El evangelio de la salvacion organica

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 2 Ti.1:8b; Mt.16:24-27; 2 Co.4:16-17
"Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día" (2 Co 4: 16)
EL EVANGELIO DE LA SALVACIÓN ORGÁNICA
En 2 Timoteo 1, Pablo anima a Timoteo diciendo: "Participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios" (v. 8b). Es como si Pablo le dijese: "Timoteo, necesitas levantarte. Nosotros tenemos un poder, que no es el poder del hombre sino el poder de Dios. Nosotros vamos a sufrir por causa del evangelio". Este evangelio mencionado aquí no solamente es el evangelio de la gracia, sino el evangelio del reino, el evangelio que además de salvar a las personas les da vida, y también las introduce en el reino, bajo la autoridad del Rey celestial. El Señor Jesús murió por nosotros, fue crucificado por nuestros pecados. Quien cree en el Señor obtiene vida, alegría, bendición y paz. No obstante ese es sólo nuestro lado, que satisface nuestra necesidad. Muchos creen en el Señor y lo buscan con el objetivo de no tener más dificultades y problemas.
Pero el evangelio va más allá. Nosotros los que creímos en el Señor fuimos salvos y nos convertimos en hijos de Dios. Pero el evangelio que Pablo predicaba y que le habla a Timoteo aquí, es el evangelio del reino, el evangelio completo que habla de la salvación orgánica de Dios. Esta salvación no sólo incluye cosas positivas, sino que también incluye el aspecto negativo de negarse a sí mismo, perder la vida del alma y tomar la cruz para seguir al Señor (Mt 16:24-27). Cuando decimos que quien cree en el Señor obtendrá el perdón de los pecados y la vida eterna, muchos están dispuestos a creer; pero si les decimos que para ser salvos tienen que negar la vida del alma, muchos podrán decir: «No quiero esa salvación».
No debemos avergonzamos de este evangelio; por el contrario debemos participar de los sufrimientos en favor del evangelio, pues así conducimos a las personas a ser herederos de Dios, negándose a sí mismas y practicando la vida de la iglesia, con el fin de crecer en vida. Para esto hay un único camino: el sufrimiento. Estos sufrimientos tienen como resultado la muerte del viejo hombre y la manifestación del nuevo hombre (Cfr. Ro 6:6; 2 Co 4: 16; Col 3: 10).
No es fácil para las personas aceptar el evangelio del reino, el evangelio de la salvación orgánica. El hombre piensa: «Yo he creído en el Señor, entonces reinaré con el Señor en el milenio». Sin embargo, si la vida natural, la vida vieja del alma no es eliminada, si lo que es natural no es rechazado, esa persona no crecerá en vida. Si no crece, ¿cómo reinará con el Señor? ¿Cómo será igual al Señor? Naturales como somos, ¿cómo podremos reinar con Cristo? Necesitamos ser conformados a la imagen del Señor. Para eso debemos rechazar nuestra vida del alma. Este evangelio no es aceptado con facilidad. Si no tenemos cierto crecimiento, no lograremos recibir tal palabra. Si el Señor nos bendice materialmente, estamos contentos. Pero, si Él trata con nosotros y nos quita alguna cosa, murmuramos. Debemos percibir que el Señor lo hace para que crezcamos en vida, nos neguemos a nosotros mismos y perdamos la vida del alma. Debemos estar dispuestos a sufrir por causa del evangelio. Este sufrimiento hoy es leve y momentáneo, pero lo que habremos de ganar en el futuro, tiene un eterno peso de gloria (Cfr. 2 Co 4: 17). El Señor está en el trono de gloria, y nosotros también nos sentaremos con Él para reinar.
Pregunta: En qué consiste la salvación orgánica?
Dong Yu Lan
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