Si estáis pasando por el Día Malo, en el que os sentís confusos, sin saber lo que es verdad o mentira, por favor, no os dejéis engañar, no desistáis del Padre, no os llevéis por las tentaciones. Os vais a dejar llevar por esas tentaciones, no las de antes sino en ese día, hoy mismo o cuando sea, y os vais a sentir sucios, expuestos, condenados, rodeados. En ese momento estad lo más tranquilos posible, refugiaos en la Palabra de Dios, en la Biblia, y clamad a Cristo que es quien salva todos nuestros pecados con su sangre por muy pecador que te sientas. Si no sabes qué decir, mejor guarda silencio antes de contribuir a la mentira o la confusión, pero intenta reaccionar solo con la Palabra, refugiándote en ella, sabiendo que nada ni nadie puede hacerte daño espiritual, daño a tu alma, con la Palabra. Sigue adelante, porque vas a perder muchas cosas, y van a "ofrecerte" muchas otras. La diferencia entre el dolor, la tortura, perder tu familia, etc, y la felicidad en lugares paradisíacos siendo millonario. ¡No caigas! Solo la Palabra. Suelta los ídolos. Tu ídolo puede ser el dinero, los viajes, o incluso el apego familiar. No dejes de amar pero incluso puede que tengas que elegir entre el ofrecimiento de volver con tu mujer o tus hijos y renunciar a Cristo. Nada será muy claro, todo será sutil, muy sutil, haciéndote creer que tú puedes descubrir todo y hacer lo que quieras sin la Palabra y sin Cristo. No caigas. Resiste. Llorarás por tus pecados mucho, y por tu estado de confusión, y eso será una buena señal.
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