El bautismo del fuego y del Espíritu

30 Marzo 2000
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El bautismo del fuego y del Espíritu:

El hecho de que Jesús fuera crucificado y con él, todos nuestros pecados, no indica que ya nosotros hemos sido crucificados junto con él, ni mucho menos que nuestro hombre viejo haya desaparecido de nosotros. Indica que Dios encarnado, siendo precisamente encarnado como nosotros aún sin tener el pecado, vino a encarnarse para demostrarnos que es posible crucificar el hombre viejo. Él lo hizo con todos los pecados que solemos tener. Indicó una forma, un modelo, un sistema para poder abordarlo. Es decir, que el hombre viejo sigue morando en nosotros, aún después del bautismo del agua, ya que el bautismo del agua es simplemente un recordatorio de que así como te lavas por fuera con agua y desaparece la suciedad, así has de lavarte también por dentro, para que desaparezca la suciedad, el pecado, es decir el hombre viejo. Y Juan el Bautista indicaba además que él bautizaba con agua, pero que ha de venir uno que bautice con fuego y Espíritu. Es decir, el bautismo por agua o inmersión es un símbolo del verdadero bautismo, que vendrá después con Jesús y que lo hará ya en el interior, por medio del fuego y del Espíritu. Pero ese Uno que ha de llegar, en la mayoría de nosotros AÚN no ha llegado.

Si después del bautismo, seguimos estando contaminados y somos pecadores, hay que deducir que el verdadero bautismo vendrá DESPUES. ¿Quién trae ese bautismo? Jesús mismo. Por lo tanto el hecho de creer que ya no somos pecadores por asistir a determinados ritos o templos, es una falacia. Eso es en realidad: “pasar el plumero sobre los muebles quitándoles el polvo acumulado por el tiempo y el descuido”. Se necesita de una intervención divina del Espíritu para iniciar el proceso del Evangelio. Mientras, el hombre viejo sigue en nosotros, y de hecho, la forma de hablar de muchos de Vds. indica que es la voz todavía del hombre viejo. Es más, la pretensión de esto y la idea de que ya somos salvos, es un engaño de ese hombre viejo por su propia supervivencia.

Cuando Jesús mismo viene con su bautismo que no lo da ninguna iglesia, es cuando empieza el proceso del Evangelio y se escribe en nuestro corazón. Entonces el hombre viejo se rebela ante la indicación del Espíritu de que se vaya. Y entonces se produce en muchos casos el proceso de la Cruz que se cuentan en los Evangelios. Pero el viejo hombre no solo debe ser clavado en la Cruz en cada uno de nosotros, sino que debe ser muerto. Cuando eso ocurre, verdaderamente se puede decir que ya no tenemos pecado, que ya no somos pecadores, y entonces Renacemos a nuestro verdadero ser.

[]Cedesin>
 
Amigo Cedesín:

Has traído untema muy necesario, ya que los términos se confunden. Bien dices que el bautismo en agua no salva. Es mas bien una ceremonia ante testigos de que has aceptado a Cristo como tu Salvador y te unes a su cuerpo, que es la iglesia.

El Bautismo en el Espíritu tiene que ver con esa obra interna que hace el Espíritu Santo, haciéndote ver que eres pecador y que no hay otro refugio que Cristo. Se produce loque llamamos la conversión. El Espíirtu nos da la seguridad deque estamos reconciliados con Dios por Jesucristo y que somos candidatos ala vida eterna.

Tines razón en parte al denunciar la pretensión de se ya salvos, cuando hace falta la experiencia de la santificación. Nos sentimnos ya salvos,pero tenemos que asirnos del brazo de Cristo y caminar con Él para poder ser victoriosos y "más que victoriosos" en esta vida y al fin, cuando Jesús regrese, estar con Élpor la eternidad.

Trajiste el tema del hombre viejo y el hombre nuevo. ¿Sabes que Pablo nos da autorización para matar? Si, matar. Mientras alimentamos al hombre nuevo, tenemos que matar de hambre al hombre viejo. El hombre viejo se alimenta de los placeres y vicios, de las diversiones malsanas, de lo que se mira que perjudica y de todo lo negativo. Hay que negarle esas cosas y así, poco a poco, lo vamos matando de hambre. Pero mientras este va muriendo, hay que darle el mejor alimento al hombre nuevo. Esto es: la oración y el estudio concienzudo dela Palabra de Dios. Esta es una experiencia bilateral. La primera es el vehículo esencial para hablar con Dios;la segunda es el medio que Dios ha establecido para hablarnos. Hay otras cosas que nos ayudan a crecer en la gracia: las buenas lecturas, el compartir la fe con otros, el ser dadivoso conlos más necesitados y todo aquello que sea positivo (Colosenses 3:5-10).

Al recibir a Cristo como Salvador, somos justificados, declarados justos por Dios (Romanos 5:1). Esta no es justicia que tenemos, sino la justicia de Cristo por la fe de Cristo. La vida justa que Jesús vivió es puesta en nosotros por haber creído en Él y aceptado su sacrificio en favor nuestro. Ahora, la gracia es impartida diariamente, para hacer frente a un mundo hostil. A cada instante necesitamos del Espíritu Santo. El y solo Él tiene esa misión. Mientras más cerca estemos de Cristo, mas nos pareceremos a Él y más segura será nuestra victoria sobre el pecado.

La ley de Dios, el Decálogo, que nos acusó de ser pecadores y nos condujo a Cristo, ahora es nuestra aliada. Seguiremos mirando esos mandamientos divinos para mantenernos en la gracia (Romanos 3:31, Gálatas 2:20 y Santiago 1:23-25). Nadie puede guardar los mandamientos por poder inherente que haya en él. Es la gracia de Dios por el Espíritu, que nos hace obedientes alos preceptos divinos.
 
Querido Luis:

Bien lo dices, Luis. “El Espíritu nos da la seguridad de que estamos reconciliados con Dios por Jesucristo y que somos candidatos ala vida eterna.” Sólo somos candidatos. Somos lo que se dice llamados, pero no aún elegidos.

“¿Sabes que Pablo nos da autorización para matar? Si, matar.” Me preguntas. A lo que yo te contexto que ya lo sé. Ahora lo sé. Tengo escrita una canción que habla de ello, espero que te guste:

Como dijo uno que era Uno.

Acódate en la barra y espera
La muerte de cada día
Si la muerte existiera, que maravilla
Pero aquí no muere nadie
Es una pesadilla.

Como dijo uno que era Uno
"Yo destruiré este templo
y nadie lo podrá reconstruir…"

Es un subir y un bajar
De pronto estas, luego no estás
Alguien se ha apoderado de mi Alma
Y ha vuelto a la sociedad
Pero esto tiene que acabar

Como dijo uno que era Uno
"Yo destruiré este templo
y nadie lo podrá reconstruir…"

¡Átate los machos y piensa
sólo tienes que estar dispuesto.
Ahora resulta que, sobre todo,
He nacido para matar.
Y de esta muerte no se vuelve.

Como dijo uno que era Uno
"Yo destruiré este templo
y nadie lo podrá reconstruir…"

Gracias. Que Dios te siga bendiciendo.

[]Cedesin>