El Diezmo es un mandato

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12 Octubre 2001
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El Diezmo es un mandato

EL DAR

Según el diccionario de la lengua española dar es: (del latín “dare”) y significa traspasar uno a otro gratuitamente la propiedad de alguna cosa. Dar algo gratuitamente es dar “de gracia” según el diccionario, y gracia es algo que se da gratuitamente, así que por donde lo veamos el dar es una acción deliberada, no forzada y sin ningún interés de por medio. Y justamente una de las muchas características de Dios es “el dar” y esto lo podemos ver con muchos ejemplos a través de toda su palabra, basta con ver el libro de Génesis para poder apreciar esta gran característica de Dios, Él creo los cielos, la tierra, las estrellas, las lumbreras, los animales, los árboles, en fin toda cosa creada y se la dio a Adán, y lo único que Dios le exigió a Adán fue “obediencia”. Luego de la caída de Adán podemos observar la importancia del ofrecer a Dios en agradecimiento y reconocimiento por el fruto de la tierra ó de un animal.

Génesis 4:1 al 7
1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?. 7Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.

¿Por qué sería que Dios miró con agrado la ofrenda de Abel y no la de Caín? Porque Caín ofreció de lo que le sobraba, en cambio Abel dio la primicia y lo mejor de su rebaño, Abel se desprendió de lo mejor que tenía para dárselo a aquel que fue responsable de ese fruto. Muchas iglesias hoy en día y muchos creyentes a través de los años han dado a Dios de lo que le sobra, le dan a Dios limosnas, Dios es el dador de todo y nos da en abundancia Él no necesita limosnas; lo menos que podemos hacer nosotros es devolver de lo mejor que hemos recibido a Él. Bueno, usted dirá: “¿a caso necesita Dios dinero ó fruto de la tierra?” Eso es absolutamente cierto, Él no necesita nada del hombre, pero el propósito de Dios no es ese, Él nos está enseñando e instruyendo un principio de vida, en Efesios por ejemplo Dios nos exhorta a que le imitemos como hijos amados (Efesios 5:1), hasta eso ha hecho disponible Dios que le imitemos y según su palabra nadie le ha visto, nosotros no podemos imitarle en su manera de vestir ó caminar, pero, sí podemos imitarle cuando le obedecemos ciegamente. Nosotros como padres ¿no les enseñamos principios a nuestros hijos para que los imiten? ¡Absolutamente!. Continuemos en el relato de Génesis 4 para que veamos el corazón de Dios y la oportunidad que le brindó a Caín pero quiero que lo veamos en otra versión de Biblia “Dios Habla Hoy” de los versículos 6 y 7.

Génesis 4:6,7
6 Entonces el Señor le dijo: “¿Por qué te enojas y pones tan mala cara?7 Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.”

Cuando Dios dice: “podrías levantar la cara” significa “serías aceptado”, y la expresión “el pecado está esperando el momento de dominarte” es un símil de la advertencia que vemos en 1ª de Pedro 5:8 cuando nos dice que el diablo anda como león rugiente (al asecho) buscando a quien devorar. Pero Caín rechazó la oportunidad que Dios le daba e inmediatamente mató a su hermano cegado por la envidia, Caín permitió que el pecado dominara su razón cuando se le dio la oportunidad de retomar el camino.

El pueblo de Israel luego de la salida de Egipto fue instruido sobre el principio del dar por Dios.

Deuteronomio 26:1 al 19
1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites,2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.3 Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.4 Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios. 5 Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;6 y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.7 Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión;8 y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros;9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.10 Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.11 Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.
12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán.13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.14 No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado.15 Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel. 16 Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz.18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;19 a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.

En este relato podemos observar varios pasos establecidos y condiciones necesarias para que la nación israelita pudiera habitar en la tierra prometida y es justamente al principio del capitulo donde Dios le recuerda a su pueblo que es Él quien le da esa tierra abundante y que de esa abundancia debían ofrecer primeramente a Él la primicia del fruto de la tierra y luego deberán compartir de esa abundancia con los levitas, siervos y todo extranjero que morare con él, fíjense en el corazón de Dios al no privar a nadie de la abundancia de la tierra prometida, y al instituir un rito recordatorio de cada cosa que Él hizo por esa nación al sacarla de servidumbre. Otro detalle es que Dios demanda absoluta obediencia a cada mandamiento allí expresado. Si comparamos estos versículos con cada cosa de nuestra vida veremos que nosotros también fuimos rescatados de servidumbre, se nos dio ciudadanía nueva (en los cielos Filipenses 3:20), está disponible la abundancia (Juan 10:10) y Dios quiere que compartamos de esa abundancia con nuestros hermanos, que tengamos todas las cosas en común (Hechos 2:42 al 47) y por último pero por no ser menos Dios demanda de nosotros absoluta obediencia en cuanto el compartir abundantemente de corazón.

2 Corintios 9: 6 al 15
6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

El sembrador siembra la mejor semilla para recoger el mejor fruto, porque el fruto es producto de la buena semilla y no de la tierra (¿quién da la semilla?) ¡Dios!, pero cada quien debe proponérselo en su corazón de una manera voluntaria, con una disposición de corazón libre de toda cosa negativa porque el deseo fervoroso de Dios es y ha sido siempre que tengamos de todo para que podamos dar abundantemente y para que esa semilla se multiplique, para que la justicia de Dios se manifieste en todo el mundo, pero es necesario hacerlo con un corazón alegre, ¡imagínense! Dios ya nos ama como hijos pero Él se complace sobre manera cuando llegamos a comprender el significado del dar, Dios nos llega a amar de una manera superlativa porque se goza en ver nuestro corazón alineado al suyo. Así que querido hermano y hermana espero que este corto estudio sea de mucho provecho para abrir su corazón de una manera genuina y pueda expresarse con la abundancia que Dios le ha dado y quiero recordarles que Dios no busca su dinero si no su corazón. Ahora usted dirá: ¿a quién doy mi Diezmo? Vamos a la palabra de Dios para verlo.

Gálatas 6:6
6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

La palabra “partícipe” es del griego “koinoneo” que significa: “participar plenamente”, y la palabra buena es: “Agathos” que significa “bienes”, así que, una traducción literal de acuerdo al uso sería:

“Todo aquel que es enseñado en la palabra, participe plenamente sus bienes con aquel que le enseña la integridad de la palabra de Dios”

Es a los pies de aquel que me enseña la integridad de la palabra de Dios donde voy a entregar mí compartir abundante. Quiero que veamos las palabras de nuestro señor Jesucristo para que entendamos más a fondo sobre el significado de compartir con nuestros maestros ó ancianos en la palabra.

Mateo 10:10
10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

Todo aquel que se dedique a enseñar la integridad de la palabra de Dios lo mínimo que debe recibir es el alimento. Aquel que se dedique a esta labor tiene tanto ó más derecho que cualquiera a recibir salario, porque la palabra salario viene de “sal” y esta es utilizada para preservar, conservar, y la sal es símbolo de incorrupción en la palabra de Dios .

1 Corintios 9:14
14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

Hoy en día este mandamiento tiene la misma vigencia que cuando fue revelado porque las cartas a los corintios es a los santos (1 Co.1:1), sin embargo el Apóstol Pablo dijo lo siguiente:

1 Corintios 9:15,16,17,18
15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.

Aunque el Apóstol Pablo estaba claro en cuanto a este mandamiento decidió no aprovecharse de el para su beneficio, sino que se dedicó de lleno a la predicación del evangelio sin recibir nada a cambio, teniendo la mirada puesta en el galardón compuesto por premios y coronas incorruptibles. Querido hermano (a) no hay dinero suficiente para pagar a aquel que le enseña la integridad de la palabra de Dios ¿saben porque? Porque aquel que divide correctamente la palabra está capacitado para guiar a los hijos de Dios por sendas seguras, tal persona puede entender a plenitud el significado de dar su vida por los suyos movido por el amor de Dios en la mente renovada en manifestación, este hombre de Dios debe ser apreciado, respetado y ayudado.

1 Timoteo 5:17,18
17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

Este versículo ha sido utilizado muchas veces para indicar que si una persona no trabaja no tiene derecho a comer, pero en el contexto se refiere a los ancianos de la iglesia que se dedican a enseñar la integridad de la palabra de Dios, y la paga aquí referida es sustento, alimento. Así que, es correcto que el que le instruye reciba sus diezmos y ofrendas para su alimento y difusión de la palabra de Dios como lo hacían los levitas cuando del 100% diezmos Dios les otorgó el 90 % y el 10% era dedicado a Dios. La expresión “no pondrás bozal al buey que trilla” es un orientalismo, en este versículo se utiliza a manera de símil para comparar el trabajo de los bueyes en el trillado del grano para separarlo de la paja, estos giraban alrededor de la cosecha tirada sobre un terreno duro para que las pezuñas del animal trillasen, esta expresión significa: que no se debe impedir que el buey se alimente mientras trabaja. Otro aspecto es que la palabra “doble honor” es doble salario, ¿qué les parece? Es tan valiosa la palabra de Dios cuando alguien la comparte correctamente que merece doble salario. El adversario ha manipulado el verdadero sentido de lo expuesto por Dios en su palabra generando comentarios adversos en cuanto al dar y al propósito que Dios diseño para tal fin enlodando las mentes del cristiano para que no compartan de la abundancia que Dios provee a sus hijos. El diezmo no fue impuesto por Dios para comprar la entrada a la prosperidad espiritual u otras bendiciones materiales, Dios quiere que consagremos primeramente la moneda de nuestros corazones a Él. Lo material y lo espiritual están tan estrechamente alineados que todo aquel que ha practicado la ley de dar sistemáticamente ha crecido en la gracia bendita del dar (ver 1 crónicas 29: 1 al 25).

Querido hermano (a) quiero terminar este estudio con unas palabras del Dr. Wierwille: “Multitudes de Cristianos están limitando la prosperidad de Dios hacia sí mismos porque no aplican los principios envueltos en abrir las compuertas (de los cielos) para dejar fluir la abundancia de Dios hacia ellos” fin de la cita. Dios le siga bendiciendo ricamente, en el nombre de mí Señor Jesucristo, amen.

Freddy Rivera.
DUNAMIS.
 
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