El cuento del tío
Tercera Epístola de SAN JUAN APÓSTOL
3 JUAN 1
1 El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
En Latinoamérica, el cuento del tío es una vieja treta que usan ciertos engañadores para sacar dinero a quienes gustan de ganancias fáciles. A pesar de ser una vieja y conocida treta, siempre encuentran nuevas víctimas los taimadores. Detrás de la caída, está siempre la avaricia, y el deseo de una ganancia deshonesta.
La característica esencial de los engañadores, es el conocimiento de los argumentos exáctos para usar en cada circunstancia y momento, a fin de embaucar a los "desprevenidos" amantes del bienestar pasajero. La verdad es que el embaucado cae en la red del embaucador, porque le cree.
¿Porque le cree? ... hummm!
En la iglesia sucede algo similar. Han entrado enagañadores, los cuales son expertos en descubrir las "debilidades" ... el pecado, si me permiten decirlo, de ciertos "creyentes".
... "yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas" ...
Este verso es maliciosamente secuestrado de su contexto, y es uno de los principales argumentos de estos lobos rapaces, los señores de la "prosperidad", y que despierta la codicia, el amor al dinero del que no tiene los sentidos ejercitados en la práctica del bien.
¿No dijo el Señor Jesucristo que el Padre sabe de qué tenemos necesidad?
¿Porqué preocuparnos tanto, si el Padre sabe? ... ¿acaso estamos dudando de la palabra del Señor?
¿No dijo el Señor Jesús que buscaramos el reino de Dios PRIMERO, y que todas las demás cosas vendrían por añadidura?
... y no se está refiriendo al dinero, sino a las cosas espirituales, pues NO debemos preocuparnos porqué hemos de vestir, o qué hemos de comer, pues todas esas cosas buscan los sin Dios ... pero nuestro Padre sabe de qué tenemos necesidad ... ¿o nó? ...
... "y que tengas salud, así como prospera tu alma".
Nunca dice, "y que tengas mucho dinero", sino SALUD, salvación, así como prospera tu alma, porque no es la intención de ninguno de los apóstoles del Señor, sino que vivamos, justa, santa y piadosamente en este siglo.
Es la avaricia que vive en el corazón de aquel que no conoce a Dios, pero que asiste al culto, la que le hace caer en semejante pensamiento, en la trampa del dios de este mundo, el amor al dinero.
Damos gracias a nuestro Rey, pues estamos confiados en su palabra, aún cuando el sol no nos de su luz, bendito sea su nombre.
Dios les bendiga
Tercera Epístola de SAN JUAN APÓSTOL
3 JUAN 1
1 El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
En Latinoamérica, el cuento del tío es una vieja treta que usan ciertos engañadores para sacar dinero a quienes gustan de ganancias fáciles. A pesar de ser una vieja y conocida treta, siempre encuentran nuevas víctimas los taimadores. Detrás de la caída, está siempre la avaricia, y el deseo de una ganancia deshonesta.
La característica esencial de los engañadores, es el conocimiento de los argumentos exáctos para usar en cada circunstancia y momento, a fin de embaucar a los "desprevenidos" amantes del bienestar pasajero. La verdad es que el embaucado cae en la red del embaucador, porque le cree.
¿Porque le cree? ... hummm!
En la iglesia sucede algo similar. Han entrado enagañadores, los cuales son expertos en descubrir las "debilidades" ... el pecado, si me permiten decirlo, de ciertos "creyentes".
... "yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas" ...
Este verso es maliciosamente secuestrado de su contexto, y es uno de los principales argumentos de estos lobos rapaces, los señores de la "prosperidad", y que despierta la codicia, el amor al dinero del que no tiene los sentidos ejercitados en la práctica del bien.
¿No dijo el Señor Jesucristo que el Padre sabe de qué tenemos necesidad?
¿Porqué preocuparnos tanto, si el Padre sabe? ... ¿acaso estamos dudando de la palabra del Señor?
¿No dijo el Señor Jesús que buscaramos el reino de Dios PRIMERO, y que todas las demás cosas vendrían por añadidura?
... y no se está refiriendo al dinero, sino a las cosas espirituales, pues NO debemos preocuparnos porqué hemos de vestir, o qué hemos de comer, pues todas esas cosas buscan los sin Dios ... pero nuestro Padre sabe de qué tenemos necesidad ... ¿o nó? ...
... "y que tengas salud, así como prospera tu alma".
Nunca dice, "y que tengas mucho dinero", sino SALUD, salvación, así como prospera tu alma, porque no es la intención de ninguno de los apóstoles del Señor, sino que vivamos, justa, santa y piadosamente en este siglo.
Es la avaricia que vive en el corazón de aquel que no conoce a Dios, pero que asiste al culto, la que le hace caer en semejante pensamiento, en la trampa del dios de este mundo, el amor al dinero.
Damos gracias a nuestro Rey, pues estamos confiados en su palabra, aún cuando el sol no nos de su luz, bendito sea su nombre.
Dios les bendiga
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