Errores de traducción históricos (I): El camello y la aguja
21:28 Anécdota,
Animales,
Biblia,
Religión,
Traducción
Mucho se ha hablado acerca del intérprete del funeral de Nelson Mandela, sin embargo, este tipo de
problemas en la interpretación y la traducción no son novedad, en realidad son tan antiguos como la propia disciplina traductológica. Unos casos son más absurdos que otros, pero la verdad es que
muchos han estado a punto de cambiar el curso de la Historia, otros incluso lo han conseguido, y otros tantos, han cambiado inconscientemente nuestra forma de entender muchas cosas del mundo que nos rodea.
Sirva pues esta sección de "Errores de traducción históricos", que inauguramos hoy, de homenaje a uno de esos personajes absurdos que tanto nos gustan de la historia más actual: Thamsanqa Jantijie, traductor e intérprete de lengua de signos.
El camello y el ojo de la aguja
Una de las frases que se atribuye a
Jesús de Nazaret en la Biblia es:
“Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Y ciertamente es difícil que un camello entre por el ojo de una aguja… Pero muchos estudiosos de la Biblia parecen haber encontrado en esta frase un error de traducción del griego
“Kamilos” (con i breve), que, en realidad vendría a ser
“soga” o “maroma”, de esta manera la comparación tendría mucho más sentido, y no como la primera interpretación que se hizo como “Kamelos”.
Sin embargo el error no aparece corregido en prácticamente ninguna edición, y los sacerdotes católicos siguen citando la frase en sus homilías. Y es que esto se debe a que la mayor parte de la Iglesia se muestra partidaria de reeditar las versiones de la Biblia ya publicadas sin proceder a una revisión de los originales griegos y caldeos.
Pero, añadamos una dificultad: otros estudiosos de la materia citan el “Ojo de la Aguja” en referencia a un accidente geográfico que se da en las tierras que aparecen en la Biblia, y que consiste en un angosto pasadizo entre montañas por el que apenas cabe una persona, y desde luego no cabe un camello, así bien… ¿cuál es el error en realidad?
Quizás no hayamos complicado la cosa lo suficiente… En el Próximo Oriente bíblico, las puertas de las ciudades amuralladas constaban de dos grandes portones y otra puerta de menor tamaño que únicamente permitía el paso de personas, para evitar la entrada de carros y animales de carga mientras los portones permanecían cerrados. ¿Adivináis cómo se denominaba a esta puerta? Efectivamente, “Ojo de Aguja”.
¿Existe o no existe error de traducción entonces? Pueden opinar...
Hay varias escuelas de pensamiento diferentes sobre a qué se refería Jesús cuando dijo que era más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico obtener la vida eterna (Mateo 19:24; Marcos 10:25; Lucas 18:25). Los persas expresaron el concepto de lo imposible diciendo que sería más fácil pasar un elefante por el ojo de una aguja. El camello era una adaptación judía (el animal más grande de Israel era un camello).
Algunos teorizan que la aguja de la que hablaba Jesús era la Puerta de la Aguja, supuestamente una entrada baja y estrecha que se encuentra en el muro que rodea Jerusalén. Era deliberadamente pequeño por razones de seguridad, y un camello sólo podía atravesarlo quitándose las sillas o las mochilas y arrastrándose sobre sus rodillas. El problema con esta teoría es que no hay evidencia de que alguna vez existiera tal puerta. Más allá de eso, ¿qué camellero en su sano juicio haría tales contorsiones cuando las puertas más grandes eran fácilmente accesibles?
Otros afirman que la palabra traducida “camello” (griego: kamelos) debería ser en realidad “cable” (griego: kamilos). Luego el versículo diría que es más fácil que un cable (o cuerda) pase por el ojo de una aguja. Creer esto, sin embargo, plantea más problemas de los que resuelve, es decir, poner en duda la inerrancia y la inspiración de las Escrituras.
La explicación más probable es que Jesús estaba usando una hipérbola, una figura retórica que exagera para dar énfasis. Jesús usó esta técnica en otras ocasiones, refiriéndose a una “viga” en el ojo (Mateo 7:3-5) y a tragarse un camello (Mateo 23:24).
El mensaje de Jesús es claro: es imposible que alguien se salve por sus propios méritos. Dado que la riqueza se consideraba una prueba de la aprobación de Dios, los rabinos comúnmente enseñaban que los ricos eran bendecidos por Dios y, por lo tanto, eran los candidatos más probables al cielo. Jesús destruyó esa noción y, junto con ella, la idea de que cualquiera puede ganarse la vida eterna. Los discípulos tuvieron la respuesta apropiada a esta sorprendente declaración. Ellos quedaron completamente asombrados y preguntaron: "¿Quién, pues, podrá salvarse?" en el siguiente verso. Si los ricos entre ellos, entre los que se encontraban los fariseos y escribas superespirituales, no eran dignos del cielo, ¿qué esperanza había para un hombre pobre?
La respuesta de Jesús es la base del evangelio:
"Para el hombre esto es imposible, pero para Dios no; para Dios todo es posible" (Mateo 19:26). Los hombres son salvos a través de los dones de la gracia, la misericordia y la fe de Dios (Efesios 2:8-9). Nada de lo que hacemos nos gana la salvación. Son los pobres de espíritu quienes heredan el reino de Dios (Mateo 5:3), aquellos que reconocen su pobreza espiritual y su total incapacidad de hacer algo para justificarse ante un Dios santo. El hombre rico muchas veces está ciego a su pobreza espiritual porque está orgulloso de sus logros y se ha contento con su riqueza. Es tan probable que se humille ante Dios como un camello que se arrastra por el ojo de una aguja.
Saludos.