EL ANTISEMITISMO DE LUTERO

10 Enero 2001
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Como ya habiamos expuesto con anterioridad, la mercadotecnia protestante se basa en la critica destructiva y en la mentira, así como en la exageración de sus virtudes (aunuqe sean inventadas) y en magnificar los errores de la Santa Iglesia Catolica (aunque tambien se inventen estos errores).

Esto lo podemos observar cuando los protestantes quieren ganar adeptos empiezan a decir una sarta de mentiras sobre el Papa Pio XII, al decir que era el Papa de Hitler, que era el Papa nazi, que nunca hizo nada para ayudar a los juidios en el holocausto.

¿Que pasa cuando la gente escucha estas mentiras?

Se confunde.

Pero ¿cual es la verdad?

La verdad es que el Protestantismo, desde su inicio, ha luchado sanguinariamente para llegar a tener un lugar predominante en la religiones mundiales.

Lo que busca es el poder y como cualquier partido político ataca a quien considera su enemigo y oculta sus errores, grandisimos errores.

Lutero, el santo Luetro, según los protestantes, no solo recomendo fervosorsamente que se asesinaran, robaran y subajaran a los catolicos, sino que tambien recomendo que se atacara a los judios, esto despues de que no pudo "convertirlos" a su naciente "religion" por él inventada y de la que él es cabeza.

En su libro "Sobre los Judíos y sus Mentiras", publicado en 1543, para comprender que la insensibilidad para con el pueblo hebreo no conocía fronteras.
Citaremos algunos párrafos del reformador: "¿Qué haremos nosotros los cristianos con este pueblo rechazado y condenado? Les daré mi sincero consejo: En primer lugar, quemar sus sinagogas... en honor de nuestro Señor y de la Cristiandad, para que Dios vea que somos cristianos... Aconsejo que sus casas también sean arrasadas y destruidas... Aconsejo que sus libros de oración y textos talmúdicos sean tomados de ellos para ser destruidos... Aconsejo que a sus rabinos se les prohíba enseñar de ahora en adelante bajo pena de pérdida de la vida...". Curiosamente, Martín Lutero comenzó tratando de ganarse el favor de las comunidades judías de Alemania. No en vano, el reformador llegó a ser un gran hebraísta por haber estudiado la lengua hebrea con maestros judíos. Sin embargo, con el paso de los años llegó a ser un tremendo anti-judío. No hemos por menos que ser honestos y recordar que el último sermón predicado por Martín Lutero antes de su fallecimiento, el 14 de Febrero de 1546, fue una venenosa diatriba anti-judía, exigiendo que todos los judíos fueran expulsados como perros de Alemania, y que todas sus propiedades fueran confiscadas.


Como vemos desde su fundador hasta la fecha, han usado la efectiva medida mercadotecnica de lanzar la piedra y mentir diciendo que se las lanzaron a ellos.

Ellos siempre se dicen atacados y son los que viven atacando.

Hablan de discriminación y para ellos solo ellos son poseedores de la verdad.

Hablan de cielo y del amor de Jesus, pero al ver que no se quieren unir a ellos, les prometen el infierno y el castigo de Dios.

Vemos así a Lutero, un sanguinario apostata, que dio lugar a que los "reformados" asesinaran a una multitud de catolicos y de judios, fue tanta la masacre que desde lutero con sus recomendaciones sanguinarias, hata las "Brujas de Salem", que el numero de ejecuciones hechas por la Inquisición es un simple juego de niños.

Pero esta es la mercadotecnia protestante.

Han logrado, ellos y un sin numero de ateos resultantes de la Revolución Francesa, hacer creer a la gente que la Inquisición fue una maquina de muerte ocultando que nunca se igualara el numero de homicidios por ellos cometidos, y bien podemos comparar cifras.

Pero que paso con el Papa Pio XII, dejemos que hable David Dalin el rabino de Nueva York:


RIMINI, 27 agosto 2001 (ZENIT.org - AVVENIRE).- ¿Pío XII? «Durante el siglo XX el pueblo judío no tuvo un amigo más grande». Esta es la opinión del rabino de Nueva York, David Dalin.

Según este historiador de profesión, que intervino el pasado 22 de agosto en el Meeting organizado por el Movimiento católico Comunión y Liberación en la localidad costera de Rimini (norte de Italia), «Durante la segunda guerra mundial, Pío XII salvó más vidas de judíos que cualquier otra persona, incluso más que Raoul Wallenberg o Oskar Schindler».

--Usted ha calificado de revisionistas a los historiadores que han criticado al Papa Pío XII, ¿por qué?

--David Dalin: Hoy día existe una nueva generación de periodistas y expertos empeñada desacreditar los documentados esfuerzos de Pío XII por salvar a los judíos durante el Holocausto. Esta generación se ha inspirado en la obra teatral «El Vicario», de Rolf Hochhuth, que no tiene valor histórico, pero que lanza polémicas acusaciones contra este Papa. Sin embargo, los detractores de Eugenio Pacelli ignoran o eliminan el estudio iluminador de Pinchas Lapide, quien fu cónsul general de Israel en Milán y que había se había encontrado con muchos judíos italianos que sobrevivieron al Holocausto. En esa obra, Lapide documenta cómo Pío XII favoreció la salvación de al menos 700 mil judíos de manos de los nazis. Ahora bien, según otro cálculo, esta cifra se eleva a 860 mil.

--¿Por qué entonces este cambio de apreciación?

--David Dalin: Llamo revisionistas a estos críticos de hoy porque trastocan el juicio de la historia, es decir, el reconocimiento dado a Pío XII por sus contemporáneos, entre los que se encuentra el Premio Nobel Albert Einstein, el rabino jefe de Israel Isaac Herzog, los primeros ministros Golda Meir y Moshe Sharett, y en Italia personas como Raffaele Cantoni, que en aquella época era presidente de la Unión de las comunidades judías italianas. Pero se pueden hojear también muchos artículos publicados en el «Jewish Advocate» de Boston, en el «London Times» y, en varias ocasiones, en el «New York Times».

--¿Qué es lo que hizo el Papa Pacelli a favor de los judíos?

--David Dalin: Tenemos mucha documentación que demuestra que no se quedó ni mucho menos en silencio, es más, habló en voz alta contra Hitler y casi todos vieron en él a un opositor del régimen nazi. Durante la ocupación alemana de Roma, Pío XII dio secretamente instrucción al clero católico para que salvara a todas las vidas humanas posibles, con todos los medios. De este modo, salvó a miles de judíos italianos de la deportación. Mientras el 80% de los judíos europeos murieron en aquellos años, el 80% de los judíos italianos fueron salvados. Sólo en Roma, 155 conventos y monasterios ofrecieron refugio a unos 5 mil judíos. En un cierto momento, al menos 3 mil se salvaron en la residencia papal de Castel Gandolfol, librándose así de la deportación en los campos de concentración alemanes. Sesenta judíos vivieron durante nueve meses con los jesuitas de la Universidad Pontificia Gregoriana, y muchos otros fueron escondidos en los sótanos del Instituto Bíblico. Siguiendo las directas instrucciones de Pío XII, muchos sacerdotes y monjes favorecieron la salvación de centenares de vidas de judíos, poniendo en peligro su misma vida.

--Pero el Papa nunca denunció en público las leyes antisemitas y la persecución de los judíos...

--David Dalin: Su silencio fue una eficaz estrategia orientada a proteger al mayor número posible de judíos de la deportación. Una denuncia explícita y dura contra los nazis por parte del Papa hubiera sido una invitación a la represalia, y hubiera empeorado las disposiciones hacia los judíos en toda Europa. Ciertamente podría preguntarse: ¿qué podía ser peor que el exterminio de seis millones de judíos? La respuesta es sencilla y terriblemente honesta: el asesinato de otros centenares de miles de judíos. Los críticos revisionistas de Pío XII saben que tanto líderes judíos como los obispos católicos que procedían de los países ocupados aconsejaron a Pacelli que no protestara públicamente contras las atrocidades cometidas por los nazis. Tenemos pruebas de que, cuando el obispo de Münster quiso pronunciarse en contra de la persecución de los judíos en Alemania, los responsables de las comunidades judías de su diócesis le suplicaron que no lo hiciera, pues hubiera provocado una represión más dura contra ellos».

--¿No cree que una excomunión papal de los nazis hubiera sido de ayuda?

--David Dalin: Sí, quisiera creerlo y en el fondo creo que al menos habría que haber intentado pronunciar una excomunión papal. Pero, independientemente de estos sentimientos, los documentos sugieren que una excomunión de Hitler se hubiera quedado en un gesto meramente simbólico.

--¿No hubiera sido mejor que el silencio?

--David Dalin: Al contrario, la historia enseña que una excomunión formal hubiera podido alcanzar el resultado opuesto. El padre Luigi Sturzo y el ex rabino jefe de Dinamarca, por ejemplo, tenían miedo precisamente de esto. Los mismo nazis interpretaron el famoso discurso de Pío XII de la Navidad de 1942 como una clara condena de su régimen y una instancia a favor de los judíos de Europa. La rabia entre los nazis hubiera podido suscitar reaciones catastróficas para la seguridad y el destino del mismo papado en los años sucesisvos a la guerra. Una condena papal contra los nazis comportaba la sospecha fundada, difundida en aquella época, de que Hiter se hubiera vengado en la persona del mismo Papa, atacando el Vaticano. El embajador nazi en Roma, Rudolf Rahn, confirmó la existencia de estos proyectos, que él mismo contribuyó a prevenir.

--En sus escritos, usted propone una nueva historiografía realizada por judíos sobre el «caso Pío XII». ¿A qué se refiere?

--Creo que ha llegado la hora, por parte judía, de echar mano a una nueva reconstrucción de la relación entre Pío XII y el Holocausto. Esta reconstrucción, más cercana a los hechos, es decir, de lo que hizo realmente Pío XII por los judíos, llegaría a conclusiones diametralmente opuestas a las gratuitas del libro de John Cornwell, «El Papa de Hitler». Pío XII no fue el Papa de Hitler, sino el defensor más grande que nunca hemos tenido los judíos, y precisamente en el momento en el que lo necesitábamos. Esta nueva obra de historiografía debería basarse en el juicio que sus contemporáneos ofrecieron de los esfuerzos de Pío XII, de sus éxitos y fracasos; así como en la manera en que los judíos que sobrevivieron al Holocausto evaluaron (o reevaluaron) su vida e influencia en las décadas sucesivas. El Papa Pacelli fue un justo entre las naciones a quien hay que reconocer el haber protegido y salvado a centenares de miles de judíos. Es difícil imaginar que tantos líderes mundiales del judaísmo, en continentes tan diferentes, se hayan equivocado o confundido a la hora de alabar la conducta del Papa durante la guerra. Su gratitud a Pío XII duró durante mucho tiempo, y era genuina y profunda.

Esto que acabamos de leer es lo que opinan los judios, claro que el protestante nunca va a aceptar que de la Santa Iglesia de Dios salga algo bueno.

Una muestra mas de la mercadotecnia mentirosa del protestantismo.

A CRisto por María.
 
Paz:

Lutero fue durante mucho tiempo, el producto de su madre, la iglesia católica y romana, y escupió el veneno antisemita que habia mamado de la Gran Ramera. España es un vivo ejemplo de lo que hicieron los Reyes Católicos con los judíos. ;)


Lutero no apostató de Jesucristo, por lo tanto no fue un apóstata, sino que habiendo entregado su vida al control de su Salvador y Señor , Él lo hizo un miembro de la Iglesia de Cristo; "ekklesia" tiene su origen el el verbo griego "ekkaleo" que significa "salir fuera" :D


Recuerda, no seguimos a hombres, sino a Jesucristo; tu veneno anti luterano, no hace mella en nosotros. <IMG SRC="no.gif" border="0">


¿Algo más interesante que contarnos?


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Encuentro este escrito francamente repugnante, en la medida en que se da el lujo de hablar de "mercadotecnia protestante" y luego pasa a emplear el mismo tipo de ardid del que se queja amargamente.

En honor de la verdad, es necesario reconocer que Martín Lutero involucionó hacia una posición francamente judéofoba. No se defiende la fe con la idealización de ningún personaje. Lutero tuvo sus errores, algunos graves, y es bueno reconocerlos para no repetirlos.

Por otra parte, el artículo que "Paz en la Tierra" ha escrito o copiado es en extremo tendencioso, por ejemplo, en:

Omitir cuidadosamente los hechos acerca de las relaciones entre judíos y catoliquísimos cristianos antes de Lutero.

Callar el hecho de que la posición protestante con respecto a los judíos no era uniforme, y que las opiniones de Lutero no eran ni son suscriptas por la mayoría de los protestantes.

Presentar la opinión de un importante rabino (en una entrevista a un medio católico a propósito de una reunión organizada por la Iglesia Católica) como si fuese la opinión de todos los judíos.

En resumen, este panfleto protestantófobo es toda una joya de ecuanimidad.

Mañana si Dios lo permite me explayaré en algunos de los aspectos pertinentes.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Una última cuestión, ESO EN LA TIERRA:
No me vengas con que los nazis se llevan la palma en la persecución judía. Cabe no olvidar en que fuentes se nutrió aquel déspota. ¿Acaso no era católico? ¿No fué bautizado en la misma? ¿Y no decis vosotros que vuestro bautismo "imprime carácter"
En cuanto a Pio XII pretendes decirnos lo que hizo respecto a los judíos. Lo que no nos dices es LO QUE NO HIZO EN SU FAVOR Yo te lo diré: NADA DE NADA Pero a cambio te diré lo que hizo en favor de sus exterminadores: Dotarles de pasaportes vaticanos a fin de que pudiesen huir de Alemania y de Europa. ¿A QUIEN PUES AYUDÓ?
lA FALSEDAD SE RESPONDE CON LA VERDAD
 
Para PAZ EN LA TIERRA.
Mira, no hay nada mejor que usar la calumnia y la falsedad para sostener lo insostenible. En eso eres ducho en gran manera. Pero, claro, no tienes otra opción. Veamos una muestra de ello:
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Curiosamente, Martín Lutero comenzó tratando de ganarse el favor de las comunidades judías de Alemania. No en vano, el reformador llegó a ser un gran hebraísta por haber estudiado la lengua hebrea con maestros judíos. Sin embargo, con el paso de los años llegó a ser un tremendo anti-judío. No hemos por menos que ser honestos y recordar que el último sermón predicado por Martín Lutero antes de su fallecimiento, el 14 de Febrero de 1546, fue una venenosa diatriba anti-judía, exigiendo que todos los judíos fueran expulsados como perros de Alemania, y que todas sus propiedades fueran confiscadas.
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Veamos la más flagrante falsedad que no endilga este eminente polemista: ". No en vano, el reformador llegó a ser un gran hebraísta por haber estudiado la lengua hebrea con maestros judíos".
Pero resulta que el eminente hebraista no sabía hebreo. Griego sí, hebreo no. En su traducción de la Biblia al aleman tuvo que pedir ayuda a fin de comparar los textos latinos de la Vulgata y los griegos de la Septuaquinta con las versiones hebreas del Antiguo Testamento.
Que un romanista nos hable de antisemitismo es el colmo. Nadie, absolutamente nadie, ha ganado en antisemitismo a la Institución Vaticana y a sus adláteres. Aun recuerdo, en mi propio pais que en la llamada "semana santa" se armaba con palos a los niños y fente a los templos católicos se les hacia golpear con ellos en el suelo diciendo: Todos a matar judios.

Dime PAZ EN LA TIERRA: Aunque sea por error, ¿en alguna ocasión has dicho la verdad?

Stultorum numeri infinitus est.
 
Como dije antes, de ningún modo podemos suscribir las opiniones del Dr. Martín Lutero acerca de los judíos. De todas formas, para que nadie se engañe en el sentido de que Lutero hubiese sido el iniciador y no un heredero de la intolerancia en contra de los judíos, he aquí esta síntesis.

Como se podrá apreciar, llamo al odio, resentimiento o prejuicio contra los judíos judeofobia y no antisemitismo. Este último término, acuñado por un enemigo de los judíos, soslaya la verdadera naturaleza del problema que no es básicamente racial.

BREVE HISTORIA DE LA JUDEOFOBIA EN OCCIDENTE
ANTES DE LA REFORMA

Después del advenimiento de Constantino al trono imperial romano en 312, los judíos comenzaron a ser excluidos de cargos públicos y otras dignidades. Sus privilegios fueron restringidos, la jurisdicción de los rabinos fue limitada, se desalentaron las relaciones estrechas con los cristianos, y se prohibió el proselitismo judío, al tiempo que se alentaba la predicación cristiana y la conversión a esta fe...
De todos modos, en la primera parte de la Edad Media judíos y cristianos convivieron sin grandes dificultades, a pesar de la legislación discriminatoria de varios concilios eclesiásticos: la judeofobia estaba mayormente restringida a ciertos sectores del clero ...
...las relaciones entre europeos judíos y cristianos fueron amistosas, en especial entre el pueblo. Hasta tal punto esto era cierto, que el clero comenzó a ón que algunos cristianos prestaban mayor atención a la prédica de los rabinos que a la de los sacerdotes cristianos.
Una excepción a la convivencia apacible fue el reino visigodo de España, que al principio propulsó la conversión (633) y luego la esclavitud de los judíos y la proscripción del judaísmo (694-711). Ante esta situación, muchos judíos huyeron al califato árabe establecido en la península ibérica.
Los problemas serios de los judíos europeos comenzaron con la inauguración del segundo milenio. En 1012 el emperador Enrique II ordenó la expulsión de los judíos de la ciudad de Mainz. También hubo expulsiones en varias ciudades francesas.
Mucho más graves aún, sin embargo, fueron las atrocidades ocurridas como consecuencia de las Cruzadas. Algunos de los cruzados, especialmente del populacho, vieron a los judíos europeos como a detestables enemigos de la cruz. Por lo tanto, emprendieron su «santa guerra» en terreno europeo, matando indefensos judíos en sangrientos episodios que no trajeron más que deshonra y vergüenza para la santa Cruz del Nazareno. La primera matanza tuvo lugar en Rhineland en 1046, y le siguieron varias más (1146, etc).
Hacia el siglo XII, las transformaciones económicas de la sociedad europea tornaron necesarios los préstamos y créditos con interés. Como esta actividad no era considerada lícita para cristianos, se autorizó su ejercicio por parte de los judíos, porque alguien debía hacerla y, de todos modos, ¡las almas de los judíos ya se daban por perdidas!
Los judíos hicieron muy bien su trabajo. Su desempeño en el antipático oficio de prestamistas y usureros se llevó a cabo con la autorización y el beneplácito de los gobernantes y de la Iglesia romana. Sin embargo, luego se empleó la idoneidad de los judíos en estas áreas como alimento para nutrir la judeofobia, en especial cuando el surgimiento de grupos de fuertes banqueros italianos les permitió a los europeos prescindir de los prestamistas judíos.

Calumnias populares

Es en esta época que aparecieron una serie de acusaciones calumniosas en contra de los judíos, que serviría como justificativo para medidas discriminatorias. Se popularizó la idea de que los judíos diferían físicamente de las demás personas, y que tenían atributos satánicos, incluido el llamado faetor iudaico, o hedor judío, que se oponía al olor de santidad propio de los cristianos. Ciertas calumnias se hicieron populares, y fueron aceptados como hechos comprobados por la mayor parte de la población europea.

El libelo de sangre es la leyenda segun la cual los judios tenian una insaciable sed de sangre cristiana. El primer libnelo de sangre de la Edad Media ocurrio en Norwich (Inglaterra) en el año 1144. Segun se decia, un niño cristiano habia sido secuestrado, torturado y asesinado por unos judios en el dia de viernes santo. Pronto las acusaciones se multiplicaron: en Gloucester (1168), en Blois (1171), en Zaragoza (1182), en Fulda (1235), etc. Las Siete Partidas españolas de 1263 repetian la acusacion asi: "Hemos oido decir que en ciertos lugares, en Viernes Santo, los judios roban niños y los crucifican con mofa" .

Un tal Simon de Trento, cuyo unico y dudoso merito era el de haber sufrido el martirio en manos de los judios en 1475, fue beatificado y permanecio en el santoral romano hasta 1965.

Todo esto suena hoy increible o ridiculo, pero en su momento costo los bienes, el honor y hasta la vida de muchos judios, como los asesinados en 1286 en la matanza de Munich. El caso del Niño de la Guardia, en el cual judios conversos confesaron bajo tortura haber sacrificado un niño con el conocimiento del Gran Rabino, fue un importante antecedente para la expulsion de los judios sefardies (1492).

La profanacion de la hostia

Poco despues de la definicion dogmatica de la transubstanciacion en el IV Concilio de Letran (1215) se comenzo a acusar a los judios de robar hostias consagradas, con el proposito de profanarlas, para humillar a Cristo. Por dificil que nos resulte hoy imaginarnos a los judios arriesgando sus vidas para sustraer hostias con el unico fin de blasfemar contra Jesucristo, la patraña fue creida hasta el siglo XIX.
La primera denuncia de profanacion de la hostia ocurrio en la ciudad alemana de Belitz, en 1243. Como resultado, varios judios murieron en la hoguera. Otros casos notables tuvieron lugar en Paris (1290), Doggendorf (1337), Bruselas (1370) y Segovia (1415). Tambien vale la pena mencionar la tragedia de Knoblauch de 1510. Hasta 1836 al menos hubo acusaciones en este sentido.

La leyenda del judío errante

Era una especier de alma en pena, que a veces se identificaba con el oficial del templo que abofeteo a Jesus. Justamente castigada por su falta, el Judio Errante resultaaba el arquetipo del pueblo judio, sin patria ni hogar. Parece que la leyenda surgio en Bolonia en el siglo XIII cuando Mateo Paris (1199-1259), monje benedictino que fue el principal cronista de la Edad Media, incorporo la fabula del Judio Errante en su Chronica Majora, que tuvo enorme influencia.
Estas calumnias y otras menos famosas moldearon la impresionable mente de los europeos medievales y originaron prejuicios que perduran hasta hoy. El mas grande teologo medieval, Tomas de Aquino (1225-1274) consideraba justo que los judios fuesen sometidos a perpetua servidumbre, porque eran lso asesinos de Jesucristo.

Legislación discriminatoria

En el tiempo que va desde la Edad Media hasta el siglo XIX, la judeofobia debe verse a la luz del concepto de un vinculo inquiebrantable entre la iglesia y el estado, segun el cual quien esta fuera de la iglesia es un traidor aademas de un hereje. La tesis fue declarada en terminos inequivocos por el papa Bonifacio VIII en la famosa bula Unam Sanctam del 18 de noviembre de 1302.
Los Concilios de Letran III (1176) y IV (1215) , muy preocupados por la defensa de la fe, dictaron legislacion discriminatoria contra grupos diversos que consideraban peligrosos. Se prohibio a judios y sarracenos tener sirvientes cristianos, y tambien la convivencia de judios y sarracenos con cristianos. Esta ultima disposicion es un antecedente importante del sistema de ghettos (ver mas abajo).
El IV Concilio de Letran dispuso ademas que, para preservar a los cristianos del contacto sexual (si, leyo bien) con judios y sarracenos, estos ultimos deberian vestirse de manera distintiva. Esto dice el Canon 68 del citado Concilio:

En varias provincias, una diferencia en las vestimentas distingue a los judios o a los sarracenos de los cristianos; pero en otras ... no puede notarse ya diferencia. Por tanto, a veces ha ocurrido que algunos cristianos han tenido por error comercio sexual con judias y sarracenas, y judios y sarracenos con cristianas. Para que el crimen de tal pecaminosa mezcla no halle mas escape o refugio bajo el pretexto del error, ordenamos que ellos [los judios y los sarracenos] de ambos sexos, en todas las tierras cristianas y en todo tiempo, sean publicamente diferentes del resto de la poblacion por la calidad de su atuendo...

Parece que el Concilio estaba mucho mas preocupado por la mezcla con judios y sarracenos que por la promiscuidad sexual de los cristianos que se presupone en este canon. En todo caso, como el concilio no establecio exactamente que clase de atuendo distintivo habian de vestir los judios, la practica vario en diversos paises: un gorro puntudo en Alemania, un circulo rojo y blanco en Francia, un recorte amarillo con la forma de las tablas de la Ley en Inglaterra, etc. El papa Alejandro IV ordeno en 1257 el uso de un círculo amarillo para los varones judíos, y de dos cintas azules en el velo de las judías. Tres siglos más tarde, Paulo IV mandó, en la bula Cum nimis absurdum (1555) el uso de un gorro amarillo y un pañuelo del mismo color, para judíos varones y mujeres respectivamente.

Quema del Talmud

Desde el siglo XIV, los más decididos judeófobos provendrían de la surgente clase burguesa de artesanos y comerciantes, y entre los monjes franciscanos como Juan de Capistrano, y los dominicos como Vicente Ferrer. Este último tenía un ardiente celo por la evangelización de los muslimes y los judíos de España, que lo transformó en un enconado enemigo del islamismo y del judaísmo.
Desde el siglo XIII comenzó a haber debates públicos entre judíos y cristianos, en los que aquéllos se encontraban en clara desventaja. El ataque contra el judaísmo se manifestó a menudo bajo la condenable forma de la quema de ejemplares del Talmid. Esto ocurrió primeramente en París (1240) y fue seguido de actos similares en otras ciudades. Cuando la Inquisiciñon creó el Índice de Libros Prohibidos, los libros de la tradición judaica fueron sometidos a fuerte censura.

Expulsiones
Después de los últimos concilios lateranenses, algunos países tomaron la decisión de expulsar a los judíos de sus territorios, una práctica que se prolongaría por siglos. La primera expulsi{on, acompañada de la confiscación de bienes, fue decretada por el rey franc{es Felipe Augusto en 1182. Más importante fue la expulsión ocurrida en 1290 en Inglaterra, país en el que la influencia de Roma era muy fuerte en aquel tiempo.
Más tarde, como consecuencia de la epidemia de peste que diezmó la población europea, los judíos fueron acusados de envenenar el agua de los cristianos y hubo numerosos asesinatos. Una ola de persecuciones en Viena fue seguida por la expulsión de los judíos austríacos en 1421.
En España, la convivencia de judíos y cristianos había sido relativamente pacífica entre el siglo XI y el siglo XIV. En 1411, como resultado de la encendida prédica de Vicente Ferrer, se dictó legislación discriminatoria. Dos años más tarde hubo un famoso debate en Tortosa, que trajo conversiones forzadas y nuevas persecuciones.
En el bienio 1473-1474 hubo matanzas de "marranos" (falsos conversos del judaísmo al cristianismo) en Valladolid, Córdoba y Segovia. Cuando, poco después, se estableció la Inquisición española, la persecución de los judíos se tornó sistemática y cruel. Las penurias de los judíos sefardíes fueron coronadas con la expulsión ordenada por los reyes Católicos , Isabel y Fernando, el 31 de marzo de 1492. El ejemplo español fue seguido poco después (1496) por los portugueses.

El ghetto
La restricción del lugar de residencia de los judíos en Europa se originó con la prohibición de que cristianos y judíos conviviesen, y se instrumentó mediante toda una leguislación sancionada entre los siglos XIII y XV.

En 1516 surgió en Venecia el Ghetto o vecindario donde los judíos habían de ser confinados. El ejemplo veneciano fue imitado por otras ciudades. Así, en 1555 el papa contrarreformador Paulo IV confinó a los judíos romanos a un sector rodeado por un muro, en la ribera opuesta del Tíber; la medida era parte de toda una serie de disposiciones que incluían la restricción de los oficios lícitos para los judíos, la limitación de sus tratos con los cristianos, el uso obligatorio de distintivos, y un prograna de sermones cristianos con asistencia forzosa.

Como los límites de los ghettos no podían ser ampliados, con el tiempo se tornaron lugares de hacinamiento con muy precarias condiciones de vida, expuestos a derrumbes, epidemias e incendios. Además, en teoría los ghettos debían tener un único acceso, el cual se cerraba durante las festividades cristianas, debiendo permanecer dentro los judíos. Con el tiempo, se establecieron ghettos en otros países, como Francia, Alemania y Polonia.

Bibliografía

Yizhak Heinemann y col., Antisemitism. Jerusalén: Ketter Publishing House, 1974.
Jacob Robinson y col., Holocaust. Jerusalén: Ketter Publishing House, 1974.
A.S. Tuberville, La Inquisición Española. México: Fondo de Cultura Económica, 1954.


Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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