El amor de nuestro Salvador

31 Diciembre 2004
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Todas las cosas que vemos y las que no vemos, todo fue creado por Jesús...El es el Autor de la vida; por su Creación y por su Redención en nosotros, podemos estar aquí ahora, gozar y alcanzar la salvación. Siendo Dios, se despojó, se vació de su gloria y tomó nuestra condición de hombre; y estando en esa condición, no vino como un poderoso Rey sino como el hijo de unos padres pobres, como un carpintero. Se hizo siervo y fue obediente y obedeció fielmente, sin pecado hasta la muerte, y muerte de cruz; la muerte de los peores hombres, la muerte de un malhechor. Se cansaba, le daba hambre y sed, lloraba y fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero venció al pecado en esta carne con El poder de El Espiritu, por la fe y el amor que hay en El hacia su Padre y hacia nosotros. Jesus vivió y murió en esta tierra para alcanzarnos; nunca quiso estar sin sus hijos. Por la desobediencia, nos perdimos de aquella perfecta relación y unión con la Divinidad, pero El tomó nuestra humanidad, vistiéndose de ella, llevó nuestra iniquidad, tomó nuestro pecado sobre El, sufriendo nuestros dolores y poniendo así, a la vez, su justicia por medio de la fe, la gracia y la verdad. Míralo allí en el pozo de Jacob, pidiendo agua a la mujer samaritana: El Dios de las fuentes de las aguas, sediento por causa de ti. Alli estaba sentado Jesus, cansado, esperando no solo a aquella mujer, sino a ti y a mi. Ven hoy a Jesús. Dale tu corazón. Puedes venir a El con todos tus fracasos, con esas promesas que nunca cumpliste, con tus pecados y tus errores, ven a Jesús con tus golpes, con tus heridas, El te puede sanar. No mires sino a Aquel que te amó y te redimió con su vida y su muerte del pecado. Entrégale tu corazón. Ven con tus pecados y tus motivos no santificados...Ven porque El vive y te espera con los brazos abiertos. Si lo amas, lo seguirós y harós todo lo que El te pida por amor y no porque haya otra razón para hacerlo. Jesús te ama y El te puede perdonar, porque no vino a buscar a justos, sino a pecadores, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, a nosotros, los que no lo conocíamos por nuestro manchado corazón. Lo atraparon como a un criminal, fue abandonado por sus discípulos, Pedro lo negó, Judas lo traicionó, y aun su Padre en los cielos tuvo que desampararlo por el pecado nuestro. El Bendito por los Siglos fue hecho maldición por nosotros. Al que no conoció pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros y lo condenó a la cruz, entragando a su Unigénito por que de tal manera amó Dios al mundo. Lo golpearon, lo escupieron, lo azotaron, tejieron una corona de espinas y las metieron sin piedad en su frente. Al final cargó la cruz que merecía el malhechor y como un Cordero, manso y humilde de corazón, trazó la senda al Calvario. Le quitaron sus vestidos, El extendió sus manos y se las traspasaron, luego sus pies...La cruz se levantó, se oían las voces gritándole: "Si eres el Hijo de Dios, bájate de esa cruz." Y en medio de la angustia y el dolor, elevó una oración por nosotros diciendo..."Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen." Este el Jesús que predicamos los que hemos creido. Ni el dolor, ni las burlas, ni los golpes, ni los escupitazos; nada de este mundo pudo debiltar el amor de Jesús por ellos...Nada detuvo su corazón de latir por amor a nosotros. Y si Jesús rogó así por aquellos que lo maldecian y lo condenaban, por aquellos que lo torturaban y no lo reconocían como Señor y Salvador...¿Cómo no va a rogar por ti en esta hora? ¿Cómo no va a rogar por tus seres queridos, por tu familia y por la iglesia que El ha salvado con su sangre? Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos y su amor no cambia. Su justicia nos alcanza por la sangre que derramó en la cruz del Calvario, si lo recibimos de todo corazón en la fe. Que Dios te llene de su paz y su amor, y en el vínculo de la verdad de su Palabra, te perfecione El Espíritu Santo hasta el día glorioso de su Venida. Yo también te amo en Jesús y oro por ti.

Franck Junior Flores
Adventista del Septimo Dia