esclavos en esta nación. «También existe un proyecto de limpieza étnica como en la ex Yugoslavia ¬denuncia el obispo Gassis¬, que favorece la expansión de las tribus árabes». Un drama olvidado para el Primer Mundo.

Antonio Gaspari - Roma.-
Es una tragedia olvidada por el Primer Mundo. No aparece en televisión ni en los medios. «Oficiales adiestrados por el gobierno dirigen milicias que asesinan a los hombres y reducen a la esclavitud a mujeres y niños. Violan a las mujeres, y a los niños les cambian de nombre y religión. Es humillante admitir públicamente que en el propio país se practica la esclavitud, pero es la triste realidad del Sudán». Palabras pesadas como pedruscos, pronunciadas por monseñor Macram Max Gassis en Roma, durante su intervención en un concurridísimo congreso internacional sobre «Esclavitud en el siglo XXI. Los Derechos Humanos y la dimensión del tráfico de personas».
Monseñor Macram Max Gassis es obispo de El Obeid, en el Sudán central. Siendo secretario general de la Conferencia Episcopal Sudanesa y presidente de Cáritas en ese país dio su testimonio ante el Congreso estadounidense acerca de las atrocidades cometidas por el gobierno sudanés, y desde entonces tiene prohibida la entrada en su país. Max Gassis explica a LA RAZÓN esa tragedia: «El actual gobierno de Sudán es una dictadura islámica fundamentalista que está combatiendo una guerra santa contra los ciudadanos del Sur, a los que el gobierno llama infieles . Dentro de este contexto se practica la esclavitud. Según Christian Solidarity International (CSI), una asociación suiza que se ocupa de liberar esclavos, son al menos 200.000 las mujeres y niños del sur que han sido sometidos a esclavitud. Se utiliza a los niños como servidores o trabajadores, y a las mujeres se las explota sexualmente».
El obispo Max Gassis considera que «la población del Sur del Sudán no es ni árabe ni musulmana: es de tez negra, muchos son cristianos y otros practican las religiones tradicionales. El gobierno de Sudán ha reclutado y armado oficiales que dirigen milicias contra las poblaciones sureñas. Estas milicias están alentadas por el derecho de poder hacerse con todas las tierras que logren conquistar a los cristianos del sur».
«Los milicianos del gobierno pueden reducir a la esclavitud a todas las poblaciones vencidas ¬señala el obispo sudanés¬. Se trata de un proyecto de limpieza étnica para favorecer la expansión de las tribus árabes. Yo personalmente he pagado el viaje a 200 niños que habían sido esclavizados y que ahora han vuelto con sus parientes. Se rapta a los niños por la fuerza y se les conduce a regiones remotas. Se les borra su particularidad étnica junto con su lengua, sus tradiciones y su credo religioso. Se viola a las chicas para lograr el cambio de la raza, como sucedió en la ex Yugoslavia».

«En Sudán no hay libertad religiosa ¬dice con tristeza el obispo sudanés Max Gassis¬. No existe. Todo está condicionado: no se consiguen permisos. Los misioneros encuentran enormes dificultades para renovar el permiso de residencia, y no pueden ir de una diócesis a otra. Las mezquitas crecen como hongos, mientras que desde hace más de veinte años no se nos ha concedido permiso a los cristianos para construir ni siquiera una iglesia. Hay libertad religiosa sólo en las zonas controladas por los opositores al régimen. Y para colmo, Sudán es miembro de la Comisión para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. No sé cómo esto ha sido posible. Han introducido en la Comisión para los Derechos Humanos a un régimen que no tiene ningún respeto por la dignidad del hombre, y por la de los cristianos en particular».

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«Occidente traiciona a Sudán por unos barriles de petróleo», denuncia la Iglesia

Redacción - Madrid.-
«Así como Cristo fue traicionado por treinta monedas de plata, así traiciona y vende Occidente hoy al pueblo africano de Sudán por unos cuantos barriles de petróleo». Así de tajante se ha mostrado el obispo sudanés Max Gassis al calificar la reacción de occidente ante el drama de su país. El prelado afirmó que, en general, fuera de Sudán aún no se sabe que la población cristiana padece una cruel persecución no sólo en el sur, sino en toda la nación. «En mi país, la esclavitud y la trata de esclavos están a la orden del día. El objetivo del régimen de Jartum y sus aliados es anular así la identidad de la población africana y arabizar e islamizar poco a poco todo Sudán», afirmó.

Rapto de niños

«El régimen fundamentalista no retrocede ante nada: incluso marcan a niños con hierro candente para poder devolvérselos a sus dueños en caso de fuga». Según el obispo, esta persecución es religiosa y también étnica. No sólo afecta a los cristianos, sino también a los seguidores de las religiones tradicionales africanas. «En Kosovo, Occidente actuó a favor de los albaneses musulmanes, y aquí permanece indiferente ante la masacre de los cristiano de mi país», señalo el obispo de El Obeid, afirmando que esto es debido a intereses económicos de los gobiernos occidentales en torno a los yacimientos de petróleo. «Sin duda, cuando las etnias africanas de Su-dán estén definitivamente exterminadas, el Occidente cristiano construirá monumentos en su memoria», señaló el prelado.

Fuente: Diario La Razón