El diezmo y la prosperidad

Pastor.Jose

Miembro
19 Abril 2024
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El diezmo y la prosperidad​


Introducción


A través de mis años en el ministerio he presentado numerosas prédicas cristianas acerca del diezmo, y las ofrendas. He hecho esto porque el diezmo y las ofrendas son temas que a menudo se confunden dentro de las iglesias cristianas.

Debido a la falsedad de la doctrina de la prosperidad que ha invadido la iglesia de hoy, deseo que hoy exploremos qué es el diezmo, cuál es su propósito original y por qué no está destinado a la iglesia cristiana moderna.

I. ¿Qué es el diezmo?


El diezmo es una antigua práctica judía donde se daba el 10% de los ingresos a los levitas, los sacerdotes de la tribu de Leví. Este mandato específico se encuentra en el Antiguo Testamento y tenía un propósito claro: mantener a los sacerdotes que no tenían herencia propia en la tierra de Israel.

Levítico 27:30: "Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová."

II. El propósito original del diezmo​


El diezmo no era simplemente una forma de dar dinero a la iglesia. Era una manera de sostener a los levitas y el templo. Estos recursos se usaban para el mantenimiento del templo y para ayudar a los pobres y necesitados.

Números 18:21: "Y a los hijos de Leví he aquí yo he dado todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión."

En ningún momento se menciona que este diezmo debería ser dado a líderes religiosos fuera de este contexto.

III. Jesús y sus discípulos no recibieron el diezmo​


Es importante destacar que ni Jesús ni sus discípulos recibieron el diezmo. En el Nuevo Testamento, no hay registros de que el diezmo fuera practicado por los primeros cristianos. Jesús, en lugar de enfocarse en el diezmo, enseñó sobre la generosidad y la importancia de dar ofrendas de corazón, no por obligación.

Mateo 23:23: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello."

2 Corintios 9:7: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."

IV. Las ofrendas en la iglesia cristiana​


Las ofrendas son las que verdaderamente se mencionan en el contexto de la iglesia cristiana. A diferencia del diezmo, las ofrendas no tienen un porcentaje específico. Se trata de dar según las posibilidades y la generosidad de cada persona. Estas ofrendas ayudan a la comunidad y sostienen las actividades de la iglesia, pero siempre deben darse de manera voluntaria y con alegría.

1 Corintios 16:2: "Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas."

VI. La explotación de los creyentes​


Lamentablemente, en tiempos modernos, hay muchos falsos profetas que explotan la falta de conocimiento bíblico de los creyentes. Utilizan el concepto del diezmo para enriquecerse a expensas de sus congregaciones. Estos líderes manipulan las enseñanzas bíblicas para convencer a las personas de que deben dar el 10% de sus ingresos a la iglesia, creando una falsa promesa de prosperidad.

2 Pedro 2:1-3: "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas."

VII. La verdadera prosperidad según la Biblia​


La verdadera prosperidad en la Biblia no se mide por la riqueza material, sino por una vida plena y satisfactoria en relación con Dios y con los demás. La prosperidad bíblica implica bienestar espiritual, paz interior, y la capacidad de vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios.

3 Juan 1:2: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma."

Proverbios 3:9-10: "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto."

Mateo 6:33: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."

La Biblia nos enseña que la verdadera prosperidad viene de una vida dedicada a Dios, donde se busca su reino y su justicia por encima de todas las cosas. Esta prosperidad incluye paz, gozo y la satisfacción de vivir una vida conforme a los principios divinos.

Conclusión​


Es crucial que los creyentes comprendan la diferencia entre el diezmo y las ofrendas. El diezmo tenía un propósito específico en el Antiguo Testamento y no está destinado a la iglesia cristiana moderna. En cambio, las ofrendas son lo que los cristianos deben dar, y siempre de manera voluntaria. Al estar bien informados, los creyentes pueden protegerse de aquellos que buscan explotarlos y pueden practicar su fe de manera auténtica y generosa. La verdadera prosperidad se encuentra en una vida alineada con la voluntad de Dios, donde se valora más la riqueza espiritual que la material.

Hechos 20:35: "En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir."
 
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Conclusión​


Es crucial que los creyentes comprendan la diferencia entre el diezmo y las ofrendas. El diezmo tenía un propósito específico en el Antiguo Testamento y no está destinado a la iglesia cristiana moderna. En cambio, las ofrendas son lo que los cristianos deben dar, y siempre de manera voluntaria. Al estar bien informados, los creyentes pueden protegerse de aquellos que buscan explotarlos y pueden practicar su fe de manera auténtica y generosa. La verdadera prosperidad se encuentra en una vida alineada con la voluntad de Dios, donde se valora más la riqueza espiritual que la material.

Hechos 20:35: "En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir."
El diezmo, las ofrendas, al igual que la ayuno y la oración rara vez lo hacemos como Dios quiere que lo hagamos.
Y es que, la sabiduría no es exactamente algo que se tenga siempre al alcance y que se pueda ofrecer.