EEUU: ¿HAY PAPAS EVANGÉLICOS?
Cambios en el concepto de liderazgo se unen a la teoría de la vigencia del
ministerio apostólico; en algunos casos con un concepto de cuasi
infalibilidad
__________________________________________________
<< LIMA, 22 enero 2002. Las iglesias pentecostales y carismáticas de América
Latina vienen experimentando una serie de cambios sustantivos en la
estructura orgánica de su liderazgo y, en consecuencia, en la constitución
interna de un nuevo poder de conducción, a veces con un poder con escaso
control.>>
=== Se trata, en realidad, de una nueva configuración de los ministerios,
según la carta a los Efesios 4:11. Hasta no hace mucho los ministerios
reconocidos por la gran mayoría de pentecostales eran el evangelístico, el
profético (con reservas), el pastoral y el de maestro, reservando, con
estricto rigor, el ministerio apostólico para la iglesia del primer siglo.
=== La razón fundamental era que tanto apóstoles como profetas son el
fundamento sobre la cual nace y se fortalece la iglesia (Efesios 2:20) y que
el canon y la revelación sobre el que la iglesia se rige en materia de fe y
conducta está cerrado.
=== En cuanto al ministerio profético, el acuerdo final entre las partes se
selló cuando pentecostales y no pentecostales admitieron que Dios está
presente y no está callado (Francis Schaeffer). Pero que las profecías de
hoy no tienen el mismo valor o autoridad que las profecías bíblicas, dejando
las primeras para la edificación de la iglesia o equiparándolas, como lo
hicieron algunos teólogos, al testimonio de la predicación homilética.
=== ¿Qué ha pasado con el ministerio apostólico? En los últimos 20 años,
especialmente en Estados Unidos, líderes o dirigentes destacados de iglesias
pentecostales, incluso iglesias históricas con sed de renovación, están
aceptando la restauración del ministerio apostólico y su instauración dentro
de sus denominaciones religiosas. Esto les ha llevado a cambiar la
nomenclatura de su liderazgo nuevamente, pues ya en un pasado reciente
algunos pasaron de ser presidentes nacionales (estructura democrática) a
obispos presidentes (adoptando una estructura episcopal). Ahora están
pasando de obispos presidentes a apóstoles, y así lo dicen sus tarjetas de
presentación.
=== La cosa no queda allí, pues se trata de una nueva estructuración del
poder religioso, porque alguien que es consagrado apóstol a veces
automáticamente pasa a colocarse en una jerarquía superior a todo el
liderazgo existente dentro de los marcos denominacionales, incluso del
obispo presidente de una denominación cualquiera. Y, según se entiende,
resistirse a aceptar su autoridad es como resistirse a la autoridad divina
delegada por el Espíritu Santo. En definitiva, una jerarquía similar a la
del Papa en la Iglesia católico-romana, pero con el Papa residiendo en la
iglesia, y no en Roma.
Fuente: Alc
Redacción: ICPress
Cambios en el concepto de liderazgo se unen a la teoría de la vigencia del
ministerio apostólico; en algunos casos con un concepto de cuasi
infalibilidad
__________________________________________________
<< LIMA, 22 enero 2002. Las iglesias pentecostales y carismáticas de América
Latina vienen experimentando una serie de cambios sustantivos en la
estructura orgánica de su liderazgo y, en consecuencia, en la constitución
interna de un nuevo poder de conducción, a veces con un poder con escaso
control.>>
=== Se trata, en realidad, de una nueva configuración de los ministerios,
según la carta a los Efesios 4:11. Hasta no hace mucho los ministerios
reconocidos por la gran mayoría de pentecostales eran el evangelístico, el
profético (con reservas), el pastoral y el de maestro, reservando, con
estricto rigor, el ministerio apostólico para la iglesia del primer siglo.
=== La razón fundamental era que tanto apóstoles como profetas son el
fundamento sobre la cual nace y se fortalece la iglesia (Efesios 2:20) y que
el canon y la revelación sobre el que la iglesia se rige en materia de fe y
conducta está cerrado.
=== En cuanto al ministerio profético, el acuerdo final entre las partes se
selló cuando pentecostales y no pentecostales admitieron que Dios está
presente y no está callado (Francis Schaeffer). Pero que las profecías de
hoy no tienen el mismo valor o autoridad que las profecías bíblicas, dejando
las primeras para la edificación de la iglesia o equiparándolas, como lo
hicieron algunos teólogos, al testimonio de la predicación homilética.
=== ¿Qué ha pasado con el ministerio apostólico? En los últimos 20 años,
especialmente en Estados Unidos, líderes o dirigentes destacados de iglesias
pentecostales, incluso iglesias históricas con sed de renovación, están
aceptando la restauración del ministerio apostólico y su instauración dentro
de sus denominaciones religiosas. Esto les ha llevado a cambiar la
nomenclatura de su liderazgo nuevamente, pues ya en un pasado reciente
algunos pasaron de ser presidentes nacionales (estructura democrática) a
obispos presidentes (adoptando una estructura episcopal). Ahora están
pasando de obispos presidentes a apóstoles, y así lo dicen sus tarjetas de
presentación.
=== La cosa no queda allí, pues se trata de una nueva estructuración del
poder religioso, porque alguien que es consagrado apóstol a veces
automáticamente pasa a colocarse en una jerarquía superior a todo el
liderazgo existente dentro de los marcos denominacionales, incluso del
obispo presidente de una denominación cualquiera. Y, según se entiende,
resistirse a aceptar su autoridad es como resistirse a la autoridad divina
delegada por el Espíritu Santo. En definitiva, una jerarquía similar a la
del Papa en la Iglesia católico-romana, pero con el Papa residiendo en la
iglesia, y no en Roma.
Fuente: Alc
Redacción: ICPress