EL GASTO EN ANTIDEPRESIVOS EN ESPAÑA SE HA MULTIPLICADO POR CUATRO EN OCHO AÑOS
Los psiquiatras lo achacan a que el «nivel de tolerancia ante a la adversidad es más bajo» - «Se acaban convirtiendo en un anestésico del vivir», afirma un psicólogo
______________________________________
<< MADRID, 16 septiembre 2002.- España tiene el ánimo por los suelos, al menos según una estadística insólita. En sólo ocho años, de 1992 a 2000, la venta de fármacos antidepresivos se ha multiplicado por cuatro.>>
=== Sin noticias de una población cuadruplicada o de un catastrófico 11-S a la española, ¿hay cuatro veces más de deprimidos que en el año de los Juegos de Barcelona?, ¿se diagnostica mejor o peor la enfermedad?, ¿es depresión la tristeza?, ¿qué está pasando?
=== Sólo en Madrid, una comunidad con cifras extrapolables al resto del país, el gasto en consumo de Seroxat (nombre comercial de la paroxetina), la llamada píldora contra la timidez, se multiplicó en seis años (de 1992 a 1998) por 91.
LA CULTURA DEL MICROONDAS
=== «Vivimos en la cultura del resultado rápido. Somos menos tolerantes ante las frustraciones propias de la vida. Ante la mínima ansiedad o bajada del estado de ánimo recurrimos al fármaco, que se acaba convirtiendo en un anestésico del vivir», dice Jesús Rodríguez Goñi, director del Instituto de Psicología Aplicada (INPA).
=== «Soy favorable al uso de antidepresivos, pero es verdad que la gente cada vez aguanta menos, que el nivel de tolerancia a la adversidad es cada vez más bajo», cree Julio Bobes, catedrático del Area de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo.
=== En la segunda mitad del siglo XX el avance científico en torno a las sustancias capaces de rescatar a alguien del agujero negro ha sido tal que hoy existen 27 principios activos distintos contra la depresión y otros 26 están siendo investigados.
=== A los laboratorios farmaceúticos les parece que «todos» los deprimidos necesitan píldoras para salir adelante, mientras que de la psicoterapia, como complemento o no, tira el «55%» de los pacientes.
ABUSO CONTRAPRODUCENTE
=== El psicólogo Rodríguez Goñi incluye una palabra clave para el enfermo: atribución. «Cuando se combina terapia y fármaco, es fundamental que el paciente atribuya su mejora al cambio de su propia conducta, no al medicamento. Muchos pacientes me preguntan qué han hecho ellos para salir de la depresión. Si atribuyen la mejora a sus cambios podrán evitar hasta recaídas. Si lo achacan al fármaco se harán dependientes de él».
=== Desde la cátedra de Psiquiatría de Oviedo, Bobes ve tres razones para el disparo de antidepresivos en España: los fármacos tienen cada vez menos efectos secundarios y son mejor tolerados por los pacientes, los médicos de familia tratan la enfermedad y los nuevos medicamentos también son ansiolíticos, reducen la ansiedad.
=== «Hay una bolsa de deprimidos leves y moderados que antes pasaban el trago a pelo y que ahora siguen un tratamiento con antidepresivos», razona Bobes.
(Fuente: El Mundo. Redacción: ICPress)
Los psiquiatras lo achacan a que el «nivel de tolerancia ante a la adversidad es más bajo» - «Se acaban convirtiendo en un anestésico del vivir», afirma un psicólogo
______________________________________
<< MADRID, 16 septiembre 2002.- España tiene el ánimo por los suelos, al menos según una estadística insólita. En sólo ocho años, de 1992 a 2000, la venta de fármacos antidepresivos se ha multiplicado por cuatro.>>
=== Sin noticias de una población cuadruplicada o de un catastrófico 11-S a la española, ¿hay cuatro veces más de deprimidos que en el año de los Juegos de Barcelona?, ¿se diagnostica mejor o peor la enfermedad?, ¿es depresión la tristeza?, ¿qué está pasando?
=== Sólo en Madrid, una comunidad con cifras extrapolables al resto del país, el gasto en consumo de Seroxat (nombre comercial de la paroxetina), la llamada píldora contra la timidez, se multiplicó en seis años (de 1992 a 1998) por 91.
LA CULTURA DEL MICROONDAS
=== «Vivimos en la cultura del resultado rápido. Somos menos tolerantes ante las frustraciones propias de la vida. Ante la mínima ansiedad o bajada del estado de ánimo recurrimos al fármaco, que se acaba convirtiendo en un anestésico del vivir», dice Jesús Rodríguez Goñi, director del Instituto de Psicología Aplicada (INPA).
=== «Soy favorable al uso de antidepresivos, pero es verdad que la gente cada vez aguanta menos, que el nivel de tolerancia a la adversidad es cada vez más bajo», cree Julio Bobes, catedrático del Area de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo.
=== En la segunda mitad del siglo XX el avance científico en torno a las sustancias capaces de rescatar a alguien del agujero negro ha sido tal que hoy existen 27 principios activos distintos contra la depresión y otros 26 están siendo investigados.
=== A los laboratorios farmaceúticos les parece que «todos» los deprimidos necesitan píldoras para salir adelante, mientras que de la psicoterapia, como complemento o no, tira el «55%» de los pacientes.
ABUSO CONTRAPRODUCENTE
=== El psicólogo Rodríguez Goñi incluye una palabra clave para el enfermo: atribución. «Cuando se combina terapia y fármaco, es fundamental que el paciente atribuya su mejora al cambio de su propia conducta, no al medicamento. Muchos pacientes me preguntan qué han hecho ellos para salir de la depresión. Si atribuyen la mejora a sus cambios podrán evitar hasta recaídas. Si lo achacan al fármaco se harán dependientes de él».
=== Desde la cátedra de Psiquiatría de Oviedo, Bobes ve tres razones para el disparo de antidepresivos en España: los fármacos tienen cada vez menos efectos secundarios y son mejor tolerados por los pacientes, los médicos de familia tratan la enfermedad y los nuevos medicamentos también son ansiolíticos, reducen la ansiedad.
=== «Hay una bolsa de deprimidos leves y moderados que antes pasaban el trago a pelo y que ahora siguen un tratamiento con antidepresivos», razona Bobes.
(Fuente: El Mundo. Redacción: ICPress)