El fraude del osario de santiago

ricardo perales

Lo importante es la salvación de las almas.
23 Abril 2020
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El fraude del “osario de Santiago”.

En el año 2002 salió a la luz un osario con la inscripción: «Jacob [Santiago], hijo de José, hermano de Jesús». Muchos pensaron que este “hallazgo” ponía en duda la doctrina católica sobre la Virginidad perpetua de María. Sin embargo resultó ser un fraude. Así lo determinó el director de Antigüedades de Israel, Shuka Dorfman, quien anunció (junio 18, 2003): «El osario es real. Pero la inscripción es falsa. Lo que significa es que alguien cogió una caja real y labró la escritura en ella, probablemente para darle una importancia religiosa». Lamentablemente los medio de comunicación que tan ampliamente propagaron el engaño, no hicieron casi nada por rectificarlo.
 

El falso osario de Santiago​

EL FALSO OSARIO DE SANTIAGO, EL HERMANO DEL SEÑOR​

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La revista Biblical Archeology Review correspondiente a noviembre de 2002 informó del descubrimiento en Jerusalén de una urna de piedra caliza, seguramente del siglo primero de nuestra era, en la que figuraba una inscripción escrita en arameo con el texto siguiente:
«Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús»
La noticia dio la vuelta al mundo y fue recogida por los principales medios de comunicación. ¿Se había encontrado un resto arqueológico que se refería a Santiago, el Hermano del Señor? Si bien en un primer momento pocos dudaron de la autenticidad del osario, en junio de 2003 la Dirección de Antigüedades de Israel anunció que el osario no era auténtico, sino el resultado de una sofisticada falsificación, cuyos responsables han sido detenidos.
El objeto de la polémica es una inscripción que figura en una urna de piedra caliza datada aproximadamente en el año 63 después de Cristo y localizada el pasado junio en Jerusalén. La caja, un osario, vacía, mide 50 centímetros de largo y unos 27,5 de ancho y muestra en una de sus caras el siguiente texto en arameo, escrito con una forma de cursiva usada, según los expertos, sólo entre los años 10 y 70 del siglo I:
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‘Ya’akov bar Yosef akhui di Yeshua’
(‘Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús’).
La inscripción haría referencia, además de a Jesús de Nazaret, a José, esposo de María y padre putativo de Jesús, y a Jacobo (Santiago), al que se cita como hermano de Jesús en pasajes del Nuevo Testamento. La caja habría contenido los huesos del discípulo tras la reducción de sus restos.
Son variadas las referencias a Santiago, el Hermano del Señor, que se encuentra en el Nuevo Testamento. A él se refiere San Pablo en la carta a los Gálatas (1,18-19), cuando dice «No vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el hermano del Señor». Este Santiago sería el mismo al que se refiere Lucas en el capítulo 15 versículo 13 de los Hechos de los Apóstoles. Y Santiago es uno de los hermanos de Jesús que se cita en el Evangelio de Mateo (13, 55-56).
A Santiago, el hermano de Jesús, se refiere también el historiador judío Flavio Josefo en sus Antigüedades Judías:
«Así pues, habiendo pensado esta clase de persona, Anano, que disponía de una ocasión favorable porque Festo había muerto y ALbino estaba de camino, convocó una reunión de jueces y llevó ante él al hermano de Jesús, que es llamado Mesías, de nombre Santiago, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fuesen apedreados».
Santiago, el hermano de Jesús, que sería dirigente de la comunidad judeocristiana de Jerusalén, debió ser ejecutado en el año 63 de nuestra era, aproximadamente.
En un primer momento los especialistas aceptaron la autenticidad del hallazgo.
Sin embargo, este osario fue estudiado de forma detallada por diversos investigadores de la Dirección de Antigüedades de Israel. El resultado de estos análisis es concluyente: «el supuesto osario de los restos del apóstol Santiago, lapidado el año 62 d.c., es falso». El director de la Dirección de Antigüedades de Israel, Shuka Dorfman, afirmó al hacer público los resultados del estudio: «El osario es real. Pero la inscripción es falsa. Lo que significa es que alguien cogió una caja real y labró la escritura en ella, probablemente para darle una importancia religiosa». Gideon Avni, presidente del Comité de arqueólogos que investigaron el osario, dijo a los periodistas que la conclusión era unánime.
Según los expertos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, las letras de la inscripción están inmersas en un residuo gris que no se debe a la pátina del tiempo, sino que a una una pasta de fabricación doméstica aplicada a las letras para que parezcan más antiguas. En concreto, el análisis de isótopos de oxígeno indica que las palabras fueron inscritas en tiempos modernos. Además, la dura pátina marrón que cubre la caja no se encontró en la inscripción, en la que se aplicó una especie de pasta blanda y grisácea para imitar el desgaste. Tras los análisis realizados por Yuval Goren no cabe la menor duda de que la inscripción del osario es una falsificación. El responsable de la falsificación es Oded Golan, el cual fue detenido en el verano del 2003. Oded Golan es también responsable de otra falsificación: de la falsa tabla de piedra del rey Salomón.
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